La presidenta de la Comunidad de Madrid y líder del Partido Popular en la región, Isabel Díaz Ayuso, parece últimamente tener la intención de arrebatarle a Vox la bandera del negacionismo más reaccionario. El pasado jueves, la baronesa madrileña intervino en la Asamblea de Madrid, dando su punto de vista sobre el cambio climático y dejando polémicas declaraciones que se han hecho virales. Ante ello, el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga ha salido a matizar las palabras de la política.

“Mire, señoría, desde que la Tierra existe, desde el origen, ha habido siempre cambio climático. Ha habido ciclos”, comenzaba Ayuso, poniendo en entredicho una de las mayores obviedades de nuestro tiempo. “Nosotros tendremos que poner medidas para paliarlo, pero no pueden seguir contra la evidencia científica únicamente porque siempre tienen detrás, en su cabeza, que se llama comunismo”, argumentaba, ante la perplejidad de buena parte de la Cámara y los aplausos de sus acólitos.

Afortunadamente, existen expertos para contrastar este tipo de declaraciones. Y eso es justo lo que ha hecho Juan Luis Arsuaga:

El experto ha intervenido en el programa ‘Sábado Clave’, donde ha sido preguntado por las palabras de Ayuso. De ella, ha dicho que es “parcialmente cierta”, pero que había que añadirle un matiz clave: “Ha habido cambios en el clima a lo largo de la historia de la Tierra. Esto me parece que es del todo conocido, hemos tenido glaciaciones hace no mucho tiempo y épocas más cálidas que la actual”, ha comenzado.

“La afirmación es cierta, pero no tiene relación con el problema que nos afecta en este momento a la Humanidad, a los 8.000 millones de personas que habitamos el planeta, que es un calentamiento global que estamos produciendo nosotros”, ha matizado a continuación, expresando el punto donde radica la diferencia: que el calentamiento de nuestro tiempo está inducido por la acción humana, mientras que en las ocasiones que referencia Ayuso se ha debido a la propia naturaleza del planeta.

Así, el paleoantropólogo ha señalado que “nuestras actividades, industriales sobre todo, están produciendo cambios en la composición de la atmósfera, que tienen como consecuencia el aumento de la temperatura y un descenso de la precipitación”. “Es decir, calor y aridez en gran parte del planeta, precisamente en esa parte del planeta en la que viven la mayoría de las personas”, ha sopesado.