La junta de accionistas de Ferrovial ha marcado la actualidad económica de la semana. La reunión celebrada este jueves en segunda convocatoria ha terminado con el apoyo mayoritario de sus accionistas al traslado de la sede social de la compañía de Madrid a Países Bajos. Una propuesta anunciada por el consejo de administración de la compañía el pasado 28 de febrero y traducida en el papel como una fusión transfronteriza intercomunitaria entre Ferrovial como matriz y su filial holandesa FISE. Con el apoyo del 93% de los accionistas, queda esperar a ver qué ocurre el próximo 13 de mayo, fecha límite en la que cumple el plazo que tienen los accionistas que han votado en contra y que pueden acogerse ahora al derecho de separación. Más allá de los cruces de acusaciones y polémicas de las últimas semanas, parece que Ferrovial tenía una ruta bien pensada que termina con Países Bajos como destino.

28 de febrero: el anuncio sorpresa de Ferrovial

Oficialmente todo empezó el pasado 28 de febrero, día clave en el que el consejo de administración de la multinacional comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su propuesta para cambiar la sede social de Madrid a Países Bajos. Ferrovial explicaba al regulador la propuesta como un proyecto de fusión transfronteriza que llevaría consigo el traslado de la sede social de la compañía hasta Países Bajos. En ese momento comenzó la espiral de polémica en la que se ha visto envuelta Ferrovial en las últimas semanas, pero la información conocida ahora revela que el camino para irse a Países Bajos podría haber empezado antes.

10 de enero: Ferrovial se registró como lobby en el Parlamento Europeo

Más de mes y medio antes de comunicar su intención de mudarse de España, y recién empezado el 2023, Ferrovial realizaba un paso clave en su proceso de internacionalización. La multinacional se registró el pasado 10 de enero como lobby, o grupo de interés, en el Parlamento Europeo, tal y como consta en el portal de transparencia del organismo comunitario y como ha confirmado la propia compañía a ElPlural.com, aunque desmiente que este paso tuviera algo que ver con su intención de cambiar su sede social de Madrid a Países Bajos.

Además del registro como grupo de interés en Bruselas, Ferrovial mantuvo una reunión ese mismo 10 de enero con dos representantes de la Comisión Europea: Mairead McGuinness, comisaria europea de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, y Florian Denis, miembro del gabinete de la directiva europea. En la reunión mantenida vía online, el representante de Ferrovial se reunió con los directivos europeos para debatir sobre servicios financieros, estabilidad financiera y la unión de los mercados de capital, tal y como consta en el informe de la reunión posterior. Conceptos con los que la multinacional argumentaba mes y medio después, el 28 de febrero, su intención de mudarse de España.

14 de enero: entra en escena el hijo de Del Pino

Solo cuatro días después de registrarse como lobby europeo, el 14 de enero la cúpula de Ferrovial realizaba un fichaje que resultaría clave en los meses siguientes, tal y como se ha sabido ahora. El presidente y máximo accionista de Ferrovial, Rafael del Pino Calvo-Sotelo, nombraba a su segundo hijo, Ignacio del Pino Fernández-Fontecha, como director financiero corporativo de la multinacional. El hijo de del Pino volvía a España a mediados de enero, mes y medio antes de conocerse la intención de llevarse la sede fuera, tras haber pasado más de cinco años en Estados Unidos ocupándose de Cintra, la filial de concesiones de autopistas de la empresa familiar.

16 de marzo: Ferrovial constituye una filial para mantener su negocio en España

Dos semanas después de haber anunciado públicamente su intención de trasladar la sede social de la compañía a Países Bajos, el 16 de marzo, Ferrovial creaba una filial en España para mantener de alguna forma su negocio en su país natal. Ferrovial International SE Sucursal nació hace un mes, en medio de la polémica del culebrón oficial, pero no se ha sabido nada de ella hasta este jueves 13 de abril, en paralelo a la celebración de la junta general de accionistas en la que decidían el futuro de la compañía. Tal y como consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), la subsidiaria de Ferrovial lleva casi un mes en funcionamiento, desde el 16 de marzo de 2023.

