Este martes ha transcendido una información publicada por El Confidencial que apuntaba a una reunión entre Antonio Brufau, presidente de Repsol, y Borja Prado, presidente de Mediaset, para abordar la posible compra de Endesa, total o parcial, por parte de la petrolera. Desde Repsol no dan respuesta al supuesto encuentro entre ambos directivos, pero fuentes del gigante del Ibex 35 aseguran a ElPlural.com que no se está analizando “ningún tipo de operación con Endesa”. Todo ello, apuntaba el medio de comunicación, supeditado a la posible victoria electoral de Alberto Núñez Feijóo.

Actualmente, la eléctrica italiana está en manos de Enel, propietaria del 70%, que también ha negado la información. "Enel rechaza los rumores sobre Endesa como totalmente infundados. Enel no tiene intención de vender sus participaciones en Endesa, ni ahora ni en el futuro, ya que la compañía es un activo clave para su estrategia, e informa de que no existe discusión alguna sobre este tema", ha trasladado la eléctrica transalpina. La participación del ejecutivo de Mediaset responde, según apunta el periódico, a su anterior cargo como ex primer ejecutivo de la eléctrica.

"Nunca ha habido ninguna reunión entre los directivos de Enel y Repsol, ni con Borja Prado. Estas noticias falsas corren el riesgo de tener efectos distorsionadores sobre la evolución del mercado bursátil", ha concluido Enel, visiblemente molesta con la información. Además, cierran la puerta por completo a una posible operación a futuro, trasladando su interés de mantener la participación mayoritaria en un “activo clave” para el grupo. En la negación tajante de la compañía italiana se apoya también Repsol, señalando que las dos supuestas involucradas lo han negado.

¿Hubo reunión?

Sobre la posible reunión entre Prado y Brufau, Repsol no se pronuncia. El Confidencial recoge que la reunión ha sido confirmada por fuentes de la propia petrolera, que apuntan a un encuentro que habría tenido lugar en la sede de Repsol. Las versiones no coinciden y desde Mediaset han reusado a responder a este periódico sobre la presunta implicación de su dirigente en negocios que involucran a empresas cotizadas.

La principal tesis a la que apunta el diario digital es la cartera de contactos de Prado, procedente de su antiguo cargo en Italia. De allí, el actual dirigente del grupo mediático salió rebotado por discrepancias con el presidente de Enel, Francesco Starace. No obstante, su reciente sustitución por Flavio Cattaneo podría haber abierto una puerta, dada la buena relación que mantienen ambos por su participación conjunta en otra empresa italiana.

A esta pareja se suma Brufau, que fue reelegido como presidente no ejecutivo de la compañía a finales de mayo. La junta ordinaria de accionistas otorgó de nuevo la confianza a los dos máximos dirigentes de la petrolera, a pesar de que Brufau había asegurado que en 2023 dejaría el cargo. No obstante, un cambio de opinión una estrategia a futuro para un Repsol “mucho más fuerte, rentable y sostenible” han hecho al presidente quedarse.

Desavenencias entre Repsol y el Gobierno

La información también señala los deseos de que Feijóo llegue a la Moncloa y de elimine el escudo antiopas, que suspende el régimen de liberalización de inversiones extranjeras directas en empresas españolas. Además, las relaciones entre el Gobierno y Repsol no han sido fluidas desde que se aprobase el impuesto a las energéticas, por el que la compañía acudió a los Tribunales.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, se ha mostrado convencido en más de una ocasión de que van a ganar el recurso contra el impuesto a las energéticas porque es "ilegal y anticonstitucional" y ha reconocido que les hizo "pensar muchas cosas", pero por "responsabilidad" seguirían "invirtiendo" en el país. El responsable de Repsol trasladaba la pasada semana que este impuesto "es injusto" porque "grava" a aquel que tiene actividad industrial y está invirtiendo en el país. Además, añadía que "no es legal" y, en este sentido, recordaba que lo han recurrido, mostrándose convencido de que lo van a ganar porque es "anticonstitucional".

"Se vendió como un impuesto y no es ni siquiera un impuesto. Y se modificó la figura legal para no colisionar con el principio de retroactividad y, por tanto, darle una mayor aparente seguridad jurídica", agregaba. Por otra parte, señalaba que "otra mentira" de este impuesto es que sea sobre los beneficios sino que es "sobre las ventas" y, en este sentido, lamentaba que hay empresas que "pierden dinero" y van a pagar ese impuesto.