La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, advirtió el pasado viernes que se puede producir una situación tensa en los mercados de gas debido al cierre del gasoducto Nord Stream 1, previsto desde este lunes 11 hasta el 22 de julio, aduciendo labores de mantenimiento.

El pasado miércoles, Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, instaba a los Estados miembros a adoptar una batería de medidas para paliar los efectos de un posible corte del suministro del gas proveniente de Rusia, además de pedir solidaridad entre todos los países de la Unión.

Algunos de los Estados miembros ya han comenzado a adoptar medidas ante la posibilidad de un invierno sin gas.

Alemania

Alemania depende actualmente de Rusia para el 35% de sus necesidades de gas, si bien al inicio de la guerra era aún más (55%). El objetivo del país germano es reducir al 30% a finales de año y llegar al 10% en verano del 2024.

La situación ha empeorado desde que, a mediados de junio, redujo en un 60% las entregas por el gasoducto Nord Stream 1, lo que ha afectado en cadena a Austria, Francia, República Checa, Eslovaquia e Italia.

Según el gobierno de Putin, todo se debe a que las sanciones occidentales por Ucrania impiden el retorno de una turbina, de la empresa alemana Siemens, en revisión en Canadá. Tras conversaciones, la turbina podría volver durante esta semana. Sin embargo, llega un cierre total del Nord Stream 1 dede el 11 al 21 de julio se hace la parada anual por mantenimiento. Alemania teme que Rusia la alargue más para presionar.

Mientras tanto, la meta del ejecutivo germano es el ahorro y almacenamiento, pues el gas es clave para muchas industrias y la calefacción de la mitad de los hogares es a gas.

Para economizar el uso de gas en la producción de electricidad, el Ejecutivo anunció la posible reactivación provisional de centrales de carbón de las llamadas de reserva, a pesar de haber pactado el adiós al carbón para el año 2030.

Se crea también un sistema de subastas para fomentar el ahorro en la industria, y el banco público KfW abre una línea de crédito para financiar la adquisición de gas.

A muy largo plazo, Alemania espera poder surtir con gas licuado qatarí e hidrógeno verde de Emiratos, además de gas estadounidense e hidrógeno noruego, entre otros. En el propio país, las energías renovables son el horizonte, pero no van rápido pese a los deseos de los ecologistas.

Francia

El país galo dotará al Estado de poderes excepcionales. El Consejo de Ministros ha aprobado un proyecto de ley que incluye la posibilidad de requerir las centrales de gas que producen electricidad o de ordenar la interrupción temporal de su funcionamiento. 

Se decreta establecer el llenado obligatorio, hasta el 100%, antes del 1 de noviembre, de las reservas estratégicas de gas, así como la aceleración de recibir los trámites para poner en marcha una terminal provisional flotante para gas licuado (GNL) en Le Havre.

Otra medida altamente simbólica es preparar la reapertura de la central de carbón de Saint Avold, en el noreste del país, cerca de la frontera alemana, que fue cerrada en marzo pasado, con el objetivo de volver al carbón en caso necesario.

Se establecerá también un sistema de aviso automático a las empresas que consumen gas, para que puedan parar la actividad durante unas horas.

Más a largo plazo, para asegurar la soberanía energética se quiere apostar por la energía nuclear a través de la construcción de centrales. Para afrontar este proyecto, que exige gigantescas inversiones, el Estado nacionalizará la eléctrica EDF.

Italia

Italia también es altamente dependiente del gas ruso, que representa un 40% del que importa. Por este motivo, desde que se inició el conflicto en Ucrania, el primer ministro, Mario Draghi, se ha concentrado en diversificar sus fuentes de energía. 

La estrategia pasa por sustituir al menos la mitad del gas que compra en Moscú por hidrocarburos de otros países en el 2023.

El Gobierno ha logrado un acuerdo para aumentar un 40% las importaciones de gas argelino a desde 2023 y 2024 y también ha alcanzado varios pactos en África para obtener más gas natural licuado.

Sin embargo, es complicado que Italia supere los problemas que comportaría una interrupción total del gas ruso, debido al número de gasoductos existentes. El gas natural licuado podría ser la solución pero Italia solo tiene tres regasificadores y ya están trabajando al máximo. Otra solución en estudio pasa por construir un nuevo gasoducto entre Barcelona y la Toscana si fracasa el proyecto anterior.

Ante la llegada del próximo invierno, el Ejecutivo italiano planea llenar los depósitos de gas, que actualmente están sobre el 60% de capacidad, hasta al menos el 90%.

Reino Unido

La teoría, del aún primer ministro, Boris Johnson, en respuesta al gobierno de Putin y a los precios de la energía, es obtener una mayor independencia, manteniendo los objetivos ambientales, como que en el 2030 un 95% de la electricidad consumida sea baja en carbono.

El Ejecutivo británico ha elaborado un plan estratégico para acelerar el desarrollo de energía nuclear, eólica, solar y de hidrógeno. Proyectos para la construcción de centrales nucleares, o para añadir reactores a las ya existentes, se van a acelerar, con la intención de que cubrir un 25% de la demanda eléctrica. Pero todo ello en un futuro indefinido.

El Reino Unido pretende explotar al máximo sus recursos de petróleo y gas en el mar del Norte, muy reducidos y de acceso costoso, instalar centenares de nuevas turbinas eólicas.

El fracking resulta más controvertido  porque los habitantes de la campiña inglesa (la mayoría conservadores) se niegan a que su paisaje sea destrozado.