En más de una ocasión en este apartado de Los Nuevos Viejos Tiempos de la tecnología, a propósito de diversos inventos, aparatos o sistemas, no existe unanimidad en la fecha de aparición del primer portátil. Algunos lo sitúan en 1981 y lo atribuyen a la Osborne Computer Corporation, compañía que, bajo el nombre de Osborne 1, lanzó al mercado en abril del mencionado año la primera computadora portátil, que destacaba por una pequeña pantalla (de 5”, es decir, menos que la de muchos smartphones actuales) y un gran teclado. El conjunto formaba una especie de maleta con un peso de casi 11 kilogramos y un precio de alrededor de 1.800 dólares.
Para otros fue IBM
Sin embargo, hay quien considera que el gigante IBM fue pionero con el desarrollo en 1975 del modelo 5100, un equipo con una pantalla similar en tamaño pero con un par de diferencias importantes: pesaba 25 kg y tenía un precio entre 11.000 y 25.000 dólares. Sin embargo, este no llegó a cuajar entre los usuarios, por razones obvias. Por el contrario, el Osborne 1 sí logró introducirse y con bastante éxito comercial en EEUU hasta que… aparecieron los primeros aparatos bajo la denominación de IBM PC.
Esos últimos años de los 70 y la década siguiente fueron cruciales para el desarrollo definitivo de los ordenadores en general, y del portátil en particular. Así, tan solo dos años después del Osborne 1, Epson sacó al mercado el HX-20, al que aún le faltaba bastante para parecerse a los actuales.
Monitor tapa
Hoy en día, que el monitor sea, a la vez, la tapa que protege y da forma a este tipo de equipos es algo habitual. De hecho, en la actualidad, algunas compañías, tanto fabricantes de microprocesadores, como las marcas más conocidas, han abierto la brecha comercial a favor de los llamados híbridos, es decir, aquellos que sirven como portátiles y tablets a la vez (separando o no la pantalla).
No obstante, hasta llegar aquí, los portátiles han dado muchas vueltas. Sin ir más lejos, al principio eran maletas propiamente dichas, de ahí que muchos no los consideren como los primeros equipos con estas características porque, al fin y al cabo, además del peso, la mayoría precisaba de conexión a la red eléctrica para funcionar.
Una de las grandes novedades y que ha hecho que muchos los consideren los primeros portátiles de verdad de la historia, la introdujo la empresa australiana Dulmison Pty. Ltd. Se trató del Dulmont Magnum también conocido como Kookaburra, cuya comercialización se inició en 1982 y tenía la característica de ser el primer equipo en el que el monitor era también tapa, es decir, como en la actualidad.
Y entonces llegó Windows
Es verdad que sobre todo en Japón y EEUU algunas empresas empeñaron su esfuerzo en la evolución de las computadoras. Uno de los momentos claves del despegue comercial definitivo de este sector se produjo en la década de los noventa con la aparición de Windows 95. A partir de ese instante, la popularización de los ordenadores portátiles se generalizó.
El proceso fue progresivo. En la actualidad, este tipo de equipos superan a los de sobremesa, hito que se certificó por vez primera en el año 2008.
A día de hoy, los portátiles (introduciendo en el término a todas sus variantes) se han convertido en compañeros imprescindibles de viaje. Es verdad que las marcas, poco a poco, van presentando nuevos soportes lo que ha llevado a algunos analistas a vaticinar “la inevitable desaparición” de estos ordenadores móviles ‘tradicionales’.
¿Larga vida?
Sin embargo, la realidad es que las cosas parecen ir por otros caminos. A modo de ejemplo, en la presentación hace un par de semanas de los nuevos microprocesadores de la compañía Intel, volvió a insistirse en la importancia que los portátiles van a seguir teniendo. De hecho, la multinacional americana, ha concluido que este tipo de equipos son los preferidos por los usuarios para el uso diario, por delante (muy por delante) todavía de otros soportes móviles como las tabletas.
Por lo tanto, y sin obviar que este tipo de afirmaciones empresariales tiene un cierto componente comercial, parece que la vida del protagonista de hoy está garantizada, por lo menos a corto y medio plazo.
Hablando de portátiles, de su historia y evolución, es preciso mencionar un proyecto que hace 9 años se puso en marcha: Un portátil por niño (OLPC, One Laptop Per Child). La iniciativa surgió en el MIT Media Lab y dio lugar a una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es que facilitar las cosas para que el ordenador como fuente de conocimiento y cultura, llegue a niños de todas las partes del mundo.
También se conoce como el ‘Portátil de 100 dólares’, haciendo referencia al precio al que podía ser adquirido por parte de los gobierno de países en vías de desarrollo.
Las últimas evoluciones
Si hay un sector que evolucione de manera sobresaliente y con una rapidez desmesurada, es el de la informática, el de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. En la actualidad, los ordenadores portátiles no han dejado de fabricarse, ni mucho menos, aunque sí han sufrido diferentes cambios por lo que respecta al diseño y prestaciones.
Como si de moda se tratase, también en este sector las tendencias son importantes. De este modo, ahora mismo la Ultrabooks y los híbridos o ‘2 en 1’ son las apuestas más destacadas de las principales marcas. Siempre con algunas características comunes: ligereza, autonomía, rapidez y conectividad.
Sin duda, estas versiones son evoluciones claras de los portátiles clásicos, lo que no quiere decir que estos no desarrollen nuevas y sobresalientes mejoras. Se espera que para los primeros meses de 2015, las principales marcas tanto de aparatos, como de microprocesadores presenten su ‘nueva colección’ para el año en curso. Entonces se podrá comprobar la larga vida que le queda por delante al portátil.