El Ibex 35 no levanta cabeza, encadena 9 jornadas de caídas consecutivas y a media sesión de este viernes estaba en 9.739 puntos, lejos de 10.000 considerados como "barrera sicológica". Con esos números el principal indicador de la bolsa española cerrará su peor semana desde marzo de 2012, primer año de gobierno de Rajoy y el año en el que España bordeó la quiebra total y tuvo que pedir el rescate financiero. Los expertos señalan varias causas, que van desde la caída constante del precio del petróleo, la ralentización china, la crisis en los países latinoamericanos o la decepcionante rueda de prensa del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. En paralelo Bruselas ya ha advertido oficialmente que no se cree los presupuestos españoles para 2016 y obligará a recortar 15.000 millones del presupuesto al nuevo Gobierno.

La petroleras las más castigadas
El precio del petróleo, en torno a los 40 dólares barril, está a niveles increíblemente bajos e inimaginables en 2010. Ello por un lado castiga a los países productores, como Rusia, Brasil, México o Venezuela, porque estrangula sus ingresos y provoca que todos los emergentes -a excepción de China e India- hayan entrado en recesión. El impacto en la economía española es doble, por un lado, las compañías energéticas -especialmente las petroleras- están siendo fuertemente castigadas en bolsa, mientras que por otro lado las grandes empresas españolas que cotizan en el IBEX, también ven castigados sus valores porque la recesión en los países latinoamericanos impactará en sus cuentas de resultados. Preocupa y mucho a los bancos y constructoras españolas la evolución de Brasil. A todo ello hay que añadir la quiebra del gigante Abengoa y el golpe que ello ha supuesto a la imagen de la Marca España.

Draghi
Había muchas expectativa sobre la reunión del BCE celebrada a primeros de mes, pero su presidente se limitó a decir lo mismo de siempre: que mantiene los tipos de interés casi a cero, que está dispuesto a comprar mucha deuda pública de los países con problemas y que está listo para actuar si la inflación sigue en negativo. En España llevamos un año en deflación a pesar de las noticias propagandísticas de que sube el precio de la vivienda y de que las compras y cenas navideñas van como nunca. Las reservas en restaurantes han aumentado y el gasto navideño también, pero en comparación a 2012, 2013 y 1014. No han vuelto, ni de lejos a los niveles pre-crisis. Y el precio de la vivienda, afortunadamente, tampoco.
Los inversores esperaban más de Mario Draghi, algo más concreto y la decepción se tradujo en caídas en todas las bolsas europeas. En el caso de la española esta semana que termina es la peor desde marzo de 2012, lo que es mucho decir. Falta esperar la reacción post-electoral para hacer el balance del año.