Veto a la aprobación del Presupuesto de la Unión Europea para los próximos 6 años. Polonia y Hungría se han posicionado en el ‘no es no’ paralizando así la puesta en marcha del Fondo de Recuperación  Europeo (750.000 millones de euros), que supone una inyección de esperanza para el futuro económico del club comunitario.

En concreto, España pretendía percibir un total de 140.000 millones de euros, habiendo presupuestado ya 27.000 millones en las cuentas de 2021. Sin embargo, con la negativa de nuestros vecinos del Este de Europa, las cifras dejan de cuadrar. ¿Por qué boicotear el acuerdo?

Tanto Hungría como Polonia no coinciden con el denominado mecanismo de Estado de Derecho, que otorga a la Unión Europea la posibilidad de paralizar destinados a los estados miembro si consideran que éstos violan alguna de las bases del Estado de Derecho, es decir, si se está atentando contra la democracia, libertad, justicia o derechos humanos por parte del Gobierno de turno.

Ni al ultraconservador Viktor Orban, primer ministro de Hungría ni a Jaroslaw Kaczynski, primer ministro de Polonia -también ubicado en la extrema derecha- les gusta esta cláusula ya que ambos han sido cuestionados en varias ocasiones por contravenir los principios sobre los que se fundamenta la Unión. Tanto Hungría como Polonia tienen abierto un expediente sancionador por poner en riesgo la independencia judicial, libertad de información y la libertad de trabajo de las organizaciones humanitarias. Aunque no son los únicos que muestran reticencias sobre esta ‘condición’.

El primer ministro de Eslovenia, el ultra conservador Janez Jansa, ha enviado hoy una carta a Bruselas en la que insiste en que se desvinculen los criterios del Estado de Derecho de las decisiones presupuestarias. Cada vez son más las voces antieuropeistas que retumban en el Este de la región.

Sin embargo, al final, todo se resume en un peligroso juego diplomático. Polonia que mantiene un enfrentamiento dialéctico contra Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha dado un paso más con el bloqueo de los presupuestos. De hecho, no es la primera vez que el país se encuentra en esta situación: Bruselas llegó a tramitar el procedimiento de suspensión del voto polaco en el Consejo Europeo (artículo 7).

Por su parte, las medidas ultraconservadoras de Orban caminan hacia la erosión de los principios de la UE, como reconoció Katarina Barney, vicepresidenta del Parlamento Europeo, que sentenció sobre la forma de gobernar del líder húngaro: “Este hombre está destrozando Europa”. Han sido reiteradas las ocasiones en las que la Comisión ha mostrado su preocupación sobre la libertad de prensa en el país, así como el margen de acción que el Gobierno concede a las organizaciones humanitarias desplegadas en el terreno, sobre todo tras promulgar leyes tan polémicas como la ley  “Stop Soros”.

Pero, la tormenta desatada debido a la arriesgada estrategia de la ultraderecha podría quedarse en agua de borrajas. ¿ Por qué? Con su negativa Polonia estaría poniendo en riesgo 63.838 millones de euros provenientes del Fondo de Recuperación. Por su parte, Hungría, menos afectada por la crisis sanitaria, perdería 6.000 millones de euros aunque no hay que olvidar que sus 10 millones de habitantes dependen en gran medida de la UE, ya que el país es uno de los que más fondos recibe del club comunitario.

¿Tiene Europa alternativa?

Si el bloqueo se prolongara, la UE podría incluir en el plan NextGenerationEU, del que dependen los fondos, un acuerdo intergubernamental que excluyera a Polonia y a Hungría del reparto. Esto supondría que ambos países perderían el acceso a los fondos económicos y además permanecerían atados al mecanismo del Estado de Derecho. El riesgo de esta operación pasa porque el incremento de la deuda tendría que ser asumido por el resto de los estados, además de avivar el sentimiento antieuropeista al que instigan los gobiernos de ambos países.

Ganar tiempo

El marco financiero actual expira el 31 de diciembre. Esta es la fecha límite para que Orban y Kaczynski cambien de posición y abandonen la idea de alcanzar posturas más laxas respecto a su doctrina de Gobierno.

Hasta entonces, los países europeos, especialmente aquellos que están siendo golpeados con extrema dureza por los efectos del Covid, como es el caso de España, Italia o Portugal temen por el destino de los Fondo de Recuperación. De hecho, el debate político se ha trasladado al máximo nivel y será la canciller alemana, Angela Merkel, que ostenta en estos momentos la presidencia de la UE, quien intervenga en el proceso de mediación entre Hungría, Polonia y el resto de la UE mañana jueves durante la videocumbre de líderes europeos.