Aunque es un “hombre de la casa”, lleva apenas un mes y medio como director general de Fundéu, esa arma arrojadiza que es el mejor amigo de periodistas, escritores y frikis del lenguaje en general. No se preocupen, he mirado en su web cómo escribir frikis; aunque me da la sensación de que Javier Lascuráin, nuestro protagonista de hoy, me recomendaría utilizar fanáticos, locos o -por qué no- enamorados.

Uno entra en las oficinas de Fundéu y no piensa que ahí esté sucediendo nada urgente. Libros de suelo a techo y ocho personas, entre lingüistas y periodistas, delante de los ordenadores. Sin embargo, mándeles usted una consulta y ya verá lo poco que tardan en contestar.

Con un presupuesto anual algo así como el sueldo de un par de semanas de Lionel Messi, son la primera línea de la defensa del español en todo el mundo. Casi ná, diría un castizo, aunque les duela a los chicos de Fundéu.

No estamos en contra de los extranjerismos, proponemos alternativas en español

¿Está la tecnología cambiando el idioma?
Claramente. Lo que está haciendo la tecnología y la aceleración de los tiempos en general es que fenómenos que ya estaban en el mundo de la lengua y que no son nuevos, como la entrada de extranjerismos -a lo que el español se ha ido amoldando durante siglos- sucede a una velocidad y con una fuerza enormes.

Nosotros no estamos necesariamente en contra de la incorporación de extranjerismos. Lo que tratamos de hacer es proponer a nuestros seguidores y al hablante de español en general, un segundo de reflexión y decirle: Hay una alternativa en el español, luego tú haz lo que te parezca.

Javier Lascuráin es el nuevo director general de Fundéu

El otro día me dijeron “laikear”… ¿Eso enriquece o empobrece?
Si te digo que enriquece, probablemente estoy haciendo una simplificación. Hacerlo de manera acrítica y sin pensarlo tiende a empobrecer. Pero es verdad que refleja que el inglés es un idioma muy flexible y muy hábil a la hora de crear palabras: de un adjetivo crear un sustantivo y de un sustantivo, un verbo. Los hablantes del inglés no tienen el menor complejo en hacer estas cosas y nosotros nos lo pensamos mucho, somos más temerosos. Pero se puede hacer.
Esa mezcla muchas veces es el resultado de querer ser más ágiles. Si “dar me gusta” me parece una construcción demasiado complicada, al final digo “laikeo”. ¿Va en contra de la norma del español? Va [risas]. Pero constituye una tendencia en la lengua y tenemos que acostrumbrarnos a eso. Nosotros proponemos usar wasapear: es una palabra que se atiene a las normas del español, no tiene ninguna secuencia fuera del español, tiene uso… ¿por qué no? Guglear es más complicado.

Hay una tendencia a crear sustantivos terminados en er, algo que no es propio del español

¿Qué más cambios estáis percibiendo?
Hay una tendencia a crear sustantivos terminados en er, algo que no es propio del español. Pero dile tú a la gente joven que no diga yutuber. De hecho, nosotros proponemos yutubero, pero nos miran como diciendo… Sin embargo, decimos bloguero y ese ero es una forma propia de construir ese tipo de sustantivos en español.

¿Terminará esta generación por hacer que se construyan los sustantivos en español con er? Yo no lo creo, aunque tampoco puedo poner la mano en el fuego. Pero no hay que asustarse por eso. Llega un momento en que algunas cosas anómalas se convierten en norma. Muchas de las cosas que criticaba don Fernando Lázaro Carreter en su columna “El dardo en la palabra” porque iban en contra de la norma, hoy están aceptadas. Es muy curioso releerlo treintaitantos años después. Esto evoluciona.

¿Es la tecnología la mayor tensión sobre el idioma hoy en día?
Sin duda es el mayor contribuidor a este asunto. La tecnología y el uso que la gente hace de ella. El instagramear y esas cosas. La economía también mucho. Y otros que siempre lo han sido, como el ámbito de la moda.

Me parece curioso que llevemos toda la vida oyendo Coca-Cola y no se nos ocurre decir “cocacolear”. Sin embargo, tuitear no nos provoca ningún problema.
Uno nunca sabe muy bien por qué unas formas entran y otras no. Tuitear entró desde el primer momento. Nosotros dijimos que nos parecía buena opción. Es una adaptación al castellano que ha triunfado. Otras que también están bien formadas, sin embargo, no funcionan.

Estar en contacto con el español de otros países es bueno

También estamos en contacto con el español de otros países
Eso es bueno siempre, ahí no tengo ninguna duda. Los españoles tendemos a pensar que el español es el que se habla en nuestra comunidad autónoma, en nuestro nivel sociocultural y que todo lo demás son perversiones. Esa es una visión de la lengua casi del XIX. Los españoles somos el diez por ciento de los hablantes de español. Hay formas igual de correctas que las nuestras que usan 120 millones de mexicanos. Por supuesto, cada uno usará el español que mejor se ajusta al que ha utilizado siempre, pero acoger esa riqueza y estar expuesto a otras variantes del español es muy bueno.

¿Cómo hacemos para que los jóvenes usen bien el idioma?
Yo creo que tratar de convencerlos de que en sus memes, en sus comunicaciones personales, etc. se atengan a la norma, es tiempo perdido, no lo van a hacer [risas]. Tiene una cierta lógica que no lo hagan. Eso sí, tienes que ser consciente de que eso entraña un peligro: cuando estás escribiendo en un examen, tienes que ser capaz de estar atento, distinguir niveles. Es muy fácil olvidar el referente correcto, la lengua culta, y eso es lo que debemos evitar.

¿Está todo tan mal?
Hay una cierta tendencia a pensar que cada día nos estamos cargando la lengua. Yo no digo que no, pero digo que hay explicaciones para esa percepción. Quizá no nos damos cuenta de esto, pero nunca en la historia había habido tanta gente escribiendo de forma pública. Hace 25 años, solo lo hacían periodistas, escritores, profesores… Yo no tenía ni idea de si mi vecino del quinto escribía en la lista de la compra zanahoria sin hache. El problema es que ahora mi vecino del quinto tiene Twitter, tiene Facebook, tiene hasta un blog. Y compruebo que escribe fatal.

Algunos datos sobre Fundéu

  • Las recomendaciones de Fundéu se publican en la web de la Fundación (1,28 millones de usuarios en enero, 2,15 millones de visitas a páginas), a través de las líneas de la agencia EFE y en un boletín diario que cuenta con 60.000 suscriptores.
  • Además se difunden en las redes sociales de la Fundéu: Twitter (287.000 seguidores), Facebook (101.000) e Instagram (22.000).
  • La Fundéu da respuesta siete días a la semana a las dudas que plantean sus seguidores a través del correo electrónico, el formulario dispuesto para ello en la web, las redes sociales y el teléfono. Como media, cada día da respuesta a 130/140 consultas. Algunas de ellas, por su interés, se publican, junto a las recomendaciones diarias, en la web.
  • En la actualidad, la web de Fundéu tiene publicadas soluciones a más de 7.600 dudas lingüísticas (3.535 recomendaciones y 4.094 consultas respondidas).
  • Además publica un blog con curiosidades y artículos sobre la lengua; organiza con la Fundación San Millán de la Cogolla, un seminario internacional sobre lengua y periodismo que inaugura la reina Letizia; mantiene colaboraciones con varias emisoras de radio (entre ellas un espacio fijo semanal en Radio 5), y sostiene y gestiona la Wikilengua, un sitio colaborativo sobre norma, uso y estilo del español (1,1 millones de usuarios en enero del 2020 y 1,55 millones de visitas a páginas).