En enero del año pasado, entrevistamos a Claudina Caramuti para que nos contase las conclusiones del primer estudio Propósito y reinvención del capitalismo, elaborado por  CANVAS Estrategias Sostenibles, la firma de consultoría estratégica de la que es socia.

Ahora se acaba de presentar la segunda edición y, como no podía ser de otra manera, hemos hablado con ellas para que nos cuente cuáles son las principales conclusiones de esta nueva investigación. Spoiler alert: “El 77% de la ciudadanía española reclama la transformación del sistema económico para impulsar modelos más sostenibles e inclusivos”.

Hay como un descontento generalizado, un ansia de cambio

Valoración crítica

Como explica Caramuti “se ratifica la necesidad de una valoración crítica con respecto al sistema económico por parte de la población. Hay como un descontento generalizado, un ansia de cambio, de transformación”.

Y señala que “los condicionamientos externos”, que provocan que haya “mucha gente viviendo situaciones complicadas”, hacen que “tres cuartas partes de la población están muy o bastante preocupadas por el triple impacto del ámbito económico, el social y el ambiental”.

Continúa la preocupación por el impacto en las personas y el planeta

Aprendizajes

El informe señala que continúa la inquietud “por el impacto en las personas y el planeta”. Y a la hora de identificar qué ámbito debe ser prioritario en la transformación del sistema económico, un 71,8% señala la lucha contra la pobreza y la desigualdad: “Un resultado que refleja la aspiración de la ciudadanía de un crecimiento equitativo e inclusivo, que aumente la cohesión social y que genere prosperidad para todos los sectores de la población”.

En concreto, la lucha contra la corrupción y la evasión de impuestos se sitúa como principal preocupación (78,8%), seguida de la protección de la biodiversidad y los ecosistemas naturales (73,8%). En un tercer nivel, se sitúan la lucha contra la pobreza y la desigualdad (71,8%), “lo que refleja la preocupación de la sociedad por los impactos del sistema económico tanto en las personas como en el planeta”.

“Nos llamó la atención la lucha contra la corrupción, no que fuese alta, sino que saliera la primera”, afirma Caramuti.

Las mujeres demuestran un mayor nivel de preocupación por la sostenibilidad

Sostenibilidad y género

En términos de sensibilización y concienciación, la investigación concluye que “las mujeres demuestran un mayor nivel de preocupación por la sostenibilidad, con diferencias de más de 10 puntos en algunos ámbitos”. La cuestión que registra una mayor distancia es el de cuidado de la salud física y mental de las personas, en el que “las mujeres están muy y bastante preocupadas en un 78,5% y los hombres en un 65,3%”.

Propósito

Otro punto de interés es el papel de las empresas con propósito. “Las personas están viendo como un eje importante de transformación del sistema a las empresas que tienen un modelo de ser sostenibles, que buscan un impacto positivo”, apunta la socia de Canvas.

De hecho, según los datos del informe, el 70,7% de las respuestas consideran total o bastante necesario que las empresas den el paso hacia modelos de negocio más sostenibles y responsables, que, según la firma, “definen a las empresas con propósito”.

Más sensibilización

“Nos interesaba ver si hay grupos de personas más sensibilizadas. Hay una ciudadanía más activa, un poco por encima del 28%, que tienen una sensibilidad en sus hábitos, que miran cómo pueden ser más sostenibles en su día a día y que actúan en consecuencia. Toman decisiones o escogen empresas o productos en función de esa sensibilidad”, explica Caramuti.

De ese grupo de la población, más del 84% afirma que saber que una empresa tiene un propósito “les influye a la hora de elegir sus productos o servicios y recomendarla”.

Cuando le preguntamos si el propósito de las empresas es algo real o simplemente se trata de marketing, reconoce que “hay de todo”. Pero puntualiza que en el estudio se recogen casos reales que reflejan “cómo una empresa que se ha planteado tener un propósito, que lo ha redactado, lo ha elaborado en función de su negocio, lo baja al terreno en un producto o un servicio concreto. Y qué necesidades sociales o ambientales están buscando resolver”.

Y asegura que “hay una gran masa de empresas que están trabajando para realmente entender en qué pueden impactar más -aparte de ganar dinero, claro (risas)- en qué puedo tener una influencia y cómo me propongo mejorar. Es una autorreflexión como empresa”.

Recuerda que “hay muchos estudios que demuestran que este tipo de empresas terminan siendo más rentables”. Por eso, “muchos inversores están poniendo la brújula en este tipo de empresas, porque te da solidez por la implicación de las personas, que trabajan con un sentido, no solo por dinero”.