En El Telescopio siempre queremos contar los proyectos de emprendedoras que están poniendo en marcha ideas que ayudan a los demás. Es nuestra forma de proporcionar modelos de comportamiento y casos de éxito que son fundamentales, sobre todo en el caso de las mujeres, para fomentar la innovación.

Y, como se acaba el año y en todos los hogares españoles el 26 de diciembre se comen sobras de la nochebuena y la navidad, hoy te traemos un resumen de lo que hemos aprendido durante este año 2024 sobre emprendimiento.

Necesitaba darle la vuelta a mi vida y buscar un nuevo reto

Dejarlo todo

El punto de partida para lanzarse a emprender parece ser la insatisfacción con la propia carrera profesional. “Hace cinco años me di cuenta de que necesitaba darle la vuelta a mi vida y buscar un nuevo reto”, nos explicaba Fabiana Almeida, fundadora de Techbalance, un sistema de fisioterapia digital que ya está triunfando en su Brasil natal.

Almeida, además, lo tuvo claro desde el primer momento. Nos contaba que cambió de mentalidad “muy rápido y dejé atrás todos mis compromisos. Me dediqué al proyecto totalmente, puse en él toda mi energía, para desarrollar la tecnología”.

En España, solo un 8% de las compañías están formadas únicamente por mujeres

Lanzarse

Ese momento inicial es clave, como nos explicaba Inés OliveiraHead of Innovation Services en Wayra, el corporate venture capital de Telefónica: “El problema del emprendimiento femenino está en el peldaño anterior a la inversión. En el impulso a lanzarse a montar su propia empresa. Quizá es un tema más cultural”.

Por eso, su análisis se centra en ese momento anterior, sobre todo en el caso de las mujeres: “Se tiene que trabajar a nivel universitario y de colegios e institutos para que haya más referencias emprendedoras femeninas, para que luego podamos también generar más oportunidades para ellas”.

De hecho, según sus datos, “en España, solo un 8% de las compañías están formadas únicamente por mujeres. Nosotros tenemos una cartera de más de 1.000 compañías, de las cuales un 20% tiene a una como fundadora”, detallaba.

Pensar demasiado

Oliveira decía, medio en broma y medio en serio, cuando le planteábamos el ejemplo de una mujer que no acaba de decidirse a emprender, que “quizá el problema es que piensa demasiado”.

En ese sentido, Wayra puede ser de gran ayuda: “Apoyamos a las mujeres para que puedan dar ese salto. Hay muchos programas de aceleración, de mentorización, que existen para apoyarlas”.

Emprendimiento diferente

Otra opción de emprendimiento, que en esta ocasión nos proponía la ONG Wanawake Mujer, que trabaja por los derechos de niñas y mujeres, es un tipo de emprendimiento más social.

Wanawake apoya a muchas mujeres a través de las Flores Maua, "un proyecto de emprendimiento social a través de la tradición, que favorece que muchas mujeres en situación de extrema vulnerabilidad (mutilación genital, matrimonio forzado, trata con fines de explotación sexual) estén floreciendo, es decir,  prosperando, emergiendo, generando así un impulso positivo hacia un mundo más justo y equitativo", aseguraba su cofundadora, Mónica Batán.

Desde esta organización quieren "sensibilizar a la población sobre la importancia del papel de la mujer en la sociedad, especialmente en un ámbito, el de los negocios, el emprendimiento y la economía, más masculinizado, ofreciendo redes que ayuden a fortalecer el tejido social y cultural en esta ciudad. Evidenciar que es posible impulsar una economía social y solidaria que proponga mejoras en la vida de las personas".

A través de su proyecto “Maua, ponemos sobre la mesa las diversas realidades que viven las mujeres y las niñas en el mundo, especialmente aquellas que, día a día luchan por sus derecho más básicos y que han sobrevivido a mutilación genital femenina, matrimonio infantil y trata con fines de explotación".

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