Ciento noventa y cinco naciones se unieron hace tres años para suscribir el Acuerdo de París, que tenía como objetivo combatir el cambio climático. Ahora, según han denunciado varios grupos ecologistas en Bangkok, el documento se halla en riesgo. La culpa, una vez más, es el dinero, la financiación de las medidas que son mimbres del tratado.

El acuerdo se ha convertido en desacuerdo. “Hay una docena de países, encabezadas por la posición de Estados Unidos, que socavan las propuestas para avanzar en los mecanismos claves de financiación” que se negocian en la Conferencia sobre el Cambio Climático que concluye este domingo en la capital tailandesa. Así de tajante se expresaba en rueda de prensa la británica Rachel Kennerly, representante de Friends of the Earth, que también ha conminado a los países líderes en la lucha contra el cambio climático, entre ellos la Unión Europea, a dar un paso al frente y dejar de lado “las ambiciones” políticas estadounidenses.

Por su parte, Harjeet Singh, portavoz de ActionAid International, atribuye la “crisis” a una “falta de confianza” entre los países desarrollados y las naciones de renta baja sobre la utilización de los fondos comprometidos en el Acuerdo de París.“No podemos permitir que Trump y los grupos de presión (de las industrias fósiles) continúen quebrando (el Acuerdo de) París mientras (Estados Unidos) abandona el pacto”, señaló, por otro lado, Jesse Bragg, de la ONG estadounidense Corportate Accountability.
Washington anunció en junio de 2017 la retirada de su país del Acuerdo de París, pero esta no será efectiva hasta el noviembre 2020.

En el trato al que se llegó en la capital francesa los países desarrollados se comprometían a aportar 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, destinados a unas arcas con las que las naciones de renta baja podrían aplicar planes para luchar contra el cambio climático (y sus efectos) en sus respectivos territorios. Así, parte de los fondos acordados serán destinados a aliviar y mitigar los daños y consecuencias ocurridas por desastres medioambientales extremos y financiar la adaptación a los cambios tecnológicos en los países menos favorecidos. La cita de Bangkok, donde participan 1.400 delegados de más de 190 países, es la última reunión preparatoria antes de la Cumbre del Clima (COP 24) que tendrá lugar en Katowice (Polonia) en diciembre.