La negociación entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal para reducir la jornada laboral a las 37,5 horas semanales, sin reducción de salario, ha saltado por los aires después de que en la noche del lunes se deslizase la posibilidad de que la aplicación de esta medida, promesa estrella de Sumar durante la campaña electoral y contemplada en el acuerdo de legislatura para el próximo año, se aplazase a 2026. Así lo trasladó la representante de Acción Sindical de CCOO, Mari Cruz Vicente, tras la reunión de la mesa de diálogo.

“De lo que estamos hablando es de que las 38,5 horas se puedan aplicar en el 2025 y las 37,5 horas se puedan aplicar a partir del 31 de diciembre de 2025; es decir, en el año 2026”, trasladaba la sindicalista. “Por mucha prisa que nos demos en el proceso de negociación, falta un trámite parlamentario, que si conseguimos que sus señorías se pongan del lado de la ciudadanía y voten a favor de la reducción, será un trámite corto, pero también podemos situarnos en una posición distinta y el procedimiento puede ser un poquito más largo", explicaba.

Los focos apuntaban hacia el Ministerio de Trabajo por la posibilidad de que este se hubiese abierto al aplazamiento de la reducción, según apuntaba la parte sindical, y representantes del departamento salieron rápidamente a defenderse. El primero de ellos fue el número dos de Yolanda Díaz. “Desmiento rotundamente que vayamos a posponer la entrada en vigor de la reducción de jornada. Como recoge el acuerdo de Gobierno: 38,5 en 2024 y 37,5 en 2025”, apuntaba el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, a través de sus redes sociales.  

Lo cierto es que la reducción planteada para este año ya llegaría, de llegar, muy tarde y el estancamiento de las negociaciones, unido a la falta de mayoría parlamentaria, no apunta a que el proceso vaya a ser rápido.  Pese a esta tesitura, Pérez Rey zanjaba su pronunciamiento con un mensaje de confianza: “Seguimos trabajando en la mesa de diálogo social. Queremos que se trabaje menos para vivir mejor”. Este miércoles, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social ha hecho propias las palabras de su secretario de Estado.

"Es rotundamente falso", ha trasladado la máxima representante de la parte minoritaria del Gobierno en los países del Congreso de los Diputados. Asimismo, ha asegurado que el Ejecutivo “va a cumplir” con el acuerdo firmado y ha revelado que en la reunión de este martes hubo avances fructíferos. “Fue muy importante porque la patronal parece que se mueve y da pasos”, ha destacado, añadiendo que "hay posibilidad de trabajar en positivo para alcanzar un acuerdo en una de las materias más importantes y que más espera la sociedad española". Te dicen que esto es bueno para la productividad y

Sin embargo, la posición de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y de su mandatario, Antonio Garamendi, no parecen apuntar a un acuerdo próximo. “Te dicen que esto es bueno para la productividad y que las encuestas dicen que esto (la reducción de jornada) le gusta a la gente. Y a mí, pero es que yo estoy en un puesto que me exige responsabilidad. Claro, si nos fijáramos en las encuestas, por qué no 20 horas, porque más gente diría que le parece bien. Yo creo que por eso nosotros tenemos que estar y aplicar lo que tenemos que aplicar", ha trasladado el empresario.

La posición de las organizaciones empresariales, conocedoras de que el escollo de Junts les favorece de cara a que esta medida no consiga apoyos parlamentarios, no parece cercano al acuerdo, pese a que Trabajo ha cedido en varios aspectos y ha ofrecido incentivos para las pymes que reduzcan la jornada. "CEOE considera que la jornada laboral sólo se debe abordar desde los convenios colectivos. Si éste es el planteamiento, es evidente que imposibilita cualquier acuerdo", ha lamentado el secretario general de CCOO, Unai Sordo. A todo esto se ha sumado, además, el Partido Popular.

“Nosotros estamos abiertos a que la economía española mantenga la productividad de los mejores países de la Unión Europea, rebajar el gasto en incapacidad temporal y, si es posible, trabajando menos días a la semana, tengamos la misma productividad que si trabajamos los mismos”, ha trasladado Alberto Núñez Feijóo, apuntando a jornadas de 4 días y "9 horas o 9,5 horas" diarias. No falta nadie en la pugna, pero habrá que esperar mínimo hasta el 11 de octubre, fecha de la próxima reunión de la mesa de diálogo, para saber algo.