Ya sabes que en El Telescopio nos gusta proponerte juegos. El de hoy es bastante sencillo: solo queremos que repases lo que has hecho hoy hasta el momento. Probablemente en algún momento del día has realizado acciones tan comunes como darle a un interruptor para encender una luz, hacerte un café en la vitrocerámica o [si eres más fancy] en una cafetera de cápsulas o cargar el teléfono móvil. Lo normal, ¿no? Pues no para todo el mundo, porque hay 760 millones de personas que no tienen acceso a la electricidad. Ahora, para terminar nuestro juego, imagina cómo habría sido tu día de hoy hasta el momento, sin ella. 

En nuestra sociedad occidental y del primer mundo, damos por sentadas muchas cosas que en otros lugares son casi ciencia ficción. Algo tan básico como el acceso al suministro eléctrico o a una fuente energética limpia para cocinar. Este último caso afecta a 2.600 millones de personas en el planeta y es la causa de millones de muertes al año por contaminación en los hogares.

Son cifras de Naciones Unidas, que dedican el mes de agosto al séptimo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS]: Energía asequible y limpia.

Si le das a una mujer energía sostenible, incrementa sus ingresos en un 59 por ciento

La vida sin electricidad

El acceso a la electricidad es la clave para el desarrollo, como explica Damilola Ogunbiyi,  CEO y Representante Especial del Secretario General de la ONU en Sustainable Energy for All [Energía Sostenible para todo el mundo], una organización internacional que opera en colaboración con Naciones Unidas para promover acciones que impulsen el ODS número 7. Según ella, “si le das a una mujer energía sostenible, es probable que incremente sus ingresos en un 59 por ciento, solo por tenerla”.

Esta nigeriana lideró el mayor programa de acceso a la energía de su país, con el objetivo de hacer realidad proyectos de energías renovables.  “Distribuimos soluciones energéticas enfocadas en la solar y fuimos capaces de proporcionar energía a algunas universidades”, recuerda. También señala otros ejemplos en Ruanda y Senegal, “pero el problema es que son pequeños, tenemos que tratar de ampliarlos”.

El crecimiento de la población en África supera los avances conseguidos

Más avances

Por mucho que se haya avanzado, no es suficiente: “No es que no se estén progresando en países africanos en términos de electrificación, pero el crecimiento de la población los supera. Así que, si consigues que dos millones de personas más tengan acceso a la energía cada año, pero tienes un crecimiento de población de cerca de diez millones, es difícil ponerse al día”, explica.

Reconoce que es una buena noticia que “esté habiendo un diálogo a alto nivel sobre energía en la ONU por primera vez en 40 años. Estamos hablando del tema en la Asamblea General. La gente ahora reconoce que la pobreza energética es un problema serio y que es realmente importante que, mientras realizamos la transición a energías verdes, renovables y limpias -que es muy impotante- el acceso a la energía y la pobreza energética deben ser parte de esa transición para muchos países africanos”.

Por cada dólar invertido en energías limpias, se producen beneficios de 93 céntimos en el PIB

Una inversión rentable

Asegura que la inversión en las energías limpias es “una buena decisión económica”, porque según sus datos, por cada dólar invertido en un país, se producen beneficios de 93 céntimos en el PIB. “Se crean más trabajos y se produce un incremento en el acceso a la energía y en la eficiencia energética. Hay muchos beneficios aparte de los obvios, incluido contar con gente más sana, mejores cosechas, etc.”, añade.

Así que “incluso si tienes una larga lista de cosas en las que gastar dinero, la energía limpia es donde deberías centrarte, porque salen las cuentas en términos de crecimiento económico”.

La capacidad instalada en el África subsahariana es la misma que la de Alemania

Diferencias norte-sur

La diferencia entre el continente y el europeo, por ejemplo, es evidente. Según sus datos, “la capacidad instalada en el África subsahariana -si no cuentas la de Sudáfrica- es de solo 81 gigavatios. Esa es la misma capacidad que genera Alemania. Así que, son solo 81 gigavatios para más de mil millones de personas”.

El África subsahariana “es responsable de menos del uno por ciento de las emisiones globales y queremos que permanezcan bajas y continuar con una trayectoria baja en carbono. Necesitaríamos paneles solares, baterías de litio e inversores. Necesitamos un montón de tecnología.  Y no debería ser comprada de fuera del continente: deberíamos tratar de fabricarla en África, para dar respuesta a la demanda”.