El primer ministro británico, Boris Johnson, ha comenzado un confinamiento tras confirmarse el positivo por coronavirus de un diputado con el que mantuvo un contacto estrecho. Johnson, que superó el virus en abril, no muestra síntomas por el momento, pero cumplirá con los diez días de aislamiento preventivo como indican las autoridades sanitarias. Así lo confirmó a través de las redes sociales.

En una parecida situación se encontró la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El pasado lunes 9 de noviembre no acudió a los actos que tenían lugar con motivo del día de la Almudena por haberse detectado un positivo en su entorno, pero a diferencia de Johnson, Ayuso retomó dos días después su agenda presencial después de que le realizaran la prueba PCR que determinó su negativo.

En este sentido, la líder madrileña recurrió a los anticuerpos que tendría a raíz de haber pasado el coronavirus en marzo: “Necesitamos que los contactos estrechos guarden cuarentena por precaución. En mi caso, por ejemplo, yo ahora mismo estoy vacunada, estoy inmunizada y tengo anticuerpos”.

Ayuso, después de recibir un gran número de críticas por no respetar las directrices sanitarias para contener la pandemia, aseguró: “Una vez sabiendo que materialmente es imposible, científicamente imposible, que contagie dicho por todo el equipo y técnicos de la Consejería, lo suyo es que siga con la agenda normal”.

Pero la popular también fue foco de polémica porque no siguió el mismo protocolo sobre la realización de pruebas diagnósticas al que se enfrentan los madrileños. El equipo de Gobierno de Ayuso decidió semanas atrás la reducción de pruebas a contactos estrechos, estableciendo que solo se realizarían a los convivientes, personas vulnerables y quienes los atendiesen, personal sanitario y sociosanitario y aquellos que presenten síntomas. Con estas directrices, la presidenta no debería haberse realizado el test.