“Este es un momento crucial en la tecnología. La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de transformar el mundo: aumentar la productividad humana, acelerar el progreso científico y añadir miles de millones de dólares a la economía global”.
Con estas palabras, Mark Zuckerberg, fundador y máximo responsable de Meta (compañía matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, entre otras) y su homólogo en Spotify, Daniel Ek, dejan muy claras cuáles son sus intenciones con respecto a estas tecnologías: ganar dinero.
Meta y Spotify están contra Europa por la legislación sobre la IA
Contra Europa
Ambos ejecutivos han publicado una carta abierta conjunta, en la que tratan de presionar a la Unión Europea para que relaje su legislación sobre la IA: “Regular contra daños conocidos es necesario, pero la regulación preventiva de daños teóricos para tecnologías emergentes como la IA de código abierto ahogará la innovación. La regulación compleja y reacia al riesgo de Europa podría impedirle capitalizar las grandes apuestas que pueden traducirse en grandes recompensas”.
Como ejemplo, ponen “la aplicación desigual del reglamento general de Protección de Datos (RGPD) de la UE”. Según afirman, “esta directiva histórica tenía la intención de armonizar el uso y el flujo de datos, pero en cambio, los reguladores de privacidad de la UE están creando retrasos e incertidumbre y no consiguen ponerse de acuerdo sobre cómo debe aplicarse la ley”.
Se están creando retrasos e incertidumbre por falta de acuerdo sobre cómo debe aplicarse la ley
Desacuerdo
En su carta abierta, hacen referencia a cómo “a Meta se le ha dicho que retrase el entrenamiento de sus modelos en contenido compartido públicamente por adultos en Facebook e Instagram, no porque se haya violado ninguna ley, sino porque los reguladores no se han puesto de acuerdo sobre cómo proceder”.
“A corto plazo, retrasar el uso de datos que se utilizan rutinariamente en otras regiones” tendrá como consecuencia “que los modelos de IA más potentes no reflejarán el conocimiento colectivo, la cultura y los idiomas de Europa y los europeos no podrán usar los últimos productos” de estas tecnologías.
Preocupación real
“Estas preocupaciones no son teóricas”, aseguran. “Dada la actual incertidumbre regulatoria, Meta no podrá lanzar modelos futuros como Llama multimodal, que tiene la capacidad de comprender imágenes. Eso significa que las organizaciones europeas no podrán acceder a la última tecnología de código abierto, y los ciudadanos europeos tendrán que quedarse con IA pensada para otras personas”.
Según ambos, “la cruda realidad es que las leyes diseñadas para aumentar la soberanía y la competitividad europeas están logrando lo contrario. Y no se limita a nuestro sector: muchos directores ejecutivos europeos de diferentes sectores citan un entorno regulatorio complejo e incoherente como una de las razones de la falta de competitividad del continente”.
Propuestas
Su propuesta pasa por que Europa “simplifique y armonice” la regulación para “aprovechar los beneficios de un mercado único pero diverso”. A su juicio, los reguladores deberían tener en cuenta la brecha que se está abriendo entre el número de líderes tecnológicos surgidos en nuestra región, frente a los de América y Asia, “una brecha que también se extiende a unicornios y otras startups”.
Desde su punto de vista, “Europa necesita un nuevo enfoque con políticas más claras y una aplicación más consistente. Con el entorno regulatorio adecuado, combinado con la ambición correcta y algunos de los mejores talentos en IA del mundo, la UE tendría una oportunidad real de liderar la próxima generación de innovación tecnológica”.
Y concluyen que estas tecnologías pueden “ayudar a las organizaciones europeas a aprovechar al máximo la IA para igualar las oportunidades". Por eso, "esperamos que la UE no limite las posibilidades que apenas estamos comenzando a explorar. Aunque Spotify y Meta usan IA de diferentes maneras, estamos de acuerdo en que una regulación cuidadosa, clara y consistente puede fomentar la competencia y la innovación, al tiempo que protege a las personas y les brinda acceso a nuevas tecnologías que las empoderan”.
Y vaticinan un futuro poco prometedor: “En su rumbo actual, Europa perderá esta oportunidad única en una generación. Porque lo único que no tiene, a menos que quiera arriesgarse a quedarse aún más atrás, es tiempo”.