Eres mi mejor amiga, eres la persona más importante en mi vida,  siempre estaré disponible para  ti… Seguro que haces esas afirmaciones con relativa frecuencia. Incluso, es más que posible que hoy mismo hayas dicho algo parecido. Y seguro que crees hacerlo de corazón.  Peeeero… ¿son tan ciertas como piensas?

Hoy te proponemos utilizar la tecnología para comprobar si es verdad lo que afirmas. Hemos identificado doce “indicadores” que  marcan tu nivel de relación con la persona en cuestión. 

Aunque te parezca increíble, hemos llevado a cabo dos dinámicas con dos grupos diferentes de personas, para que nos indicaran cuáles eran los más relevantes. Y, por cierto, los resultados son consistentes en ambos casos. 

Por supuesto, lo que importa es el número [y la “intensidad”] de los que le aplican, pero no es imprescindible que  sean todos. Y también te avisamos que no están ordenados por ningún criterio concreto. 

Prepárate, no sea que te lleves alguna sorpresa. A ver cuáles de estas opciones son ciertas para esa persona en la que estás pensando. 

1.- Tienes establecido un tono de llamada y/o mensaje para ella. En realidad, se trata de una condición doble: por un lado, el hecho de haber establecido un sonido determinado, ya es señal de que quieres enterarte de cuándo te llama o escribe; por otro, si has escogido un tono que tiene un significado especial… ¡la cosa es importante!

2.- Le has puesto un “mote” en el contacto, en lugar de su nombre “oficial”. Sin duda, eso denota que tienes una relación con esa persona que va más allá del mero conocimiento. Imagina que tienes en tu móvil el número del Mandalorian y lo tienes guardado como “Mando”. Algo de ese estilo. 

3.- Le has asignado una foto. Ya sabes, la típica imagen que aparece cuando te llama. Rara vez haces algo así con alguien con quien conectas una vez cada diez años. Y si en la foto aparece junto a ti seguro que vuestra relación es especial. 

4.- Lo tienes en los “favoritos” de tu agenda. Aquí, ya no hay más que hablar. Si es de las pocas personas que te pueden despertar cuando tienes activado el modo nocturno, está claro que te importa lo que te vaya a decir. 

5.- Su nombre en tu agenda empieza por AA. Ya sabes, el viejo truco para que sea la primera opción de contacto en caso de emergencia. Otro dato al respecto del cual no cabe discusión. 

6.- Número de llamadas. Si es un número al que llamas más que al resto, cabe la posibilidad de que tu relación con su abonado o abonada sea más cercana que con otro tipo de contactos de tu agenda. También puede influir la duración de las llamadas y el momento en el que las hagas: si cada día es tu última llamada antes de dormir, ya sabes lo que hay. 

7.- Número de mensajes. En este punto, la situación es bastante similar al de las llamadas. Si os escribís a todas horas y, sobre todo, si lo hacéis al despertaros o acostaros, no puedes decir que es “solo una amistad más”. 

8.- Grupos en común. Si resulta que coincides con esa persona en tres grupos de WhatsApp, cinco de Telegram, siete de Signal y ocho canales de Discord, quizá debas plantearte que tenéis en común muchos intereses o muchas redes de contactos. Y eso significa que tenéis más puntos de contacto que con otras amistades. 

9.- Contactos en común. Si en las redes sociales coincidís siempre con los mismos usuarios, quizá -una vez más- vuestro círculo de contacto es más estrecho de lo que podría parecer.  

10.- Número de fotos suyas en tu galería. O, lo que es más significativo, imágenes en las que aparecéis juntos. Eso significaría que compartís mucho tiempo y que además hacéis cosas que merece la pena recordar. 

11.- Está en tu lista de “mejores amigos” de Instagram. Ya sabes que esta red social te permite publicar contenidos solo para quienes consideres tu círculo más íntimo. El mismo nombre lo deja bien claro. Y, si sus stories son las primeras que miras cada día, es evidente que te interesa lo que hace [¡aunque también puede que seas un poco stalker!].

12.- Tiempo de respuesta. ¿Cuánto tiempo pasa desde que te escribe hasta que contestas? Este factor suele ir unido al de haberle asignado un tono específico. Si suena para avisarte de que te ha mandado un mensaje y tardas en responder menos que Flash en bajar a la tienda de la esquina, algo hay.

Estas son las conclusiones de los dos “experimentos” llevados a cabo con nuestra metodología telescópica que, en este caso, no tiene una base científica muy potente que digamos, pero seguro que estás de acuerdo con la mayoría de los elementos de nuestro “modelo”. 

A partir de aquí, ya es cosa tuya cómo quieres interpretar los datos que te salgan. Puedes pensar que para ser un “muy mejor amigo”, como diría Forrest Gump, es imprescindible cumplir con todos, o que solo unos cuantos ya te sitúan en el “círculo de confianza” [¿recuerdas a Robert de Niro en Los padres de ella?].

Eso sí, tampoco es cuestión de que vayas hora diciéndole a la gente: “mira, he hecho un análisis de nuestra amistad y me sale un índice muy bajo”. Pero bueno, una referencia sí que puedes tener ya.