La última orca cautiva en Canadá, Kiska, ha fallecido a sus 47 años, según ha anunciado el gobierno de Ontario. El animal era conocido como “la orca más solitaria del mundo” debido a una descripción realizada por la organización People for the Ethical treatment of Animals, más conocida por sus siglas PETA. Su vida se vio duramente afectada por la muerte de sus cinco crías antes de que cumplieran los siete años.

La orca, que era conocida mundialmente, ha muerto completamente aislada en un acuario de Ontorio, Canadá, llamado ‘Marineland’

La historia de Kiska y Keiko

Kiska fue capturada en 1979 cerca de Islandia, en el océano Atlántico. La orca tenía solo 3 años y en sus primeros años de cautividad, vivió junto a Keiko, otra orca cuya historia es realmente interesante, pues tras varios años en cautiverio, regresó a su hábitat natural hasta su muerte en 2003. Keiko protagonizó la famosa película ‘Liberad a Willy’, publicada en 1993 y dirigida por Simon Wincer.

La causa de muerte

 Al parecer, las orcas en libertad viven entre 50 y 90 años. Kiska sin embargo, no ha alcanzado la edad mínima media, pues murió hace pocos días a sus 47 años. La causa de muerte ha sido una infección bacteriana, según ha anunciado un santuario de conservación y bienestar animal, afirmando que era el propio santuario el que les había administrado esta información. Este proyecto llamado Whale Sanctuary Project, ha publicado un tuit lamentando la muerte del animal por el que tantos años han luchado.

¿Por qué es famosa Kiska?

La orca canadiense se hizo conocida en 2021 a causa de la difusión de un vídeo en el que se mostraba al animal desesperado golpeando su cabeza contra el cristal del acuario para tratar de salir de él. El vídeo dio a vuelta al mundo. Fue publicado por un usuario de Twitter canadiense, que acompañó el vídeo con un mensaje de denuncia muy claro: “Este vídeo fue grabado el 4 de septiembre de 2021. Activistas contra el cautiverio entraron en Marineland y observador a Kiska, su última orca superviviente, golpeándose la cabeza contra la pared. Por favor, véalo y compártalo. Esta crueldad debe terminar” Este vídeo despertó una oleada de denuncias de activistas, que reclamaban la liberación de Kiska. Bajo el hashtag #FreeKiska  cientos de organizaciones y activistas de todo el mundo comenzaron a publicar vídeos de la orca y Change.org acumuló más de 100.000 firmas para conseguir la liberación de esta, hecho que nunca llegó a producirse. Las redes sociales se convirtieron en la herramienta principal de muchos de estos activistas que buscaban hacer justicia por la solitaria orca.

A pesar de las denuncias y firmas, Marineland no se pronunció al respecto hasta el día de su muerte. Cientos de usuarios han llenado las redes sociales de comentarios sobre el cetáceo: “Sabía que una orca tan solitaria nos sería arrebatada tarde o temprano. Siento que hayas tenido que ser tú, Kiska. Por muy desgarrador que sea tu fallecimiento, no me cabe duda de que ahora estás en un lugar mejor”, comentaba una usuaria. “A pesar de que tu muerte sea desgarradora, es reconfortante saber que, tras décadas de soledad y abandono, por fin es libre y está en paz”, afirmaba otra.  “Vergüenza para Marineland. Muere Kiska, la orca más solitaria del mundo, poniendo fin a una trágica era de cautiverio en Canadá”, denunciaba una activista en Twitter.

Los últimos vídeos de Kiska

El usuario que subió el viral vídeo de Kiska golpeándose contra el cristal, consiguió unas imágenes de esta el 14 de febrero gracias a un dron que sobrevoló la piscina en la que se encontraba la orca. El vídeo venía como siempre acompañado de un texto. En este caso, el usuario afirmó que las condiciones Kiska continuaban deteriorándose mientras flotaba en soledad.

Animal Justice se pronuncia

Animal Justice ha denunciado al parque de atracciones en el que se encontraba el animal. Ante la noticia de su muerte, la organización ha activado y renovado los pedidos de cargos contra Marineland por las crueles condiciones de vida del animal.

"Animal Justice está devastado al enterarse de la muerte de Kiska. Nuestros abogados están renovando los pedidos de cargos contra Marineland por las condiciones de vida crueles e ilegales que la instalación obligó a Kiska a soportar. Las orcas son animales increíblemente sociales, pero Kiska no tenía a nadie a su lado desde 2011 y sufría de una soledad agonizante, así como de falta de espacio y estimulación mental en su pequeño tanque vacío.

Según las leyes federales y provinciales, es ilegal causar sufrimiento y angustia a los animales, lo que incluye angustia psicológica derivada del aburrimiento y el aislamiento", ha afirmado la organización a través de un comunicado en su página web oficial.