La gran mayoría de los organismos nacionales e internacionales, por no decir todos, infravaloraron a la economía española en 2024 y sus previsiones pesimistas a comienzos del pasado año les obligó a ir rectificando al alza con el transcurso de los trimestres. De cara a este 2025, las cosas han cambiado y el buen cierre del Producto Interior Bruto (PIB) de los últimos trimestres está llevando a los analistas a mejorar sus estimaciones de cara a un curso que apunta a que va a comenzar como terminó el anterior.
El Gobierno, a través de el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ya ha advertido que las cosas seguirán yendo mejor de lo esperado y Funcas ha recogido el guante. El centro de análisis de la Fundación de las Cajas de Ahorros ha mejorado sus previsiones en tres décimas, en comparación con lo estimado en octubre, y considera que la economía española avanzará este año a un ritmo del 2,4%. “Se espera que el ciclo expansivo de la economía española se prolongue”, reflejan sus nuevas proyecciones publicadas este jueves.
“La revisión al alza refleja el rebote del consumo privado y el fuerte tirón del consumo público”, exponen. Tanto que el 2024 se cerró con una progresión del PIB del 3,1%, una décima por encima de último análisis. “Esta variable sigue siendo la más expansiva de la economía española”, justifican su nueva revisión. No obstante, desde el think tank consideran que el crecimiento será menos “equilibrado” que el curso anterior, dado que procederá “por completo” de la demanda interna, que aportará según sus números 2,6 puntos, y el sector exterior “restará dos décimas”.
Asimismo, aseguran que “el comportamiento de la inversión es más débil de lo esperado”; si bien consideran que “podría recuperarse ligeramente, en particular en el segmento residencial, por la fuerte demanda de vivienda”. Con todo, “la formación bruta de capital fijo apenas se situaría un 2,4% sobre el nivel prepandemia, siendo el componente más rezagado del ciclo expansivo”, desgranan.

Empleo, euríbor y fiscalidad: Trump principal riesgo
El centro de estudias también ha trasladado sus previsiones sobre otros indicadores macroeconómicos, todos ellos afectados por el contexto geopolítico. Así, Funcas anticipa “una inflexión de la política macroeconómica con un menor impulso fiscal, por la prórroga presupuestaria y la reticencia de los mercados a financiar deuda a nivel global, y con una política monetaria menos restrictiva, ya que el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá su senda de recortes de tipos”.
Sin embargo, consideran que “la relajación deberá tener en cuenta unos tipos de interés más elevados en EEUU, ante la dificultad que tendrá la Reserva Federal para contener la inflación tras el regreso de Donald Trump a la presidencia, cuyos anuncios constituyen uno de los riesgos para la economía internacional”. Atendiendo a estas variables, el organismo espera un Euribor del 2,7%, dos décimas más que en la anterior previsión, y un rendimiento de la deuda pública del 3,2%, cuatro décimas más.
En términos inflacionarios, la depreciación del euro frente al dólar, moneda en la que cotizan las materias primas de las que depende la economía española, “encarecerá los costes importados”, lo que tendrá un impacto en términos de Índice de Precios de Consumo (IPC), según Funcas, “desfavorable”. Esto se traslada en una subida del índice del 2,2% en 2025, superior a la anterior previsión.
Por otro lado, el mercado laboral se beneficiará del impulso expansivo, con la creación de cerca de 370.000 empleos netos en términos de Encuesta de Población Activa (EPA), incremento más moderado que en 2024, pero que consolida el buen avance del empleo. De seguir este rumbo, “la tasa de paro quedaría en el 10,7% en el último trimestre del año, todavía por encima de la media europea”.
Por último, Funcas destaca que el déficit público cerrará el 2024 en el 3,1%, “nivel cercano al límite que marca la normativa europea”, y se reducirá este año hasta el 2,9%, “gracias al factor cíclico”. “A políticas constantes, el déficit estructural se mantiene prácticamente sin cambios mientras que la deuda supera todavía el 100% del PIB, dejando poco margen de maniobra ante futuros shocks”, zanjan.