La EAE Business School ha publicado el estudio Gasto Farmacéutico & e-health 2018 en el que hace un análisis de la situación actual del sector, su evolución internacional y un especial énfasis en el e-health, un sector en expansión.

El informe asegura que el gasto farmacéutico en España continúa creciendo año tras año y, tras la derivada contención del gasto correspondiente a los periodos de crisis, se vuelve a producir una aceleración. Este aumento se produce por un mayor consumo pero sobre todo por el incremento del precio por receta.

Evolución anual del gasto por receta dispensada del Sistema Nacional de Salud a través de oficinas de farmacia en España de 2010 a 2018 (en euros)
 
“La tendencia de contención del gasto que tuvo lugar durante la crisis empieza a dejar de tener efecto, con lo que las medidas implementadas en ese momento no son suficientes para lograr la contención actualmente”, apunta Rafael Fraile, profesor de EAE Business School y director del informe.

En este sentido, el experto afirma que el crecimiento en el número de recetas podría llevar aparejado el abuso del consumo y los consiguientes costes adicionales para el Sistema de Salud: “atajar el problema del abuso de fármacos requiere medidas de concienciación y la limitación del abuso de la medicina defensiva por parte de facultativos”.

El gasto farmaceútico público de España está en línea con la OCDE

Entre 2013 y 2018 el gasto farmacéutico público en recetas dispensadas en el Sistema Nacional de Salud aumentó un 14%. Sin embargo, el dato de 2018 (10.476 millones de euros) era todavía inferior al de 2011, cuando se registró un total de 11.135 millones de euros.

Por comunidades autónomas, Andalucía (10,63€ precio medio por receta) y Cataluña (10,74€ precio medio por receta) son las que menos gastan; mientras que el País Vasco (13,01€ precio medio por receta) y Cantabria (12,9€ precio medio por receta) son las que presentan un gasto mayor. “Cabe señalar que la diferencia en el gasto por receta puede ser superior al 25%. Estas diferencias son debidas a que el conjunto de medicamentos cubierto por cada autonomía difiere”, explica el responsable del estudio.

Distribución del gasto del Sistema Nacional de Salud en recetas dispensadas a través de oficinas de farmacia en

El gasto en productos farmacéuticos en España se encuentra en línea con la media de la OCDE (8,8% del PIB desde 2013). En este caso, los países en vías de desarrollo presentan porcentajes de gasto farmacéutico inferiores a dicha media y los países más desarrollados presentan valores del gasto superiores, destacando en el último año Estados Unidos (19,9%), Suiza (12,2%) y Francia y Alemania (ambos 11,2%).

En este sentido, es importante observar que Estados Unidos se enfrenta a un claro problema de salud pública por el consumo excesivo de medicamentos. De hecho, las muertes por opiáceos se han convertido en uno de los factores de fallecimiento más elevados y el gran factor de crecimiento es el tratamiento del dolor. En nuestro caso, España cifra su gasto farmacéutico sobre el PIB en un 8.9%.

En relación al gasto público en medicamentos, material y otros productos farmacéuticos, España es el país de la Unión Europea donde el porcentaje de gasto público es menor, sólo por detrás de Portugal y Grecia.

“Este hecho puede resultar sorprendente si se tiene en cuenta que la idea existente es que en España la cobertura pública es de las más elevadas. Hay que considerar el grado de productos médicos que se consumen sin receta en España (automedicación) que pueden hacer que el porcentaje de gasto público sea menor del que cabría suponer”, explica Rafael Fraile.

El e-health: un campo en clara expansión

El e-health engloba áreas tan diversas como la Historia Clínica Electrónica (HCE), la telesalud/teleasistencia, los dispositivos móviles que permiten el seguimiento y el control de parámetros fisiológicos y el comercio electrónico de productos farmacéuticos o de salud. Los avances en este área determinan la capacidad de un país para ofrecer una mejora en el Sistema de Salud sin un consecuente incremento de los costes.

El comercio electrónico en el sector farmacéutico en España, a pesar de representar una cifra significativa por encima de los mil millones de euros, se encuentra claramente en sus inicios. En 2018 en España había menos de 9 millones de usuarios y un 71% de la población nunca había hecho uso de estos servicios.

Sin embargo, las perspectivas de crecimiento son claramente halagüeñas: en 2023 se espera que la cifra de ingresos prácticamente duplique la de 2017 con crecimientos muy elevados tanto en el número de usuarios como en el ingreso por usuario. “Es un sector en expansión que en los últimos tres años ha doblado su tamaño debido al crecimiento de los dispositivos móviles, el envejecimiento de la población, la escasez de profesionales sanitarios y la necesidad de mejorar la atención”, señala Fraile.

“En los próximos años se debería experimentar una adaptación generalizada tanto de las oficinas de farmacia como de los usuarios para lograr un crecimiento del sector del comercio electrónico”, revela el informe. Un factor que determinará la velocidad de adopción a esta nueva realidad es la evolución de la regulación del sector, que permita asumir los requerimientos de flexibilidad necesarios para el comercio electrónico con el control que debe existir en transacciones con productos farmacéuticos.

En cuanto al uso de dispositivos sanitarios digitales, en España el 80% de la población no los ha usado nunca y, de los que ya los utilizan, el 80% está relacionado con el deporte o actividades de ejercicio físico. En este sentido, el informe de EAE indica que es fundamental el establecimiento de programas dentro del Sistema de Salud que potencien las aplicaciones de salud digital, empezando por la formación de los profesionales y usuarios, la adaptación de los sistemas de gestión de datos para el uso de la información y la inclusión de estos servicios en las coberturas del Sistema de Salud.

“Esta inversión inicial quedará sobradamente compensada por los beneficios en las diferentes áreas del Sistema de Salud”, afirma Rafael Fraile. Sin embargo, el experto recuerda que habrá que salvar dos barreras importantes: la salvaguarda de la privacidad de los datos personales y los riesgos de ciberseguridad, y los aspectos técnicos y normativos como la fiabilidad y heterogeneidad de los datos y la falta de infraestructuras.