Maya Tutton habla castellano con la soltura de quien ha vivido en España y países de habla hispana. Solo recurre al inglés cuando no encuentra la forma exacta de transmitir lo que quiere. Se le escapa un “joder” por el que enseguida pide perdón. Tiene la actitud más serena y reflexiva de lo que cabría esperar de una activista de 21 años, pero eso no evita que aflore la indignación cuando hablamos de los temas más delicados.  

Estudia Human, Social and Political Science [que podríamos traducir como ciencias humanas, sociales y políticas], pero cuando le preguntamos si va a ser Prime Minister algún día, se ríe y niega cuatro veces: “No, no, no, no. No quiero dedicarme a la política. Lo que estudio es más teoría, libros del siglo XVIII sobre el Estado”.  

Maya y Gemma Tutton son las fundadoras de OurStreetsNow. Imagen: OurStreetsNow

Maya y Gemma Tutton son las fundadoras de OurStreetsNow. Imagen: OurStreetsNow

Estamos cansadas de que el acoso sea parte normal de ser una chica 

OurStreetsNow 

Su lucha es la guerra contra el acoso sexual en las calles. Su proyecto, OurStreetsNow. Junto a su hermana Gemma, de 15 años, decidieron “transformar la indignación en acción”, al comprobar que cientos de mujeres y niñas se ponían en contacto con ellas a través de internet “para compartir sus historias de haber sido insultadas, seguidas y asaltadas en lugares públicos”. Aseguran estar “cansadas de que el acoso sea parte normal de ser una chica”.   

Afirma que “ningún niño nace misógino, es un comportamiento que se aprende”. Por eso, hoy mismo las dos hermanas lanzan una nueva iniciativa dentro de OurStretsNow. “Se llama OurSchoolsNow. Se basa en una encuesta que hemos hecho entre estudiantes de colegios y universidades del Reino Unido. Estamos convencidas de que no podemos acabar con el acoso sexual público a menos que cambien también la sociedad, la cultura y la educación”.  

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Entre las conclusiones de la investigación, destacan que dos de cada tres mujeres en edad escolar han sido víctimas de acoso callejero. Y, a pesar de ser la forma de violencia más frecuente para ellas, solo un 14 por ciento de los estudiantes la reconocen como tal. Además, casi la mitad no sabrían cómo denunciarlo y un 72 por ciento de quienes lo han hecho, han recibido una respuesta negativa por parte de sus centros educativos. 

Estamos convencidas de que no podemos acabar con el acoso sexual público a menos que cambien también la sociedad, la cultura y la educación 

Cambiar la situación 

Para cambiar esa situación, han creado “packs para profesores, recursos y actividades que están disponibles en nuestra web”. Su objetivo es “crear una nueva generación de chicas que no se culpen nunca a sí mimas por el acoso que probablemente deberán afrontar; y una generación de chicos que nunca perpetrarán este tipo de violencia diaria”.  

Le explico que hace unos días he entrevistado a María Ramírez, de Amnistía Internacional y que me ha pedido que le pregunte cómo nació OurStreetsNow. “Estábamos indignadas por el acoso callejero, pero no sabíamos qué hacer. Vimos que en Francia habían aprobado una ley, así que decidimos empezar nuestra campaña. Dijimos: no es que el gobierno inglés no pueda hacer cosas, es que no quiere”. 

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Mi hermana, mis amigas, yo... Todas hemos sido víctimas de acoso callejero 

Paso a la acción 

Para Maya, la decisión de pasar a la acción vino a raíz de observar el efecto del acoso callejero en su hermana. “Siempre me ha indignado el acoso callejero. Pero no entendía el impacto que tenía en mi vida. Al ver cómo afectaba a mi hermana a su cuerpo, a ir a la escuela... todo cambió para ella y fue muy difícil. Hizo que entendiera el impacto que estaba teniendo también en mí, mi experiencia, la de mis amigas. Todas habíamos sido víctimas de acoso callejero”, explica.  

Pero eran conscientes de la magnitud de lo que querían conseguir: “Creíamos que no podíamos hacer nada, porque está tan normalizado, es un problema tan grande que piensas: yo, una estudiante de 21 años, no puedo hacer nada”. 

