No se guardaba nada el juez Castro en su conexión con las Malas Lenguas de Jesús Cintora. Tras hacer un análisis de los hechos por los que el juez Peinado pretende, ahora, llevar a un juicio oral a Begoña Gómez y Cristina Álvarez por un presunto delito de malversación, Castro llegaba a una conclusión sobre los indicios con los que el magistrado de Instrucción ha trabajado en esta causa y su manera de proceder: "El señor Peinado ha tirado la red, ha arrastrado y ha visto que no ha encontrado ningún pescado. Se ha ido a la pescadería ha cogido el más gordo que podía elegir y lo ha puesto en la red, pero a mí me parece absurdo que por algo tan nimio tan ridículo se pueda procesar y enjuiciar a alguien", aseguraba.

De esta manera, antes de establecer el ejemplo con el que exponía, a su modo de ver, la debilidad en los argumentos del juez Peinado, Castro insistía en que, en esta causa judicial, se deben distinguir dos cosas. En un primer lugar, alegaba que es necesario diferenciar de una parte la cuestión procesal y de otra parte la cuestión sustantiva o de fondo. Así, detallaba que, procesalmente, una vez que el magistrado entendió en mayo agotada su instrucción y se mostraba autoconvencido de que Begoña Gómez ha cometido un delito de malversación de caudales públicos, "tiene que resolver qué hacer con todo ese material que ha acumulado y entonces ha encontrado una ubicación legal en la ley del tribunal del jurado porque la Audiencia Provincial de Madrid calificó como funcionaria pública a Begoña Gómez y, entonces, dentro de los delitos que el tribunal del jurado puede enjuiciar, están las infracciones cometidas por los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones y entre ellos la malversación de caudales públicos".

Si bien, cuando Castro analizaba el punto de vista "sustantivo" veía que Peinado no posee "absolutamente ningún indicio" racional sobre que Begoña Gómez haya cometido dicho delito.

El ejemplo con el que echaba abajo la instrucción de Peinado

Para hacer más fácil comprender el motivo por el que los indicios en los que se basa Peinado para esta investigación no terminan de ser sólidos, el juez Castro narraba a Cintora un ejemplo con el que evidenciarlo. "Hace 40 años que dejé el tabaco, pero cuando fumaba no era nada inhabitual que cuando un funcionario del juzgado iba a comprar tabaco yo le dijera ´oye aprovecha y me traes también otra cajetilla para mí´.¿Hubiera yo cometido un delito de malversación de caudales públicos porque hubiera utilizado, en ese supuesto concreto, a un funcionario del juzgado para que me trajera de paso una cajetilla de tabaco? Pues lo de Begoña Gómez es tan irrisorio como eso". 

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