La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha mejorado nuevamente las previsiones de crecimiento para la economía española, sumándose al conjunto de organismos que viene siguiendo el mismo proceder desde hace semanas. Así, prevé que en 2023 el PIB español avance al 2,3%, pese a que lo ha mantenido sin cambios para el 2024, ubicado en el 1.9%. La organización internacional ya hizo lo propio en junio, cuando elevó sus estimaciones hasta el 2,1%, y con esta nueva revisión se aleja ya en seis décimas del 1,7% pronosticado en marzo.

Con estos datos, España se desmarca este año como el país con mayor crecimiento y menos inflación de entre las grandes economías de la zona euro. Concretamente, la previsión de crecimiento del PIB español es casi cuatro veces superior al de la media de la eurozona (0,6%). En 2024 el escenario no variará y España seguirá liderando el crecimiento económico, al ser el único país de las principales economías de Europa para el que la OCDE mantiene la estimación de crecimiento del PIB (1,9%), mientras que la zona euro crecerá al 1,1%.

Según las nuevas proyecciones reflejadas en su informe 'Perspectivas Económicas', el PIB español crecerá este año un 2,3%, considerablemente por debajo del 5,8% registrado en 2022, pero dos décimas por encima de la previsión de la OCDE para España publicada el pasado mes de junio y de la previsión del Gobierno (2,1%), mientras que, de cara a 2024, la organización no ha modificado su pronóstico y sigue esperando que la economía española crezca un 1,9%. 

Con todo, España será la gran economía que más crezca de Europa con mucha diferencia, pues las previsiones son que Alemania retroceda un 0,2% en 2023 para regresar al crecimiento en 2024 con un 0,9%; que Francia crezca un 1% en 2023 y un 1,2% en 2024 y que Italia avance un 0,8% tanto este año como el siguiente.

España refleja una inflación dos puntos más baja

Los datos de la OCDE para España también son positivos en materia de inflación, pues la organización espera que cierre el año con una media del 3,5%. Esta revisión supone una reducción de cuatro décimas con respecto al valor apuntado en junio. Esta es dos puntos inferior a la estimada para la zona euro, ubicada en un 5,5%, y la menor entre nuestros principales socios comerciales.

Para 2024, la OCDE ha reducido el dato al 3,4%. En lo referido a la inflación subyacente, se espera una reducción que sitúe el dato en el 4,4% en 2023 y en el 3% en 2024. Esto, señalan fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos, “permitirá seguir mejorando la competitividad de la economía española y la ganancia de los salarios”.

Pronósticos para la economía mundial

Para el conjunto de la economía mundial, la OCDE ha revisado tres décimas al alza el crecimiento, ubicándolo en el 3%. En sentido negativo, ha reducido sus estimaciones para el próximo año, situando el avance en el 2,7%. Estados Unidos avanzará un 2,2% este año y un 1,3% el siguiente, marcando en ambos cursos un dato inferior al español, aunque haya mejorado las previsiones en seis y tres décimas, respectivamente.

Fuera de los países de la OCDE, las previsiones del think tank apuntan a una peor evolución de la economía china a causa de una demanda doméstica "débil" y por el "estrés estructural" en el mercado inmobiliario. Así, la expansión del PIB será del 5,1% este año, frente al 5,4% previsto en junio, mientras que habrá un crecimiento del 4,6% en 2024, cinco décimas menos.

Sobre los países emergentes, Brasil ha visto revisado su crecimiento de 2023 en un punto y medio más, hasta el 3,2% por una climatología benigna durante el primer semestre del año que ha impulsado la producción agrícola. La India y Sudáfrica también han visto ambas mejoradas sus estimaciones de PIB en tres décimas, hasta el 6,3% y el 0,6%, respectivamente.

Con el objeto de mejorar las perspectivas macroeconómicas mundiales, la OCDE ha recomendado reducir las barreras en el mercado laboral y a la producción e impulsar el desarrollo del conocimiento, entre otras cosas. Además, el documento presentado resalta lo "primordial" del comercio internacional por ser una "importante fuente de prosperidad a largo plazo tanto para las economías avanzadas como las emergentes". Según la OCDE, las preocupaciones en torno a la seguridad económica no deben impedir "aprovechar la toma de oportunidades" de reducir las barreras al comercio, especialmente en el sector servicios.