La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) acaba de anunciar un aumento de los tipos de interés del país en 25 puntos básicos, lo que se traduciría en un nuevo rango objetivo de entre el 0,25% y el 0,5% según acaba de informar en un comunicado. 

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La decisión de elevar los tipos se habría tomado casi por unanimidad. El único que se habría opuesto a la medida habría sido el presidente del Banco de la Reserva Federal de San Luis, James Bullard, quien abogaba por una subida mayor de hasta 50 puntos básicos. 

La medida no será la última: el banco central de Estados Unidos ha anunciado que próximamente seguirá subiendo los tipos, lo que implicaría un aumento del precio del dólar.

Parar la inflación 

La política monetaria es un instrumento históricamente en manos de los bancos centrales. Sus variaciones, que pueden incluir aumentos y bajadas de los tipos de interés, han sido comúnmente utilizados para controlar la cantidad de dinero en circulación. Una tasa de inflación mayor al 2% suele ser negativa para el correcto funcionamiento de la economía, por lo que es primordial controlarla. 

Las políticas adoptadas están destinadas a mantener un entorno estable en el que se puedan llevar a cabo las previsiones de crecimiento económico. Un aumento de los tipos de interés conlleva una reducción del dinero en circulación puesto que hace que los agentes económicos prefieran invertir en bonos, puesto que los beneficios a largo plazo serían mayores.

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Este proceso comúnmente mitiga los efectos que tiene la inflación sobre los precios y la reduce. Durante la crisis financiera de 2008 esta fue una de las medidas más utilizadas por los bancos centrales. En particular, una de las primeras medidas del Banco Central Europeo fue aumentar los tipos de interés al 4,25% para intentar mitigar los efectos de la burbuja inmobiliaria. Los efectos negativos más comunes de las políticas monetarias restrictivas son la disminución del nivel de producción del país que las aplica o la destrucción de empleo. Estas consecuencias se deben a posibles disminuciones de la inversión, puesto que a los agentes les resultaría más atractivo invertir en bonos.