La Gran Crisis financiera ha traído consigo una situación inusual en tiempos anteriores que solo había ocurrido, como algo excepcional, en Suiza debido a su característica de refugio financiero, pero que en la actualidad se ha extendido a otras economías mundiales como Japón y Europa, este es el de la rentabilidad negativa de los bonos gubernamentales.

En definitiva esto significa que los inversores de todo el mundo están pagando intereses a los gobiernos por comprarles más de 11 billones de dólares sus bonos, según el último dato publicado.

Por mucho que pueda parecer una situación absurda, teniendo en cuenta que la renta fija soberana ha sido tradicionalmente una fuente de ingresos relativamente estable, el ilógico fenómeno de pagar intereses por prestarle dinero a los gobiernos se ha extendido en el mundo comenzando en 2016 y alcanzando ya a varios países europeos, los considerados estables, y seguros como Alemania y Francia entre otros.

Y esto no es más que una evidencia del incremento de la aversión al riesgo ante la falta de expectativas de una economía mundial que pierde ritmo de crecimiento y que no ofrece alternativas de inversión financiera de calidad.

Los bonos soberanos con rendimientos negativos que se encuentran en circulación hasta mediados de enero han aumentado un 21% desde octubre, revirtiendo una disminución constante que tuvo lugar durante 2017 y gran parte del año pasado.

 Si bien el saldo de la deuda con rentabilidad negativa sigue estando por debajo de su máximo de 2016, la proliferación de estos bonos, que garantiza que un comprador en la emisión recibirá menos en concepto de reembolso e intereses periódicos de lo que pagó, subraya la incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento en gran parte de el mundo desarrollado.

Europa se encuentra en un atolladero absoluto con muchos frentes abierto que operan en contra de su recuperación, frentes que hemos estado presenciando durante todo el año pasado y que ahora se están reflejando en las cifras económicas.

Las rentabilidades negativas de la renta fija soberana se han vuelto cada vez más comunes a medida que el crecimiento en la región continúa disminuyendo y las incertidumbres políticas se acentúan.

 El Banco Central Europeo finalizó su programa de compra de bonos en diciembre, lo que podría aumentar la preocupación por la desaceleración económica.

Los inversores están comprando deuda alemana a cinco años con rentabilidad negativa de alrededor de -0.4% desde 0.03% en abril pasado, mientras que en la mayoría de los casos  evitan valores italianos de vencimiento similar, que rinden alrededor de 1.8%, en comparación con aproximadamente 0.6% durante el mismo período.

Rentabilidad deuda alemana cinco años

Rentabilidad deuda alemana 5 años

Rentabilidad deuda italiana cinco años

Rentabilidad deuda italiana 5 años

Es evidente por tanto que gran parte de los inversores están dispuestos a colocar su dinero en bonos alemanes a pesar de no recibir intereses por su inversión sino además tener que pagar por ello.

La diferencia entre estas rentabilidades, se toma como referencia el bono de diez años, es lo que ha venido a llamarse la prima de riesgo, el extratipo que países como Italia tienen que asumir para obtener financiación por su desequilibrada situación macroeconómica y sobretodo por lo inestable de su situación política, aunque se encuentre en la misma zona económica que Alemania con la misma moneda y el mismo banco central. 

A medida que el panorama de Italia se hace mas inquietante la presión compradora de bonos mas seguros como los alemanes, el trasvase de fondos en busca de refugio se acentúa y con ello sus rentabilidades se adentran mas en terreno negativo. En el caso de España la situación se ha mantenido estable, hasta ahora.

 La rentabilidad del bono de 5 años se sitúa en un más que aceptable 0.2% que refleja confianza de los inversores hacia nuestro país, pero en los próximos meses se abre una ventana de incertidumbre debido a la convocatoria de elecciones anticipadas.

En los principales medios económicos internacionales ya se contempla con inquietud la posibilidad de que un partido político ultraderechista, xenófobo y euroescéptico, Vox, llegue a formar parte de una coalición de gobierno en España, esto provocaría un

efecto catastrófico que hundiría la confianza de los inversores y que actuaría como la puntilla para el agónico estado de la Unión Europea.

De darse este escenario la prima de riesgo española se dispararía hasta al menos equipararse a la italiana y la presión bajista sobre el interés de los bonos alemanes, a donde se dirigirían los fondos huyendo de la deuda española, incrementaría.

grafico

Rentabilidad bono español 5 años

La deuda de rendimiento negativo a nivel global alcanzó un máximo de aproximadamente 13 billones de dólares en 2016. Hasta hace poco, había estado disminuyendo a medida que la economía de la Eurozona se aceleraba en medio de las crecientes exportaciones, pero el empeoramiento del escenario económico internacional y el enrarecimiento de la situación política con el auge del euroescepticismo de partidos extremistas, algunos de ellos en el gobierno, y el Brexit ha revertido la tendencia y los movimientos de fondos en busca de activos refugio han vuelto a crecer.

El BCE está examinando la reactivación de un programa de préstamos a bancos que podría dar un pequeño impulso a la economía, pero solo serviría para amortiguar una situación sobrevenida por el deterioro de las condiciones de comercio internacional y por el cambio radical de la política de los países integrantes de la Unión.

El BCE primero bajó su tasa de facilidad de depósito marginal por debajo de cero en junio de 2014, y la ha reducido tres veces desde entonces, hasta el -0,4% en marzo de 2016. La política tenía la intención de disuadir a los bancos de mantener saldos inactivos en las cuentas con el banco central   y en su lugar fomentar una mayor inversión, pero la falta de alternativas seguras lleva a depositar esos fondos inoperativos en deuda pública

 Y no solo son los bancos, las compañías de seguros necesitan bonos para garantizar que puedan alinear los activos que vencen con los pasivos esperados y muchos fondos de inversión compran la deuda porque siguen índices que la incluyen como activos.

Y por si fuera poco el bajo rendimiento de las carteras de bonos envía a los inversores un mensaje de que sus ahorros de jubilación no están creciendo lo suficiente como para satisfacer sus necesidades, lo que hace que ahorren más y gasten menos.

 Eso es importante porque sugiere que la política no está funcionando como se esperaba y podría conducir a una desaceleración más profunda. Cuanto más largo tiempo se mantengan rentabilidades negativas de la deuda soberana de alta calificación crediticia mayor será el efecto depresor en la economía y en el comportamiento retraído de los inversores y consumidores.