El impuesto extraordinario a las grandes energéticas ha quedado de momento sin aplicación para las empresas españolas del sector. Al margen de los movimientos políticos entre Gobierno y Junts, finalmente el gravamen al sector de la energía ha desaparecido del paquete fiscal del Gobierno. Las energéticas han conseguido así que el impuesto, diseñado inicialmente como temporal, se haya quedado como temporal, con un plazo de vigencia hasta el pasado 31 de diciembre de 2024. Al contrario de lo que ha ocurrido con el impuesto para el sector financiero, que ha sido rediseñado y que entró en vigor el mismo 1 de enero de 2025.
Con la caída del impuesto, las grandes empresas del sector han vuelto a anunciar inversiones en España a bombo y platillo. En apenas unos días, Moeve (la antigua Cepsa) y Repsol han anunciado nuevos proyectos energéticos en territorio nacional, después de que ambas dos fueran especialmente críticas con la intención del Gobierno de rediseñar esta medida para ampliar su vigencia más allá del horizonte temporal, y extraordinario, para el que había sido diseñado. En el momento en que se celebraron las negociaciones sobre el futuro del impuesto, las grandes energéticas ya dejaron claro que la imposición de este gravamen a su negocio pondría en peligro la inversión en España, especialmente la suya. Repsol fue incluso más allá, con un contundente artículo publicado por su consejero delegado, y ex del PNV, Josu Jon Imaz, en La Vanguardia. Un artículo en el que Imaz relacionaba el futuro de los niños con la política fiscal del Ejecutivo. Por su parte, Moeve avanzó que el impuesto extraordinario al sector simplemente retrasaría inversiones.
Las energéticas vuelven a invertir
Pues bien, todo ha cambiado con la caída del impuesto. Ahora Moeve ha asegurado que su Valle Andaluz del Hidrógeno Verde empezará a contruirse antes del verano, probablemente en junio, y que creará hasta 10.000 empleos durante los tres años que se prolonguen los trabajos de construcción. Pero no es el único proyecto del que ha presumido la compañía esta semana. Este mismo jueves, la nueva Cepsa ha anunciado que desarrollará 30 plantas de biometano en España, con un "ambicioso" plan de inversión de 600 millones de euros para ello. La compañía prevé alcanzar una producción de 4TWh de biometano en España en 2030 y, para ello, ha firmado un acuerdo con InproEner para el desarrollo de cinco plantas de biometano, que se suma a los ya cerrados con Kira Ventures y PreZero.
Moeve ha anunciado la construcción de una treintena de planta de biometano en España para 2030, principalmente en las regiones de Andalucía, Cataluña y Galicia, junto con sus socios. La inversión forma parte de los planes de Moeve para promover la economía circular y liderar la transición energética, en el marco de su estrategia de transformación Positive Motion. La energética aspira a producir biometano a partir de residuos agrícolas y ganaderos y gestionar una cartera de proyectos de 4 TWh en 2030.
La utilización de este gas renovable, en lugar de fósil, permitirá a Moeve reducir las emisiones de CO2 de sus parques energéticos, plantas químicas, las de sus clientes y partners estratégicos industriales, además de constituir un vector complementario para la producción hidrógeno verde e impulsar la movilidad sostenible,tal y como ha explicado la energética. La producción total, equivalente a la energía suficiente para 568.000 hogares, supondrá la revalorización de 10 millones de toneladas anuales de residuos y evitará la emisión de 728.000 toneladas de CO2 al año, similar a la plantación de 48,5 millones de árboles. Cada una de las 30 instalaciones que pretende construir hasta 2030 producirá alrededor de 50 GWh al año, sumando hasta 250 GWh anuales de biometano.
Los planes de Moeve con el impuslo del biometano favorece su propia estrategia de descarbonización. La compañía cuenta, a día de hoy, con una ambiciosa hoja de ruta establecida para recortar en 2030 un 55% sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) respecto a 2019 y aspira a ser neutra en carbono antes de 2050. En cuanto la intensidad de carbono de su energía vendida, el objetivo es reducirla entre un 15 y un 20% en 2030.
Repsol anuncia inversiones en Tarragona
Al igual que Moeve, también Repsol ha anunciado esta semana nuevas inversiones en España. En concreto, ha anunciado una inversión de más de 800 millones de euros en la Ecoplanta de Tarragona, un proyecto pionero en Europa para generar metanol renovable, aprobado el mismo miércoles por la tarde por el consejo de administración. La multienergética ha aprobado una inversión, que califica de "histórica", en Cataluña para construir la primera planta europea que transformará residuos urbanos en metanol renovable, un combustible que también descarbonizará el transporte, y productos circulares. Desde Repsol defienden que este proyecto representará una inyección de riqueza y empleo para la región del Camp de Tarragona, con la creación de 340 empleos en la fase de operación y 2.800 puestos durante la construcción de la planta.
La instalación, que utilizará la tecnología de valorización de residuos más avanzada, la gasificación, ha recibido fondos del programa Innovation Fund de la Unión Europea por su elevado potencial para reducir emisiones y por su carácter innovador. Esta tecnología de última generación, desarrollada por Enerkem, tecnólogo del que Repsol es también socio, da una segunda vida a los residuos que, de otro modo, acabarían en vertederos o incinerados. La nueva planta de Repsol en Tarragona tendrá capacidad para procesar hasta 400.000 toneladas de residuos sólidos urbanos al año para convertirlos después en 240.000 toneladas de combustibles renovables y productos circulares. El metanol renovable tiene origen en los desechos orgánicos, mientras que los productos circulares proceden de los no orgánicos, como plásticos no reciclables.
La puesta en marcha de la Ecoplanta de Tarragona, prevista para 2029, supondrá la creación de 340 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos, de alta especialización, y unos 2.800 durante la fase de construcción, tal y como ha avanzado la compañía. De hecho, la Ecoplanta se integrará en el propio complejo industrial de Repsol en Tarragona, con el objetivo de aprovechar infraestructuras ya existentes y acelerar la transformación del centro en un polo multienergético que siga fabricando productos esenciales para la sociedad, como son los combustibles renovables y los materiales circulares. La inversión es una clara apuesta de Repsol por mantener el empleo industrial en España y continuar generando riqueza en el entorno. Una apuesta que ha ratificado tras la caída del impuesto, siendo una de las empresas más críticas -sino la que más- con el gravamen a las energéticas.
La Ecoplanta no solo contará con la inversión de Repsol, sino que ha sido seleccionada por la Unión Europea entre más de 300 proyectos para recibir financiación a través del programa Innovation Fund, por su elevado potencial para reducir emisiones, su carácter innovador y por ser una instalación única en Europa. Según la Comisión Europea, la Ecoplanta logrará reducir durante sus diez primeros años de funcionamiento el equivalente a 3,4 millones de toneladas de CO2 en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).