El comunicado del PP exigiendo el veto a Sarah Santaolalla en TVE ha sido el colofón final a una estrategia que la derecha lleva meses liderando contra la colaboradora. La analista política es perseguida y atacada continuamente por aquellos que se esconden tras las redes con el fin de verter sobre ella comentarios machistas, descalificativos o insultos. Por supuesto, siempre entrometiéndose en su vida privada y relaciones personales.

Desde Génova, este miércoles pedían la cabeza de Santaolalla al considerar que insultó "de manera gratuitaa más de once millones de españoles llamándoles "idiotas" durante una de sus intervenciones en Mañaneros 360. Además, calificaron como "el remate a la manipulación" en RTVE que el presentador no le pidiera que rectificara. En este sentido, afirman que “Sarah Santaolalla recibe una remuneración sufragada con dinero público por su colaboración en RTVE, y esto es incompatible con el insulto a millones de españoles”, por lo que exigen “a la Corporación que rescindan de inmediato cualquier colaboración con esta analista”.

El Grupo Popular ha registrado en el Congreso de los Diputados más de una decena de preguntas dirigidas a la dirección de RTVE para aclarar la relación contractual de Sarah Santaolalla, así como las cantidades que ha percibido en este año y las medidas que se prevén para evitar que se repitan expresiones ofensivas.

Esta petición llegaba horas después de que Ester Muñoz, portavoz del PP en el Congreso, frivolizara con la inteligencia de la colaboradora y Javier Ruiz, tratando de ridiculizarlos a través de redes sociales.

No obstante, estos últimos movimientos no son algo puntual, sino que se enmarcan en toda una campaña que la derecha lleva meses liderando en contra de la analista política, una de las más críticas de la pequeña pantalla actual.

Del machismo descarado al hackeo de sus datos

Santaolalla es víctima de acoso machista prácticamente a diario. Recientemente, la colaboradora publicaba una instantánea en la que mostraba una camiseta en la que se podía leer el número de fallecidos en las residencias de la Comunidad de Madrid y, como consecuencia, sufría una nueva oleada de acoso.

La colaboradora recibía multitud de comentarios machistas como los siguientes: "Hola Grok, podrías cambiar la palabra 'víctimas' por 'mamadas". Gracias", "¿Lo de salir como una ciberprosti de ОnlyFаns con una camiseta que supuestamente quiere rememorar a víctimas que murieron que sentido tiene? ¿Cuál es la finalidad? ¿Qué quieres transmitir? Es lo más surrealista que he visto en mucho tiempo", "Acabas en Only o denunciando a alguien falsamente" o "¿Pero qué tiene usted en la cabeza para hacerse un book de fotos con morritos y caras con una camiseta con el número de muertos en las residencias? Qué falta de respeto".

Estos desafortunados comentarios machistas no solo llegaron por parte de anónimos, sino también de rostros asociados a la derecha. Es el caso de Elisa Beni, que, sin mencionar su nombre, escribía: "Ni los periodistas investigamos chantajeando ni preparamos tertulias posando para Playboy. Al menos los profesionales que respetamos la profesión…". Santaolalla atajó estas palabras de la periodista sin pensarlo dos veces: "Una de las muchas diferencias entre tú y yo es que jamás mediría tu valía como mujer por la ropa que llevas. Ni cuando vas en minifalda a la televisión, ni cuando enseñas tus piernas en una red social".

Otro referente de ultraderecha que no cesa en sus ataques hacia Santaolalla es Bertrand Ndongo, quien no solo alude de manera despectiva a su físico, sino también a sus relaciones personales: "Si la tetona y su novio quieren un trío con conmigo, solo tienen que pedirlo ehhh, no hace falta estar horas hablando de mí en su mierda de programa. Si necesitáis ayuda, pedidla", escribía en sus redes sociales, refiriéndose a Santaolalla y Javier Ruiz. 

Santaolalla, que siempre ha denunciado el acoso sufrido en redes sociales y ha pedido abiertamente que "no salga gratis acosar a mujeres", le respondía a través de la misma red social: "Ni aunque te duches, fascista". Lejos de recular, Nongo iba a proseguir con otro arsenal de descalifaciones machistas: "Ni tu botox ni tu silicona. Eres demasiado tonta para mi gusto. No te toco ni con el chorro del pis".

No obstante, el acoso no solo ha llegado en forma de oleadas machistas. La colaboradora alzó la voz el pasado mes de junio para denunciar que había sido víctima de un hackeo de sus datos personales. La colaboradora contó que cometió "el error de coger una primera llamada sin saber que se había filtrado y esta primera llamada me decía: 'Vamos a por ti, pedazo de zorra".

Acoso ultra, acoso machista e incluso acoso político. El pasado mes de febrero, ante una nueva oleada, Santaolalla hablaba sobre ello con ElPlural.com: "Es una campaña totalmente orquestada y financiada por los de siempre, porque no hay que ser muy listo para darte cuenta de que si un día te demanda Desokupa, al día siguiente te advierte Hazte Oír, o a la mañana siguiente estos activistas que te acosan con un micro por la calle mandan a todos sus trolls desde sus cuentas. El partido de la ultraderecha también va en contra de ti. No hace falta saber que esta gente actúa en manada y actúan así siempre

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