Según el registro oficial, el objeto social de la nueva filial de Ferrovial es "la participación en otras empresas, sean del tipo que sean, adquirir participaciones en ellas de cualquier otra forma y hacerse cargo de su gestión". Así, mientras Ferrovial pretende llevarse su sede social a Países Bajos, en paralelo establece el domicilio oficial de su nueva subsidiaria en Madrid, en concreto en la céntrica calle Príncipe de Vergara.

¿Y a quién ha puesto Ferrovial al frente de la que se ha convertido en su filial española? A Ignacio del Pino Fernández-Fontecha, segundo hijo del presidente y máximo accionista de Ferrovial, Rafael del Pino Calvo-Sotelo. El consejo de administración de la compañía, que también preside del Pino padre, ha nombrado como apoderado a del Pino hijo, acompañado en el cargo por otro directivo de la compañía, Francisco Javier Martínez Pardo Arsuaga

13 de abril: la junta histórica que decide el futuro de Ferrovial

Han pasado dos meses y medio desde el anuncio de la propuesta del consejo de administración, el 28 de febrero, hasta la celebración de la junta en la que los accionistas debían ratificar, o no, la propuesta. Tras constantes cruces de acusaciones, críticas, polémicas y cambios de argumentario, finalmente este jueves 13 de abril los accionistas han decidido el futuro de Ferrovial y han decidido que se vaya a Países Bajos. El 93% de los accionistas han votado a favor de la propuesta de traslado de la sede social en una junta marcada por la polémica y en la que el presidente ha reforzado su mensaje nacionalista, colocando incluso una bandera española, y otra europea, al lado de la mesa del consejo de administración.

13 de mayo: la fecha decisiva para hacer las maletas

La aprobación de la propuesta del consejo de Ferrovial para trasladar su sede social de Madrid a Países Bajos ha quedado ratificada por el voto del 93,3% de sus accionistas. Sin embargo, hay un 5,7% que ha votado en contra -el 1% restante eligió la abstención en el turno de votación- que ahora tiene en sus manos el futuro de Ferrovial. Los accionistas tienen la opción de acogerse ahora al derecho de separación al que la multinacional se ha comprometido y pueden hacerlo en el próximo mes, con el 13 de mayo de 2023 como fecha límite.

El derecho de separación es una especie de compensación económica para los accionistas que han votado en contra en la junta de este jueves -entre ellos el hermano del presidente, Leopoldo del Pino Calvo-Sotelo, con una participación del 4,25%- y que ahora quieran vender sus acciones para desvincularse totalmente de la compañía. Ferrovial se ha comprometido a ofrecer a sus accionistas esta compensación, pero con límites. La compañía ha marcado el límite en los 500 millones de euros, el correspondiente al 2,56% del capital total, para ejercer ese derecho de separación. De superar esta cifra, la mudanza de Ferrovial se cancelaría. Por eso hay que esperar al 13 de mayo para comprobar si Leopoldo del Pino, o el resto del 1,45% de minoritarios que han votado en contra, deciden vender sus acciones a la compañía y abandonar totalmente Ferrovial.

Aquí entra en juego otro de los detalles que Ferrovial ha incluido en su proyecto de más de 90 páginas. La multinacional está dispuesta a recomprar estas acciones a aquellos accionistas que quieran venderlas, y que hayan votado en contra, por un precio de 26 euros por acción. Sin embargo, las acciones de Ferrovial se negocian ahora mismo en bolsa por encima de los 27 euros, cerca incluso de sus máximos históricos, y no han caído de los 26,20 euros por acción en ningún momento desde el anuncio de su intención de trasladar su sede social. Es decir, desde el punto de vista estrictamente económico, la rentabilidad que ofrecen las acciones de Ferrovial, a día de hoy, es superior al precio de compra que ofrece la compañía, lo que podría determinar totalmente la decisión de sus accionistas a la hora de marcar el futuro de Ferrovial.