A solo unas horas de materializar de forma definitiva la fusión entre Bankia y CaixaBank, que se producirá este viernes 26 de marzo, tanto el Ministerio de Asuntos Económicos como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya han aprobado las correspondientes autorizaciones para formalizar la operación.

La CNMC ha aprobado la fusión por absorción de ambas entidades, que terminará con la mayor entidad a nivel nacional. Sin embargo, el organismo ha establecido ciertas condiciones y compromisos a la hora de crear la nueva CaixaBank.

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Y es que la nueva CaixaBank será la única entidad en 299 municipios del territorio nacional en los que no existe ninguna otra sucursal bancaria. En este caso, la CNMC le obliga a no abandonar estos municipios donde CaixaBank será el único banco para sus habitantes, especialmente en zonas poco pobladas.

Sin embargo, la autoridad sí que le permite cerrar aquellas oficinas con menos de 400 clientes y que sufran una caída de afluencia del 20% o bien aquellas sucursales donde el número de clientes se reduzca después por debajo de los 400 clientes. El objetivo de este compromiso es evitar riesgos de competencia en determinadas áreas, especialmente en banca minorista.

La CNMC entendería que CaixaBank ha abandonado uno de los 299 municipios donde cuenta con una situación de monopolio si, tras la fusión, cierra las oficinas bancarias de un municipio que no cuenta con otras sucursales de la competencia.

Más allá del número de clientes, la autorización regulatoria explica también que la entidad resultante de la fusión podrá cerrar sucursales en caso de que un banco competidor se sitúe en la zona local perjudicada o incluso, en el caso de que se establezca un agente financiero, sea del banco que sea.