Hoy cerramos nuestra serie dedicada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS] de Naciones Unidas. Los hemos repasamos todos menos los de hoy: el 16, paz, justicia e instituciones sólidas; y el 17, alianzas para lograr los objetivos. Esperamos que toda la audencia telescópica tengáis por lo menos un recuerdo [¡y una acción!] para estos dos últimos y los 15 anteriores.  

S WEB Goal 16

Es preciso reducir significativamente todas las formas de violencia 

Paz, justicia e instituciones sólidas 

“Los conflictos, la inseguridad, las instituciones débiles y el acceso limitado a la justicia continúan suponiendo una grave amenaza para el desarrollo sostenible”, denuncia Naciones Unidas. 

Por eso, este objetivo se centra de manera principal en “reducir significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo”. Y, sobre todo en el caso de la infancia, “poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños”.  

Uno de los pilares para conseguir esta meta, según la ONU, es “promover el estado de derecho en los planos nacional e internacional y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para todos”. 

Algo que, advierte la organización, no es posible sin reducir el flujo financiero y armamentístico ilícitos, así como eliminar la delincuencia organizada,  la corrupción y el soborno en todas sus formas.  

S WEB Goal 17

Los países desarrollados deben cumplir plenamente sus compromisos 

Alianzas para lograr los objetivos 

Como afirma Naciones Unidas, “los ODS solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación”. 

La responsabilidad cae, en gran medida, en los países desarrollados, que deben “cumplir plenamente sus compromisos en relación con la asistencia oficial para el desarrollo, incluido el compromiso de numerosos países desarrollados de alcanzar el objetivo de destinar el 0,7% del ingreso nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países en desarrollo y entre el 0,15% y el 0,20% del ingreso nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países menos adelantados”.  

Esa cooperación “regional e internacional” tiene que producirse también “en materia de ciencia, tecnología e innovación”. No solo en el acceso a ellas, sino también en cuanto al intercambio de conocimientos. 

Por eso, la ONU quiere “mejorar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible, complementada por alianzas entre múltiples interesados que movilicen e intercambien conocimientos, especialización, tecnología y recursos financieros, a fin de apoyar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en todos los países, particularmente los países en desarrollo”. 

En cifras: 

El número de personas que huyen de las guerras, las persecuciones y los conflictos superó los 70 millones en 2018, la cifra más alta registrada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en casi 70 años. 

En 2019, las Naciones Unidas registraron 357 asesinatos y 30 desapariciones forzadas de defensores de los derechos humanos, periodistas y sindicalistas en 47 países. 

Por otro lado, los nacimientos de alrededor de uno de cada cuatro niños en todo el mundo con menos de 5 años nunca se registran de manera oficial, lo que les priva de una prueba de identidad legal, que es crucial para la protección de sus derechos y para el acceso a la justicia y a los servicios sociales. 

El 79 por ciento de las importaciones de países en vías de desarrollo entra a los países desarrollados sin pagar impuestos. 

La carga de la deuda de los países en desarrollo se mantiene estable en alrededor del 3 por ciento de los ingresos por exportaciones. 

El número de usuarios de Internet en África casi se duplicó en los últimos cuatro años. 

El 30 por ciento de los jóvenes del mundo son nativos digitales, activos en línea durante al menos cinco años. 

Pero más de cuatro mil millones de personas no usan Internet, y el 90 por ciento de ellos son del mundo en desarrollo. 

Según Naciones Unidas, entre las instituciones más afectadas por la corrupción se encuentran el poder judicial y la policía. 

La corrupción, el soborno, el robo y la evasión impositiva cuestan más de mil millones para los países en desarrollo por año; esta cantidad de dinero podría usarse para ayudar a aquellos que viven con menos de 1,25 dólares al día durante al menos seis años. 

Aproximadamente 28,5 millones de niños en edad escolar primaria que no asisten a la escuela viven en áreas afectadas por conflictos. 

El estado de derecho y el desarrollo tienen una interrelación significativa y se refuerzan mutuamente, por lo que es esencial para el desarrollo sostenible a nivel nacional e internacional. 

La proporción de presos detenidos sin sentencia se ha mantenido casi constante en el 31 por ciento en la última década.