Aunque ya estemos en septiembre, continuamos con nuestro repaso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS] de Naciones Unidas. Ya solo nos queda una semana más, porque hoy vamos a cubrir los números 12, 13 y 14: producción y consumo responsables, cambio climático y océanos.

El consumo y la producción son fuerzas impulsoras de la economía mundial

Consumo y producción

La ONU considera que el consumo y la producción son “fuerzas impulsoras de la economía mundial” y que “dependen del uso del medio ambiente natural y de los recursos de una manera que continúa teniendo efectos destructivos sobre el planeta”.

Por eso, el objetivo número 12 es “garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”.

De hecho, la institución advierte de que “el progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha estado acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro (y ciertamente, nuestra supervivencia)”.

Según sus datos, un tercio de toda la comida producida al año (el equivalente a 1.300 millones de toneladas con un valor cercano al billón de dólares) “acaba pudriéndose en los cubos de basura de los consumidores y minoristas, o estropeándose debido a un transporte y unas prácticas de recolección deficientes”.

Por eso, las Naciones Unidas nos animan, por ejemplo, a cambiar las bombillas por otras “energéticamente eficientes”. Aseguran que, si todo el mundo lo hiciera, se ahorrarían 120.000 millones de dólares estadounidenses al año.

Y también deberíamos incorporar otros cambios en nuestros comportamientos, porque en caso de que la población mundial alcance los 9.600 millones de personas en 2050, “se podría necesitar el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales”.

Además, el consumo y la producción sostenibles “también pueden contribuir de manera sustancial a la mitigación de la pobreza y a la transición hacia economías verdes y con bajas emisiones de carbono”.

Es necesario tomar medidas urgentes para abordar la emergencia climática

Cambio climático

“Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos” es el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 13. Su planteamiento se basa en que es necesario hacerlo "para abordar la emergencia climática con el fin de salvar vidas y medios de subsistencia”.

Las metas en este sentido vienen marcadas por el Acuerdo de París, aprobado en 2015, que “aspira a reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático”. se trata de mantener el aumento global de la temperatura durante este siglo muy por debajo de 2 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales.

El acuerdo también “aspira a reforzar la capacidad de los países para lidiar con los efectos del cambio climático mediante flujos financieros apropiados, un nuevo marco tecnológico y un marco de desarrollo de la capacidad mejorado”.

Otra de sus metas es “fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países” e “Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales”.

Además, la ONU quiere “mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana”.

Una gestión cuidadosa de los océanos esencial porque impulsa los sistemas mundiales que hacen de la Tierra un lugar habitable

Océanos

Nuestro último Objetivo de Desarrollo Sostenible de hoy, el 14, busca “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”.

El océano impulsa los sistemas mundiales que hacen de la Tierra un lugar habitable para el ser humano. Nuestra lluvia, el agua potable, el tiempo, el clima, los litorales, gran parte de nuestra comida e incluso el oxígeno del aire que respiramos los proporciona y regula el mar.

Según la institución, “una gestión cuidadosa de este recurso mundial esencial es una característica clave de un futuro sostenible”. No obstante, considera que “existe un deterioro continuo de las aguas costeras debido a la contaminación y a la acidificación de los océanos que está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad. Asimismo, también está teniendo un impacto perjudicial sobre las pesquerías de pequeña escala”.

Por eso, es fundamental proteger nuestros océanos porque “la biodiversidad marina es vital para la salud de las personas y de nuestro planeta. Las áreas marinas protegidas se deben gestionar de manera efectiva, al igual que sus recursos, y se deben poner en marcha reglamentos que reduzcan la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos”.

Los datos de la ONU señalan que los océanos cubren las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, contienen el 97 por ciento del agua del planeta y representan el 99 por ciento de su superficie habitable en volumen.

Por otro lado, más de tres mil millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento.