El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, se ha mostrado muy preocupado por la imagen que queda en la sociedad de la banca tras la polémica de la sentencia del Tribunal Supremo sobre los impuestos hipotecarios.

Considera que todo se ha traducido en un "golpe reputacional extraordinario" ahora que el Gobierno de Pedro Sánchez ha regulado vía decreto que sean los bancos los que se hagan cargo de dicho impuesto y no los clientes. "Sin comerlo ni beberlo hemos recibido un golpe reputacional extraordinario", ha lamentado.

"No hemos sido capaces de hacernos oír, de transmitir que lo único que hemos hecho es cumplir la ley", ha afirmado durante la conferencia anual de Corporate Excellence-Centre for Reputation Leadership. 

Y es que, según ha explicado, durante más de dos décadas ha sido el cliente el que ha pagado el impuesto de las hipotecas. "No hemos sido capaces de transmitirlo con claridad. De hecho, creo que no lo hemos hecho en absoluto".

Relacionado El auto de las hipotecas refleja la división de los jueces supremo

Reflexionar y asumir errores

Por ello, cree que la banca debería hacer "un ejercicio de reflexión sobre los errores cometidos y asumirlos" teniendo en cuenta que "la sociedad está muy decepcionada y nos culpa de que hayan bajado sus niveles de bienestar".

Ahora toca explicar a todos los ciudadanos que los bancos son útiles. "Tenemos que defender un sistema bancario transparente, competitivo y que tiene que ganar dinero por encima del coste de capital, cuya legitimidad reside en dar un servicio al cliente".