Hasta hace poco, el nombre de Virginia Barcones apenas sonaba fuera de Castilla y León. Hoy, como directora de Protección Civil, se ha convertido en la funcionaria que desmonta con datos las acusaciones del PP sobre la gestión de los incendios. Su figura crece en el espacio público como la de Fernando Simón durante la pandemia: no por buscar protagonismo, sino por la necesidad de explicar con claridad en mitad de la crisis.

Una política de tierra adentro convertida en rostro nacional

Nacida en Berlanga de Duero (Soria) en 1976, Barcones representa la trayectoria de una generación de políticos forjados en la política local y autonómica. Licenciada en Derecho por la UNED y habilitada como funcionaria estatal, inició su carrera como concejala en su municipio natal. Después fue procuradora en las Cortes de Castilla y León y viceportavoz autonómica, antes de dar el salto a la política nacional como diputada y, más tarde, delegada del Gobierno en Castilla y León en dos ocasiones.

Ese recorrido la situó en contacto directo con la gestión del territorio, la despoblación y las emergencias rurales, un bagaje que ahora le resulta fundamental en la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, cargo que asumió en diciembre de 2023.

El verano de 2025 será recordado no solo por las hectáreas calcinadas, sino también por el enfrentamiento político que desató. Presidentes autonómicos del PP como Alfonso Rueda (Galicia), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León) y María Guardiola (Extremadura) acusaron al Gobierno central de no enviar suficientes medios y de responder tarde.

Barcones replicó con una contundencia poco habitual en un cargo técnico: recordó que el 15 de agosto Protección Civil había contactado preventivamente con comunidades que aún no habían pedido ayuda, ofreciendo recursos aéreos. “El dato mata algunos relatos”, sentenció. Con esa frase quiso dejar claro que, lejos de improvisar, el Ejecutivo había actuado con previsión.

La respuesta fue inmediata. Rueda la acusó de “no decir la verdad” y de dirigirse a los gobiernos autonómicos con “muy malas maneras”. El choque se convirtió en una tormenta política paralela a la emergencia ambiental.

Datos frente al ruido

Barcones no improvisa. Cada intervención pública llega respaldada por cifras, protocolos y cronologías. Recurre a correos electrónicos enviados con antelación, a actas del Comité de Coordinación Estatal y a informes técnicos. Su estilo recuerda al de Fernando Simón en los meses más duros de la pandemia: un discurso más técnico que político, con la intención de rebajar la crispación y centrar el debate en hechos contrastables.

En varias comparecencias, ha insistido en que los medios estatales disponibles en España superan a los de otros países de referencia. Como ejemplo, citó a un catedrático de Ingeniería Forestal que subrayó que nuestro país cuenta con más aviones especializados en extinción que California. “No es el momento de polémicas, es el momento de apagar incendios”, repitió.

Los que la conocen de su etapa como delegada del Gobierno en Castilla y León aseguran que Barcones siempre ha mostrado un estilo firme y directo, alejado de las medias tintas. Ese carácter se ha reforzado en su papel actual, donde las cámaras enfocan a una funcionaria que hasta hace poco se mantenía en un segundo plano.

Su irrupción mediática no es buscada, pero sí inevitable. Cada vez que un presidente autonómico del PP reprocha falta de medios, ella aparece con documentos para rebatir. Cada vez que se abre un debate sobre la coordinación con la UME, Barcones responde con cifras sobre despliegues y operativos activados.

En solo unos meses, Virginia Barcones ha pasado de ser un nombre desconocido en Madrid a convertirse en la referencia de la gestión de emergencias. Si el verano de 2025 marca un antes y un después en la percepción ciudadana sobre los incendios, también lo hará en su carrera.

Su perfil técnico, su experiencia política y su estilo comunicativo la sitúan en una posición singular: una funcionaria con proyección nacional, llamada a ser una de las caras visibles del Gobierno en materia de seguridad y emergencias. Con un país cada vez más expuesto a fenómenos climáticos extremos, todo indica que su presencia pública seguirá creciendo. Y, como ocurrió con Fernando Simón, será en la combinación de datos, firmeza y pedagogía donde Virginia Barcones encuentre el sello que ya empieza a distinguirla.

 

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