“Si usamos las soluciones de las cuales disponemos hoy para las fuentes clave de emisiones de metano, es posible recortarlas a la mitad, lo que significa evitar 0,25ºC de incremento de la temperatura en 2060 y 0,5ºC al final de este siglo”. Así explica Flavia Sollazzo, Senior Director EU Energy Transition [Directora de transición energéticia de la Unión Europea] del Environmental Defense Fund Europe [EDF, Fondo Europeo de defensa medioambiental], el impacto de este gas en nuestro planeta.

“Hoy, al menos el 25% del calentamiento global es provocado por metano generado por la acción de los seres humanos”, nos explica Sollazzo. Recortar las emisiones de este gas puede, entre otros efectos positivos, evitar el riesgo de 200.000 muerte prematuras al año y evitar la subida del nivel del mar que afecta directamente a 10 millones de seres humanos.

No solo eso, también se mitigarían los problemas de abastecimiento de agua y de pérdida de hábitat vital para muchas especies de plantas y animales.

El metano tiene 80 veces más poder de calentamiento global que el CO2

Recortar las emisiones de metano

Solazzo habla con el convencimiento y la solvencia de quien conoce el tema en profundidad y sabe de la importancia que tiene: “La concentración de CO2 es mayor, pero los peligros climáticos asociados al metano son más intensos, porque tiene 80 veces más poder de calentamiento global”. Además, “estos efectos se notan, sobre todo, en los primeros 20 años que está en la atmósfera”.

Por tanto, las acciones que se lleven a cabo con respecto a este gas tienen un impacto más inmediato: “Mientras que las emisiones de CO2 (llamados contaminantes climáticos de vida larga) persisten durante casi un siglo, y se acumulan con el paso del tiempo (alrededor del 40% del CO2 que se emitió hace 100 años puede estar todavía en la atmósfera), existen contaminantes climáticos de vida corta que no se acumulan con el tiempo, como es el metano”, explica el EDF.

Las emisiones en el sector energético pueden ser un 70% mayores de lo que sabemos

Un peligro silenciado

No se ha hablado mucho del metano en los últimos años, porque la concentración de CO2 es mucho mayor”, señala.

Según apunta, “el problema es que no tenemos muchos datos. Solo en los últimos años hemos empezado a hablar sobre este gas. Hay estudios que señalan que las emisiones en el sector energético, por ejemplo, pueden ser un 70% mayores de lo que sabemos”. Apunta a diferentes causas de esta situación: “Es difícil de medir y lo hacemos en comparación con el CO2”.

Aun así, queda espacio para el optimismo porque “hay muchas iniciativas que han arrancado en el último par de años. Está comenzando a haber acciones internacionales y también en la Unión Europea”.

Europa es pionera porque crea un marco de trabajo para la detección y reparación

Acciones

Es uno de los motivos por los que la UE ha presentado en diciembre de 2021 una regulación sobre este gas para el sector energético. “Uno de los puntos principales es crear o reforzar un sistema de medición y verificación. El principal problema con los datos es que hasta ahora han sido cuantificados por factores relacionados con la emisión que fueron calculados y adoptados hace muchos años”, explica Sollazzo.

La regulación europea “señala que necesitamos datos que se puedan medir, en un marco de trabajo en el que todo el mundo utilice los mismos criterios, porque si no, cada cual mide a su manera y no puedes comparar. Esa es la base para el trabajo en la UE y a nivel internacional”.

Además, se trata de una legislación pionera que “establece un precedente, porque es la primera de ese tipo que trata de crear un marco de trabajo para la detección y reparación para el continente. Hasta que no tienes ese marco de trabajo que te indica que tienes que buscar de forma rutinaria escapes en las canalizaciones, no lo haces. Solo te enteras cuando hay un suceso importante. Esto te permite intervenir con rapidez. Después, puedes establecer normas para la reparación con sus correspondientes mediciones”.

Las emisiones del desastre de Nord Stream equivalen a las de la industria energética en dos días

Malas y buenas noticias

Hablando de esos sucesos importantes, surge el tema del  “desastre de Nord Stream”, como lo califica, sucedido el mes pasado. “Se considera el mayor escape de metano registrado en la historia de la industria del petróleo y el gas. Y hemos hablado de él por primera vez yo creo, por su impacto climático, pero también desde el punto de vista de la seguridad”, dice. “Pero lo que es una locura es que es el equivalente a lo que la industria del gas y el petróleo emiten en dos días globalmente”, denuncia.

Sollazzo recuerda que en la COP26 “se presentó el plan global para el metano y 103 países lo firmaron. Señala la urgencia de reducir las emisiones de metano si queremos alcanzar los objetivos de los acuerdos de París en 2050”. Su objetivo es una reducción del 30% de las emisiones de metano en comparación con los datos de 2020.

“Antes de la COP27, 125 países la han firmado ya. Entre ellos, grandes emisores como Australia, Egipto y Trinidad y Tobago. El plan marca los objetivos y lo que hay que hacer”, detalla con tono de esperanza.

Según nos dice, “se espera que en la COP27 los países presenten sus planes de acción”. Y apunta a “tres cosas que harán que el plan tenga más impacto: que se incremente el número de firmantes, que existan objetivos que se puedan exigir y tener los recursos necesarios”.

Y termina con un dato positivo más: “China ha presentado un plan de reducción de emisiones, a pesar de no ser uno de los firmantes, lo que es bueno”.