El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) estima que, para el año 2050, el 75% de la población mundial vivirá en zonas urbanas. En total, unos 2.000 millones de nuevos habitantes para los núcleos urbanos.

Por eso, Antònio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, pide: “En el Día Mundial de las Ciudades, comprometámonos a trabajar para que las zonas urbanas no solo sean motores de crecimiento, sino también modelos de sostenibilidad, resiliencia y prosperidad para todos”.

Las ciudades deben ser modelos de sostenibilidad, resiliencia y prosperidad para todos

La difícil vida en las ciudades

La ONU explica que “cuando se planifican de forma responsable y se basan en un análisis coste-beneficio riguroso, aunque no necesariamente exhaustivo, y se apoyan en una normativa adecuada, la financiación y el desarrollo de infraestructuras pueden actuar como motor del desarrollo institucional, político y de capacidades a todos los niveles”.

Ese es el ideal, pero la realidad dista mucho de reflejarlo: “Sin embargo, con demasiada frecuencia esta no es la forma de desarrollo urbano. La desigualdad y la exclusión abundan, a menudo en tasas superiores a la media nacional, a expensas del desarrollo sostenible que sirve para todos”.

Todos debemos participar en la toma de decisiones

Financiar un futuro urbano sostenible

El mensaje de este año del Día Mundial de las ciudades se centra en la financiación. La institución afirma que ” los mandatos de todos los niveles y ámbitos de gobierno deben ser claros, sin lagunas ni solapamientos y deben participar en la toma de decisiones en materia de inversión; y no solo los responsables de recaudar impuestos y otros gravámenes”.

Pero no basta solo con eso. también es “esencial mejorar la eficacia de la gestión del desarrollo urbano mediante una mejor colaboración entre los distintos niveles y sectores de gobierno”.

Las ciudades representan el 70% de las emisiones de carbono mundiales y más del 60% del uso de recursos

Crecimiento sostenible

Según datos de las Naciones Unidas, las ciudades y las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que contribuyen al 60% aproximadamente del PIB mundial. Sin embargo, también representan alrededor del 70% de las emisiones de carbono mundiales y más del 60% del uso de recursos.

“La rápida urbanización está dando como resultado un número creciente de habitantes en barrios pobres, infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados (como la recogida de residuos y los sistemas de agua y saneamiento, carreteras y transporte), lo cual está empeorando la contaminación del aire y el crecimiento urbano incontrolado”, explica la institución.

Las ciudades, en cifras

En 2022, solo la mitad de la población urbana mundial tenía acceso al transporte público. “El crecimiento urbano descontrolado, la contaminación atmosférica y la escasez de espacios públicos abiertos persisten en las ciudades”.

Por otro lado, la ONU reconoce que desde 2015, se ha duplicado el número de países con estrategias nacionales y locales de reducción del riesgo de catástrofes.

ODS

Para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 [Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles], “los esfuerzos deben centrarse en aplicar políticas y prácticas de desarrollo urbano inclusivo, resiliente y sostenible que den prioridad al acceso a los servicios básicos, a la vivienda a precios asequibles, al transporte eficiente y a los espacios verdes para todo el mundo”.

Actualmente, el 85 por ciento de los habitantes de barrios marginales se concentran en tres regiones: Asia central y meridional (359 millones), Asia oriental y sudoriental (306 millones) y África subsahariana (230 millones).

Expansión

A nivel mundial, las ciudades se han espandido físicamente más rápido que su crecimiento poblacional, “con tasas promedio anuales de consumo de suelo del 2,0 %, en comparación con las tasas de crecimiento poblacional del 1,6 %, entre los años 2000 y 2010, y del 1,5 %, en comparación con el 1,2 % respectivamente, entre los años 2010 y 2020, según los datos de 681 ciudades entre los años 1990 y 2020”.

Además, el organismo de las Naciones Unidas para los alimentos, la FAO, advirtió de que el hambre y las muertes podrían aumentar de manera significativa en las zonas urbanas que no cuentan con medidas para garantizar que los residentes pobres y vulnerables tengan acceso a alimentos.

En nuestro país, Miguel Díaz-Carro, responsable del área de Biodiversidad y Territorio de la ONG Amigos de la Tierra afirma que “necesitamos defender el derecho a vivir dignamente en la ciudad y, para ello, las políticas de renaturalización deben potenciarse e incluir el desarrollo de refugios climáticos comunitarios que no solo nos protejan del calor, sino que nos permitan compartir y conocer a nuestras vecinas”

La organización ecologista asegura que “esta adaptación a las altas temperaturas no puede establecerse desde ópticas individualistas, sino que debe pasar por políticas democratizadoras como la renaturalización de las ciudades. Una renaturalización que debe diseñarse conjuntamente con los vecinos y vecinas de los diferentes barrios”.