Google ha publicado una estimación sobre el impacto ambiental que genera cada consulta realizada a su modelo de inteligencia artificial Gemini. La compañía ha desarrollado una nueva metodología para medir con precisión la energía, las emisiones y el consumo de agua asociados al uso de sus sistemas, con el objetivo de mostrar en qué medida afectan al entorno estas tecnologías.

Un cálculo con ejemplos cotidianos

Según los datos compartidos, una petición de texto en Gemini requiere 0,24 vatios/hora de energía, produce 0,03 gramos de dióxido de carbono equivalente y utiliza 0,26 mililitros de agua, lo que equivale aproximadamente a cinco gotas. Para facilitar la comparación, Google traduce este gasto energético a un ejemplo cercano: supone lo mismo que ver la televisión durante menos de nueve segundos.

La empresa ha señalado que estas cifras corresponden a la mediana de las peticiones, es decir, al valor que representa el punto medio en el conjunto de solicitudes. Con ello pretende ofrecer una referencia que refleje un uso común y no casos extremos de mayor consumo.

Inteligencia artificial / Foto de Tara Winstead / PEXELS
La inteligencia artificial puede ser perjudicial para el medio ambiente.

Avances en la eficiencia de los modelos

El impacto que muestran estos números no es fruto del azar. Google asegura que en el último año ha trabajado en la optimización de sus modelos de inteligencia artificial, con una reducción significativa de su consumo energético y de su huella de carbono. Concretamente, explica que la energía necesaria para una petición media de texto en Gemini se ha reducido 33 veces en los últimos doce meses, mientras que las emisiones de carbono se han reducido 44 veces en ese mismo periodo.

Estos resultados, según la compañía, reflejan un esfuerzo por avanzar hacia modelos más sostenibles sin limitar la capacidad de procesamiento. La mejora en eficiencia no solo busca reducir el impacto medioambiental, sino también asegurar que el aumento en la adopción de herramientas de IA no se traduzca en un crecimiento descontrolado del consumo eléctrico.

El papel de los centros de datos

Además de los avances en el propio diseño de Gemini, Google destaca las medidas implementadas en sus centros de datos, que son los espacios físicos donde se ejecutan los modelos de inteligencia artificial y otros servicios digitales de la empresa.

En 2024, estos centros lograron disminuir sus emisiones energéticas en un 12 por ciento respecto al año anterior. Este dato cobra relevancia si se tiene en cuenta que, en paralelo, el consumo de electricidad en esas instalaciones creció un 27 por ciento debido al incremento de la demanda. En otras palabras, la compañía logró ser más eficiente y reducir emisiones incluso en un contexto de mayor uso.

Centro de datos que la compañía Google tiene en Paises Bajos.
Centro de datos que la compañía Google tiene en Paises Bajos.

Luchar por el medio ambiente

El debate del uso de inteligencia artificial y su afección al medio ambiente sigue vigente, en todo caso. Y conforme se haga más habitual su uso, las compañías tecnológicas tendrán que ir aumentando progresivamente la eficiencia energética de los mismos centros de datos. Google no es la única compañía que está en ello: por ejemplo, según el Foro Económico Mundial, Microsoft "estableció un código de conducta para sus proveedores, exigiéndoles que utilicen únicamente electricidad libre de carbono para 2030, compromiso que también asumió para sus propias operaciones".