De acuerdo con las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el crecimiento de la demanda mundial de electricidad se ralentizará de forma notable en 2022. Se espera un aumento del consumo del 2,4%, frente al incremento del 6% observado en 2021, como consecuencia del impacto sobre la demanda de la desaceleración de la economía y de los elevados precios de la energía.

"Se espera que la demanda mundial de electricidad crezca un 2,4% en 2022, después del aumento del 6% del año pasado, alineándose con su tasa de crecimiento promedio durante los cinco años anteriores a la pandemia de Covid-19", señala un informe de la agencia.

La AIE destaca el impacto de la inflación y las medidas sanitarias adoptadas en China a raíz de la pandemia, que lastraron la producción industrial y aumentaron la tensión en las cadenas de suministro, ya que la industria es responsable de más del 40% de la demanda final de electricidad, por lo que la ralentización de la actividad económica ha provocado una disminución del consumo, con la excepción de la India, donde las temperaturas inusualmente altas en el segundo trimestre de 2022 empujaron la demanda de electricidad a niveles récord.

De cara al año próximo,  la agencia anticipa tasas de crecimiento de la demanda mundial de electricidad similares a las previstas para este 2022, en línea con un ritmo de crecimiento económico mundial parecido, aunque advierte de la existencia de grandes incertidumbres vinculadas a factores interconectados como el crecimiento económico, la volatilidad de los elevados precios de los combustibles fósiles y las medidas sanitarias, aún en curso en algunos países, relacionadas con el Covid-19.

Previsiones de demanda en Asia y el Pacífico

De acuerdo con las previsiones regionales de la AIE, el crecimiento de la demanda eléctrica en el Pacífico asiático se colocará entorno al 3,4% en 2022, lo que supone una revisión a la baja de más de un punto porcentual desde principios de año, mientras que, para 2023, espera un crecimiento de la demanda cercano al 4%, compensando parte de la desaceleración de este 2022.

En el caso de China, en términos absolutos el país de más rápido crecimiento en el último quinquenio, la demanda en los primeros cinco meses de 2022 arrojó un crecimiento de solo 0,5% en comparación con el mismo período del año anterior, mientras que en la India, el segundo país con más rápido aumento del consumo en los últimos años, ha revisado al alza su previsión para 2022 en un punto porcentual en valores interanuales pasando del 6% al 7%.

Previsiones para América y EEUU

En América, las proyecciones de la AIE señalan que el crecimiento de la demanda se modere a casi el 2% en 2022 y caiga por debajo del 1% el año próximo, tras un crecimiento excepcional de alrededor del 2,4% en 2021. Estas previsiones son ligeramente más altas para 2022 y más bajas para 2023 que las del pasado mes de enero, en gran parte debido a la rápida recuperación económica en los Estados Unidos, donde espera que el consumo crezca un 2% en 2022, cuando previamente anticipaba un estancamiento.

Previsiones en Europa

El caso de Europa es el más complejo debido a su cercanía con el conflicto Rusia-Ucrania. Para el viejo continente, la agencia anticipa que la demanda aumente por debajo del 1%, menos de la mitad del valor esperado a principios de año, advirtiendo de que la posible escasez de combustibles fósiles, en particular de gas natural, y una mayor desaceleración del crecimiento económico podrían reducir aún más el crecimiento de la demanda. La agencia advierte también que el panorama europeo para 2023 resulta bastante incierto.

Keisuke Sadamori, director de Mercados Energéticos y Seguridad de la AIE, valora que "El mundo se encuentra en medio de la primera crisis energética verdaderamente global, desencadenada por la invasión rusa de Ucrania, y el sector eléctrico es uno de los más afectados" y añade además que "Esto es especialmente evidente en Europa, que está experimentando graves turbulencias en el mercado de la energía"

Carbón y renovables

Por otro lado, el informe advierte de que, debido a los altos precios del gas y las limitaciones de suministro, el carbón está reemplazando al gas natural para la generación de energía en los mercados con capacidad disponible en las plantas de carbón, particularmente en los países europeos que buscan terminar con su dependencia de las importaciones de gas ruso.

De este modo, para asegurar el suministro de energía tras la invasión rusa de Ucrania, algunos países europeos han retrasado los planes de descarbonización previstos y han levantado las restricciones impuestas anteriormente a este combustible.

"A nivel mundial, se espera que el uso de carbón para la energía aumente ligeramente en 2022", puesto que el crecimiento en Europa equilibra las contracciones en China, debido al fuerte crecimiento de las energías renovables y solo un aumento modesto en la demanda de electricidad, y en los Estados Unidos, debido a las limitaciones en el suministro y capacidad de la central eléctrica de carbón.

Asimismo, la AIE anticipa que la generación de energía con gas caiga un 2,6%, ya que las disminuciones en Europa y América del Sur superan el crecimiento en América del Norte y Oriente Medio. En cuanto a las renovables, se espera que sean la fuente de suministro de electricidad de más rápido crecimiento en 2022, con un aumento de la producción de más del 10% en 2022.

"Este es el valor más alto registrado y eleva la participación de las energías renovables en la combinación de suministro al 30%", destaca la agencia, que para 2023 anticipa que el crecimiento mundial de las energías renovables rebase el 8% y vuelva a superar la demanda adicional de electricidad.