Avilés (Asturias) se enfrenta a un nuevo cierre industrial que mantiene en vilo a 160 trabajadores. Saint-Gobain, multinacional francesa, pretende acometer un ERE con el que despedir a la plantilla del departamento de Sekurit, lo que destruiría a su vez más empleos y dañaría el tejido económico de la ciudad. En este contexto, el Gobierno del Principado de Asturias ha expresado su desacuerdo con la decisión y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se ha desplazado hasta la Villa del Adelantado, donde sus palabras han abierto una polémica con el presidente autonómico, Adrián Barbón.

Durante su escueto paso por Avilés, la líder de Sumar trasladó su apoyo y criticó no poder verse con el líder regional porque “lamentablemente tenía otras prioridades en su agenda”. Además, acusó al Ejecutivo asturiano de “escasa implicación” con la problemática, algo que no ha gustado nada al presidente asturiano, que ha decidido responder con contundencia a la ministra. "Me ha sorprendido y disgustado al mismo tiempo que se ponga en duda el apoyo de este Gobierno a los trabajadores en la defensa de sus puestos, es absolutamente inaceptable", ha espetado Barbón.

El viaje exprés de Díaz coincidía con la celebración en el Parlamento asturiano de la sesión de control, acto del que el presidente ha asegurado que no podía ausentarse porque Díaz hubiese decidido citarse con el comité de trabajadores. "Yo no puedo faltar ni a una votación y menos aún a una sesión de control", ha trasladado, a la vez que ha defendido la labor de su equipo ante el “desconocimiento” de la también vicepresidenta. "No tiene ni idea de lo que viene trabajando el gobierno desde las diferentes consejerías", ha acusado.

Además, Barbón ha detallado que desde el Principado quisieron encajar el encuentro, pero que fue el propio equipo de Díaz el que rechazó adaptarse a los tiempos y agenda de la otra parte. "Se les planteó madrugar un poco antes para tener un encuentro previo al pleno o una vez finalizado y su equipo nos informó que no les era posible por cuestiones de agenda. Me sorprende que diga que le hubiera gustado mantener una reunión, pero echa la culpa a Presidencia de que no hubiera podido ser", ha explicado el presidente asturiano.

Así, Barbón ha lamentado que Díaz haya “aporreado al Gobierno asturiano” que, precisamente, representa a “uno de los pocos territorios del país con una unidad progresista y reformista”. Para el líder regional este comportamiento responde a la proximidad de las elecciones europeas (9 de junio), dado que la ministra “está más preocupada por las encuestas” que por la situación de los trabajadores asturianos afectados por el ERE. En esta línea, se ha preguntado si la vicepresidenta ha acudido a Avilés solo “para hacerse una foto o para atacar a un gobierno de unidad progresista”.

Apoyo de todas las administraciones a los trabajadores

Más allá de este rifirrafe, lo cierto es que las administraciones de todos los niveles y el conjunto de la sociedad avilesina y asturiana están del lado de los trabajadores. Díaz ha sido la última en expresarlo, cargando con dureza contra la compañía millonaria. "No es decente que una gran multinacional que tiene muchísima actividad, que tiene un negocio rentable, sacrifique la producción de Asturias para llevársela a otro país sencillamente porque tiene mano de obra más barata", ha criticado.

Sobre las posibilidades de los diferentes niveles de poder, Díaz ha reconocido que su Ministerios no tiene competencia en la tramitación del ERE anunciado, pero ha asegurado que son “absolutamente conscientes que lo que está haciendo Saint-Gobain es deslocalizar una parte de la producción de Cristalería en Asturias”. “Y no lo compartimos en absoluto”, ha zanjado. Desde el barrio de La Maruca, donde se ubica la empresa, Díaz aseguró a los trabajadores que podían “contar con el Gobierno de España y con el Ministerio de Trabajo y Economía Social”.

“He instado a una reunión con el presidente del Principado, que tiene competencias en materias industriales para que remen a favor e impidamos lo que la empresa quiere hacer. Le pedimos también al Principado que se ponga a este lado para que conjuntamente, desde el Gobierno de España y del de Asturias, desde el comité de empresa, desde los centenares de familias afectadas hoy por estos despidos, sumemos juntas para evitar lo que no queremos que ocurra", explicó.

Además, trasladó a los trabajadores su compromiso de trabajar en una ley “que evite las deslocalizaciones en nuestro país”, una “tarea que tenemos en términos industriales en España”. "No compartimos nada que se extingan los contratos en una unidad de negocio que es absolutamente rentable", añadió. De fondo, los verdaderos afectados y a los que el intercambio de golpes entre políticos no va a ayudar en nada, gritaban “Cristalería no se cierra”.