El encarecimiento de la vida continúa golpeando al conjunto de las economías europeas. El dato de inflación de agosto se mantiene en el 5,3%, replicando el valor registrado el mes pasado. En el octavo mes del año se reedita el porcentaje más bajo desde enero de 2022, pero el ritmo de reducción se enquista por encima del 5%. No obstante, la progresión es heterogénea entre Estados que comparten el euro como divisa común y entre ellas se erige España con el dato más bajo de los Veinte.

El objetivo de inflación establecido por el Banco Central Europeo (BCE) para cesar sus subidas de tipos de interés se sitúa en el 2%, valor del que tan solo están cerca las dos economías que encabezan la senda descendente. Los datos del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), utilizados para homogenizar los datos de inflación de los diferentes países, se sitúan España y Bélgica en el 2,4%, según los datos publicados este jueves por Eurostat -oficina estadística europea-.

En sentido opuesto, los mayores incrementos se experimentan en Eslovaquia (9,6%), por delante de Croacia (8,5%) y de Austria (7,6%). De entre las grandes economías, donde España también se destaca, el peor dato lo refleja Alemania, con una inflación del 6,4%, pese a su leve reducción de una décima. A esta le sigue Francia, donde el dato se incrementa en seis décimas y se sitúa en el 5,7%, e Italia (5,5%), que ha conseguido disminuir el porcentaje en ocho décimas. Así, las diferencias de España con estas ascienden hasta los cuatro puntos con Alemania y los más de tres puntos con Francia e Italia.

España es señalado como un ejemplo de política económica porque conseguimos bajar la inflación muy rápidamente, lo que nos está permitiendo afrontar el nuevo curso con una situación más sólida porque el crecimiento de la economía sigue siendo superior al del resto de familias y la inflación está por debajo”, señalaba esta mañana Nadia Calviño en una entrevista concedida en la Cadena Ser antes de conocer el dato.

El destacamiento de españa en materia inflacionaria se ha producido “gracias al impacto de las medidas puestas en marcha para amortiguar el impacto de los precios”, ha apuntado la vicepresidente y ministra de Asuntos Económicos en funciones después de publicarse las cifras. Además, desde la cartera que lidera aseguran que esta posición favorece a las familias españolas y mejora la competitividad de las empresas. “Nuestra política económica funciona. Seguiremos en la misma línea”, ha garantizado Calviño.

Atendiendo al dato general, vital para las actuaciones económicas del BCE, la evolución de los precios en la zona euro responde principalmente a la menor caída en el coste de la energía, con una bajada del 3,3%, frente al retroceso del 6,1% de julio. En sentido positivo, el encarecimiento de los alimentos frescos se modera al 7,8% desde el 9,2% del mes pasado. En los servicios, los precios suben un 5,5% interanual, una décima menos que en julio, mientras que los bienes industriales no energéticos se encarecen dos décimas menos que el mes anterior, con una subida del 4,8%.

Por su parte, la inflación subyacente -aquella que no incluye los alimentos ni la energía- consigue reducir dos décimas y situarse en el 5,3%, marcando el mismo valor que índice general. Descontando del cálculo únicamente la energía, la tasa interanual se ubica en el 6,3%, alejándose del 6,7% de julio.

Los halcones sobrevuelan el viejo continente

Pese a la buena marcha de algunos países y la reducción de la inflación conjunta, las perspectivas futuras del BCE sobre la marcha de la economía de la zona euro han empeorado en sus últimas proyecciones macroeconómicas, tal y como ha confirmado Isabel Schnabel, ejecutiva alemana del organismo. El deterioro constante del sentimiento económico, con una caída de la actividad manufacturera a niveles más propios de recesiones profundas propagada al sector de servicios y el retorno de la política fiscal más restrictiva son las principales causas del empeoramiento.

"En conjunto, estos acontecimientos apuntan a que las perspectivas de crecimiento serán más débiles de lo previsto en el escenario base de las proyecciones de los expertos del Eurosistema de junio", ha advertido Schnabel. No obstante, para la ejecutiva del BCE, al mismo tiempo, hay indicios de que la economía de la zona euro "tal vez no esté al borde de una recesión profunda o prolongada", señalando el signo alentador que representa la mejora de la confianza de los consumidores con respecto a los meses anteriores, "incluso si la recuperación se ha detenido últimamente".

Habrá que esperar al próximo 14 de septiembre para conocer cuál es la decisión del Consejo de Gobierno del BCE sobre la política monetaria. Las previsiones son que, como en las nueve ocasiones anteriores, el precio del dinero vuelva a incrementarse y alcance el valor más alto desde que está en circulación. "Una política monetaria suficientemente restrictiva es fundamental para que la inflación vuelva a nuestro objetivo del 2% en el momento oportuno", ha defendido la alemana, adelantado la decisión.