La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado su aval a la fusión de CaixaBank y Bankia. La operación está subordinada al cumplimiento de los compromisos presentados por la entidad catalana para fusionar la tercera y cuarta entidades bancarias de España.

La CNMC ha concluido que la operación no supondrá una amenaza para la competencia efectiva en los mercados de banca corporativa, banca de inversión, factoring, tarjetas, TPV, producción y distribución de seguros y gestión de fondos y planes de pensiones. Pero si considera amenaza en la competencia efectiva en determinados ámbitos del mercado de banca minorista, así como en el mercado de cajeros automáticos.

El canje se producirá este viernes 26 de marzo, con lo que quedaría cerrada la operación. Para ello, se ha establecido en la entrega a los accionistas de Bankia de 0,6845 acciones de nueva emisión de CaixaBank, con un valor nominal de un euro por acción, con las mismas características y los mismos derechos que las acciones de CaixaBank existentes en el momento de su emisión, sin compensación complementaria en dinero.

En cifras, CaixaBank emitirá un total de 2.079 millones de acciones ordinarias para atender a esta ecuación de canje. Para ello, según han informado a la CNMV, CaixaBank realizará una ampliación de capital en la cantidad necesaria para hacer frente al canje de acciones al formalizar la fusión, que terminará con el mayor banco a nivel nacional.

Además, no habrá derecho de suscripción preferente y la suscripción de estas acciones se reserva a los titulares de acciones de Bankia. Las entidades también han matizado que no se canjearán, en ningún caso, las acciones de Bankia en las que CaixaBank sea titular o las acciones que Bankia tenga en autocartera, que se procederá a su amortización.

Casi 90 códigos postales en situación de monopolio y oligopolio

Se han identificado 86 códigos postales en los que la entidad resultante quedará, bien en una situación de monopolio, siendo la única entidad bancaria presente en 21 códigos postales, o en situación de duopolio expuesta a débil presión competitiva, en un radio de 1,5 kilómetros desde la sucursal en otros 65 códigos postales.

Tras comparar productos y condiciones ofrecidas en los distintos segmentos de mercado por ambos bancos y sus principales competidores, se ha determinado que la "nula o reducida" presión competitiva en estas zonas otorgará a la nueva CaixaBank un "elevado poder" de mercado que podría influir en su comportamiento, con posibles efectos adversos para los consumidores.

Concretamente, se ha identificado un riesgo de exclusión financiera en los lugares donde estén presentes únicamente las partes, debido a la posibilidad de cierre de las oficinas bancarias presentes en esas zonas tras la fusión.

Asimismo, en entornos en los que no existe una suficiente presión competitiva por parte de terceros operadores, podría producirse un empeoramiento en las condiciones comerciales para los actuales clientes de Bankia.

Potencial ruptura de acuerdos de terceros con cajeros de Bankia

Adicionalmente, el análisis del mercado de cajeros automáticos ha puesto de manifiesto que, para los clientes de terceras entidades que tenían suscritos acuerdos con Bankia, como ING, Banco Sabadell y las entidades pertenecientes a la red Euro6000, una posible ruptura de los mismos supondría para ellos dejar de acceder a la red de cajeros de la entidad absorbida en las condiciones en las que venían haciéndolo y tener que pagar una comisión más elevada.

"Esta situación sería especialmente perceptible en las localizaciones en las que la posición de Bankia en el mercado de cajeros es especialmente relevante", recoge el informe de la CNMC.

Los compromisos de la nueva CaixaBank

A la vista de los problemas de competencia identificados, CaixaBank se ha comprometido a no abandonar, salvo en supuestos excepcionales sujetos a autorización previa de la CNMC, ningún municipio en el que actualmente esté presente una de las partes -o ambas- y no haya ninguna oficina competidora, con el fin de evitar la exclusión financiera en los municipios.

En los códigos postales identificados en los que se quedará en situación de monopolio, no podrá cambiar las condiciones y términos que los clientes de Bankia tengan actualmente suscritos en sus productos. Este requisito deberá cumplirlo durante un periodo de tres años.

Igualmente, el nuevo grupo ofrecerá sus productos en zonas consideradas problemáticas por competencia en condiciones sustancialmente iguales o no peores a las ofrecidas por CaixaBank en los tres códigos postales con mayor exposición de la entidad de origen catalán a competidores durante tres años.

Tampoco podrá cobrar, en ninguno de los 86 códigos postales identificados como problemáticos, comisiones a los clientes procedentes de Bankia por realizar una operación en ventanilla cuando esa operación hubiese sido gratuita de acuerdo con las condiciones ofrecidas por la entidad absorbida en la fecha de autorización de la operación durante 3 años.

Asimismo, está obligada a comunicar a los clientes de Bankia, tanto el cierre de la operación, como los posibles cambios en productos que pudieran afectarles, como nuevas comisiones o productos que cumplan con criterios de elegibilidad y sean equiparables o mejores que los que tengan contratados con Bankia.

En esta misma línea, tendrá que identificar qué clientes de Bankia cumplen con los requisitos de la cuenta social de CaixaBank y comunicarles la posibilidad de beneficiarse de las condiciones de la misma.

ING, EURO6000 y SABADELL

Respecto a los riesgos derivados de una posible ruptura de los acuerdos existentes entre Bankia e ING por un lado, y con Euro6000 y Banco Sabadell por otro, para el uso de su cajeros automáticos, CaixaBank deberá permitirles acceso al menos por un periodo de 18 meses y en las mismas condiciones económicas.

En el caso de cierre de cajeros de Bankia como consecuencia de la operación, se dará acceso a los clientes de estas entidades al cajero de CaixaBank más próximo al de la entidad absorbida cerrado. Para ello, CaixaBank deberá señalizar debidamente los cajeros afectados con el objetivo de que sean fácilmente identificables.

"La CNMC ha considerado estos compromisos adecuados para solucionar los problemas de competencia que presentaba la operación, en la medida en que neutralizan o mitigan los riesgos identificados, y vigilará el cumplimiento de los mismos", señala la autoridad presidida por Cani Fernández.