En la rueda de prensa que ha convocado la dirección de la eléctrica para presentar sus cuentas -se ha anunciado un beneficio neto de 2.805 millones de euros en el ejercicio de 2011 apesar de los saneamientos realizados de 402 millones de euros- el presidente de Iberdrola ha hecho hincapié en que es posible acabar con el déficit tarifario. En concreto, ha señalado que “prácticamente la mitad de la factura que pagamos nada tiene que ver con la energía que consumimos ni con las redes que la transportan”.

En concreto, ha venido a decir Sánchez Galán, los precios del pool español son un 10% inferiores a los que arroja la media de los precios que se registran enla Unión Europea, y las redes de transmisión de energía eléctrica españolas figura un 10% por debajo de la media de la del resto de los países dela U.E.por lo que tampoco son las responsables del déficit.

Por lo que para explicar a las culpables de nuestro déficit tarifario ha señalado el hecho de que tenemos la retribución a las renovables, en especial las solares, más cara de la Unión Europea-la retribución a las tecnologías renovables en España dobla la de Alemania y multiplica por cuatro la de Francia, lo que penaliza el coste del suministro energético y lastra la competitividad de las empresas españolas-; que la nuestra es la tarifa eléctrica que más cargas recibe de los países de nuestro entorno, al tener que financiar multitud de costes que nada tienen que ver con el suministro eléctrico, como  eficiencia energética, bono social, servicio de interrumpibilidad, extrapeninsulares, carbón nacional…; y al incremento de las primas, especialmente las destinadas a las plantas híbridas gas-solar (termosolares), que además no sólo emiten CO2 a la atmósfera, sino que consumen tanta agua como una planta de carbón.

Frente a esta situación, Sánchez Galán ha venido a pedir, entre otras medidas, que el Gobierno tome una serie de medidas entre las que ha destacado que se detenga de inmediato la construcción no sostenible de las energías renovables y, en particular, el de las tecnologías híbridas gas-sol, las más costosas de todas a día de hoy; que se retribuya con criterios no discriminatorios de rentabilidad a todas las actividades con remuneración regulada: redes y energías renovables; que se eliminen de la tarifa eléctrica los conceptos apuntados que no deben ser soportados por el consumidor (eficiencia energética, bono social, islas, carbón nacional…); y que se repartan los costos de las energías renovables entre todos los sectores energéticos.