Bankia obtuvo en los seis primeros meses del año un beneficio neto atribuido de 515 millones de euros, lo que supone un incremento del 0,1% respecto al mismo periodo de 2017. La cifra se sitúa por encima de lo previsto por el mercado, que descontaba un resultado de 490 millones, un 4,7% menos.

El resultado ha estado condicionado por la incorporación del negocio de BMN desde finales de año, que ha permitido un aumento de los ingresos en la comparativa interanual y el impulso del beneficio, También han actuado en positivo los ahorros por la fusión y la consecución de las primeras sinergias del proceso.

El consejero delegado de la entidad, José Sevilla, que presentado esta mañana la cuenta de resultados en rueda de prensa, ha destacado la recuperación del dinamismo de la actividad en el segundo trimestre, después de un primer trimestre muy centrado en la integración, y eso se ha reflejado, ha apuntado, en la evolución de beneficios, que desde abril a junio se han elevado a 285 millones de euros, un 24,2% superior a los tres primeros del año.

Bankia recupera el dinamismo comercial

El banco retomó en el segundo trimestre el dinamismo comercial que había frenado en parte en el primer trimestre del año por la ejecución de la fusión. Y ello se tradujo en un crecimiento fuerte en las concesiones de nuevos créditos y en un aumento de los volúmenes de recursos gestionados, junto a una mayor captación de clientes con ingresos domiciliados y un mayor volumen de negocio en productos de valor añadido como los pagos con tarjeta. 

El crecimiento de actividad entre trimestres se reflejó, especialmente, en la concesión de créditos. El volumen de hipotecas formalizadas creció un 18,1%, el de crédito al consumo, un 34,6% y el de financiación a empresas, un 35,8%. De esta forma, en el primer semestre se concedieron 1.385 millones de euros en hipotecas, 1.099 millones en consumo y 7.495 millones en empresas. El saldo de crédito a empresas creció un 1,9% en los últimos 12 meses, en tanto que el de crédito al consumo aumentó un 9,9%.

En los últimos 12 meses, el banco aumentó en términos netos en 112.000 el número de clientes con ingresos domiciliados (nómina o pensión). Estos clientes están eximidos del pago de comisiones y habitualmente tienen un mayor número de productos contratados con el banco. 

Margen bruto

El margen bruto creció un 11,8%, aunque en términos comparables habría supuesto un descenso del 7,5%. Este margen recoge el efecto estacional de la aportación al Fondo Único de Resolución (FUR), al que se aportó en el segundo trimestre 61 millones de euros.

Los gastos de explotación descendieron un 1,7% en términos comparables, lo que supone adelantar la captura de sinergias que se había previsto en la fusión, fruto de haber acelerado el cierre de oficinas y la salida de personas que voluntariamente se acogieron al Expediente de Regulación de Empleo. Ya ha salido el 87,3% de las personas previstas en este proceso, lo que ha permitido reducir los costes en un 5,4% en el segundo trimestre respecto al primero.

Las dotaciones a provisiones de crédito y adjudicados durante el segundo trimestre ascendieron a 96 millones de euros, un 28,4% inferiores a las del trimestre anterior, hasta totalizar en el semestre 230 millones de euros. Como consecuencia, el coste del riesgo (provisiones sobre crédito) cayó cinco puntos básicos en el primer semestre del ejercicio respecto al mismo periodo del año anterior, hasta situarse en el 0,20%. Todo ello permitió que el beneficio neto atribuido se situara en 515 millones de euros, en línea con los 514 millones del primer semestre de 2017.

El impuesto a la banca

El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha respondido a una pregunta recurrente por parte de los medios de comunicación, el anunciado impuesto a la banca. Al respecto, el directivo recordó que el 60% del accionariado de la entidad está en manos del Estado, pero advirtió de que la idea de que los bancos sólo ganan dinero es simple y que su "comportamiento en Bolsa en los últimos meses ha sido malo", lo que ha atribuido, "en parte", a "la incertidumbre" sobre cómo condicionará el futuro impuesto a los beneficios. 

Sevilla ha negado que por estar bajo control teórico del Gobierno, Bankia vaya a tener una posición más suave que el resto del sector financiero. "No tenemos una posición diferente. El Gobierno tendrá que tomar las decisiones que tiene que tomar con visión global, y nosotros defender lo que es mejor para los accionistas de Bankia y da la casualidad de que el Estado tiene un 60%. Cada uno tiene su rol y su responsabilidad", ha afirmado Sevilla.

Según ha explicado el consejero delegado de Bankia, actualmente los bancos deben tener una rentabilidad superior al 9% o 10% únicamente para cubrir el coste de capital, un objetivo que pocas entidades españolas consiguen en este momento, por lo que si el sector no es rentable se acaba poniendo en peligro la solvencia.

Sobre las declaraciones, este miércoles, del consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, advirtiendo sobre cambio de su estructura legal como consecuencia del impuesto, Sevilla se ha limitado a expresar "máximo respeto por los competidores".

Reducción de plantilla por la fusión

Sobre el proceso de reducción de plantilla previsto en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) al que se acogieron los trabajadores de Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN), "de manera voluntaria", en el marco de la fusión entre ambas entidades, Sevilla ha explicado que se ha materializado en un 87% y se espera que el proceso finalizará antes de que termine el año. De los alrededor de 2.000 empleados que se acogieron al acuerdo, quedan pendientes menos de 300 personas por salir de la entidad, representativas del 13% del total.