El Banco Central Europeo (BCE) remitió en agosto una carta al Gobierno español en el que exigía una serie de medidas de ajuste presupuestario y económico que, en materia laboral, se traducían en una "devaluación competitiva" de los salarios y acciones contra el desempleo juvenil, incluyendo la creación de una nueva categoría de trabajadores con sueldos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (situado en 641,4 euros mensuales en España). A cambio desbolquearían la compra de deuda española.

La hoja de ruta de la reforma laboral
El contenido de la misiva del BCE fue desvelado por Mariano Rajoy, según ha difundido Europa Press, en su reunión con los agentes sociales del pasado jueves para discutir posibles aspectos de la futura reforma laboral. La agencia cita fuentes conocedoras del encuentro que también han desvelado que el líder 'popular' transmitió su intención de utilizar ese documento como su hoja de ruta en su gestión de la reforma, con el objetivo de entrar en el grupo de cabeza del euro.

La situación ha cambiado desde agosto
¿Por qué se filtra esta noticia y se ofrece esa sensación de debilidad negociadora en la víspera de una reunión cumbre clave para el futuro de España y en la que se dirime el papel que debe asumir el BCE ante la crisis? Los países periféricos reclaman compras de deuda por parte del Banco Central Europeo, lo que hasta ahora ha hecho con cuentagotas, pero sin que el Gobierno español se plegara a esa condición ya acabó comprando deuda soberana española. Incluso desde el Ejecutivo de Merkel, tan inflexible en las horas previas a la negociación, filtró a la prensa de su país su disposición a que el BCE asuma por fin un papel más activo ante la crisis y acometa compras de deuda masivas y políticas monetarias expansivas. De hecho los expertos apuntan hoy a una inminente bajada de los tipos de interés, otro de los tabús de Merkel.

El BCE puso las bases para un cambio de política y dejar la ortodoxia monetaria que solo está beneficiando a Alemania cuando el consejero y economista jefe del BCE, Juergen Stark, dimitió de su cargo en septiembre, apenas unos meses después de que Axel Weber, presidente del Bundesbank y que estaba llamado a presidir el BCE, dejara su cargo también. Ambos eran contrarios a la compra de deuda por parte del BCE, por lo que la situación no es la misma que en agosto. ¿Por qué ahora se recupera esa propuesta de mini-salarios?