La responsabilidad de un gobierno es escuchar a sus ciudadanos 

El gobierno, clave 

El ejemplo de la regulación en otros países, fue clave. “Pensamos: si podemos presionar y empezar una campaña muy específica para decir que necesitamos esta ley en este país, es un cambio pequeño, pero es como draw a line in the sand [algo así como decir hasta aquí hemos llegado]”, explica.  

El objetivo de su campaña, el gobierno británico, no tenía el acoso callejero en su agenda. Según Tutton, “tienen otras prioridades. Algo así como el 66 por ciento son hombres. Pero nosotras podemos decir que sí es nuestra prioridad y la responsabilidad de un gobierno es escuchar a sus ciudadanos”.  

Aun así, se considera “optimista” y asegura tener “mucha fe en poder trabajar con el gobierno. Hemos intervenido en actos en el parlamento sobre misoginia”. 

De hecho, como ella misma señala, las mujeres políticas “cuando salen del parlamento no están seguras. Puedes ser Angela Merkel y ser víctima de acoso callejero”.  

Puedes ser Angela Merkel y ser víctima de acoso callejero 

Importancia del lenguaje 

Tutton y el resto de integrantes de OurStreetsNow ponen mucho énfasis en la relevancia del lenguaje utilizado en estas situaciones. “No es un piropo, es acoso sexual público. En cualquier otro entorno, se entendería que lo es. Pero, ¿como estamos en un espacio público ya está bien? Por eso es importante no llamarlo piropo, sino acoso callejero”.  

Esa normalización de la situación es, a su juicio, la raíz de todo: “La gente ni siquiera sabe que es un problema. Hablo todo el tiempo con chicas que me dicen que antes de conocer nuestra campaña o de hablar con su madre o con una amiga, no sabían que lo era”. 

Sin embargo, este tipo de acoso “tiene un impacto horrible sobre la salud mental y muchas otras cosas en las chicas. Muchas se culpan a sí mismas”. Y no es el mismo para todas: “El acoso callejero es diferente para personas diferentes. Una mujer gay o una mujer de color pueden sufrir más acoso”.  

En Inglaterra, un 42 por ciento de las víctimas de acoso callejero no se lo dicen a nadie 

En soledad 

Y lo peor es que casi la mitad lo viven en soledad: “En Inglaterra, un 42 por ciento de las víctimas de acoso callejero no se lo dicen a nadie. No hablan sobre ello y si lo hacen, les preguntan cómo iban vestidas o les dicen que a lo mejor la persona solo quería hablar con ellas”.  

Según Tutton, las jóvenes en esta situación piensan: “Mi cuerpo es propiedad pública, que se puede comentar. Y, cuando se lo cuento a la gente, me dicen que es culpa mía. Ser una mujer es justificación suficiente para ser víctima de acoso callejero. Es el mito más grande que  tenemos que superar, que eso sea normal en la vida de las niñas. Y no es normal, es acoso sexual”, afirma rotunda.  

Para ella, el entorno no puede cambiar el hecho en sí: “Si a mí en la universidad alguien me hace un comentario de ese tipo, puedo denunciarlo. Pero en un espacio público, todo vale si eres una mujer”.  

Ser una mujer es justificación suficiente para ser víctima de acoso callejero 

Delito 

En Inglaterra, como ella misma señala, existe el delito de odio, que incluye racismo, homofobia, transfobia, bifobia, religión y discapacidad, además de los crímenes contra gente mayor. “Si alguien hace una de esas cosas, va a tener muchos problemas. Pero el crimen de odio basado en género no existe”. 

A pesar de todo, Tutton no cree estar cambiando el mundo. “Bueno, el mundo no sé, pero este es un pequeño cambio”, reflexiona. “Tenemos que vivir nuestra vida y no es justo que mi hermana a los 15 años tenga que tener una campaña contra el acoso callejero. No debería ser su trabajo, decir a la sociedad que hay que cambiar cosas. Yo nunca le diría a nadie que tiene que cambiar algo. Nuestra sociedad, la cultura, los hombres en ella tienen que hacer más”. 

Termina con una frase lapidaria: “Ser una persona es difícil; ser una mujer es aun más difícil”. Y añade entre risas: “Y tener una campaña es imposible”.