La semana ha dejado una larga lista de noticias económicas positivas, con la revisión al alza del cuadro macroeconómico, pero entre tantas una ha pasado desapercibida. La Posición de Inversión Internacional (PII) de España, que enfrenta las deudas que el país tiene con el exterior y viceversa, ha caído a niveles de 2003. Hacía más de veinte años que la relación entre activos financieros extranjeros en manos de españoles y pasivos españoles en manos de extranjeros no bajaba del 50% y el hito se ha conseguido este segundo trimestre, con un dato del 48,1%.
España sigue siendo un gran deudor en Europa, pero lo es mucho menos que hace diez años, cuando el balance negativo ascendía hasta el 98% del Producto Interior Bruto (PIB). En el segundo trimestre de 2024, la posición de inversión internacional neta de España redujo su saldo deudor hasta los 723.400 millones (-48,1% del PIB), frente a los 755.000 del trimestre anterior (-51% del PIB) y a los 786.100 del segundo trimestre de 2023 (-55,7% del PIB), según la estadística desgranada por el Banco de España.
La posición española continúa siendo deudora, pues los activos extranjeros en manos de residentes españoles (bonos de otros estados o participaciones en empresas extranjeras) son menores que los pasivos españoles en poder de los no residentes (deuda pública española o las acciones de empresas españolas). No obstante, la situación mejora progresivamente, aunque la dependencia financiera frente al exterior continúa siendo muy elevada si la comparamos con los de otras grandes economías europeas como Alemania, que afronta una posición acreedora con un saldo positivo de en torno al 10% de su PIB.
Otra de las variables positivas para España es la evolución durante los últimos doce meses. En términos acumulados de cuatro trimestres, la capacidad de financiación de la economía española era, a cierre de junio, de 61.400 millones (4,1 % del PIB), superior a los 41.600 millones de un año antes (2,9 % del PIB) y colocando al país como prestamista durante este periodo. De esta manera se continúa reduciendo el peso relativo de los 2,51 billones de euros de deuda externa bruta, que representa un 167,1% del PIB, frente al 169,6% del trimestre pasado.
La capacidad de financiación fue de 16.700 millones en el segundo trimestre de 2024, por encima de los 11.200 millones del mismo trimestre del año anterior. Poniendo el foco en las cuentas corrientes, el superávit fue de 13.000 millones, por encima de los 9.000 del año anterior. r. Por componentes, el superávit de servicios llegó hasta los 27.500 millones (24.900 en el segundo trimestre de 2023), debido a la mejora del superávit turístico (19.000 millones frente a 16.200), mientras que los otros servicios registraron un saldo de 8.500 millones (similar al de 8.700 millones del segundo trimestre de 2023).
Por otro lado, el déficit de bienes disminuyó respecto al registrado en el mismo trimestre de 2023 (-6.200 millones frente a -8.600 millones), con unas tasas de crecimiento interanuales del 3% para las exportaciones y del 0,5% para las importaciones. Por su parte, la renta primaria registró un saldo de -4.500 millones (-3.900 millones en el mismo trimestre de 2023), mientras que el déficit de la renta secundaria fue de -3.800 millones (-3.400 millones un año antes). Finalmente, la cuenta de capital arrojó un superávit de 3.600 millones (superior al de 2.200 millones de un año antes).