El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado su previsión del crecimiento mundial al 3,9 % en 2018 y 2019, dos décimas más de lo calculado en octubre, pero la responsable de la organización, Christine Lagarde, ha alertado sobre vulnerabilidades y ha sido entonces cuando España ha sido señalada.

El mensaje de optimismo no llega para el caso de España pues es la única economía desarrollada que ve como su previsión es a la baja por la incertidumbre política en torno a Cataluña. "El crecimiento en España, que se ha situado por encima del potencial, ha sido rebajado ligeramente para 2018, como reflejo de los efectos de la creciente incertidumbre política sobre la confianza y la demanda", se puede leer en el informe presentado en Davos.

En su actualización del informe Perspectivas Económicas Globales, el FMI ha revisado al alza sus perspectivas para el mundo por el impacto de la reforma fiscal en EEUU y el repunte en la zona euro, que crecerá el 2,2% este año y el 2% el próximo, en ambos casos tres décimas más, como consecuencia de "un impulso más fuerte de la demanda interna y la mayor demanda externa". De este modo, la economía mundial continúa su aceleración, tras registrar una expansión del 3,2% en 2016 y del 3,7% en 2017.

¿Y el resto?

Para América Latina, el FMI mantiene sus previsiones de crecimiento en 2018 en el 1,9% y eleva en dos décimas las de 2019, hasta el 2,6%, por la consolidación de la recuperación en Brasil y las mejores perspectivas en México. El FMI cifra el crecimiento de Brasil en el 1,9% para 2018, cuatro décimas más que su anterior pronóstico, y el de México en el 2,3%, también cuatro décimas por encima de lo calculado en octubre. En 2019, la economía brasileña avanzará un 2,1 %, una décima más; y la mexicana un 3 %, siete décimas más.

El FMI reconoce una "renovada incertidumbre" sobre la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Canadá, México y EEUU, pero considera que México recibirá un empujón por el incremento en la demanda estadounidense asociado a la reciente reforma fiscal adoptada por EEUU.

Casi la mitad de la nueva revisión mundial del FMI al alza se debe al aumento en las previsiones de crecimiento de EEUU, que pasan del 2,3 % calculado en octubre para 2018 al 2,7 % previsto ahora; y del 1,9 % al 2,5 % en el caso de 2019.

Por otro lado, China, la gran locomotora asiática, seguirá moderando gradualmente su crecimiento, pero con tasas del 6,6 % este año y del 6,4 % el próximo, en ambos casos una décima más que las cifras de octubre, por la mayor demanda externa.

No caer en la complacencia

Pese al buen momento que experimenta la economía mundial, Lagarde pidió en una rueda de prensa en Davos no caer en la complacencia por la aceleración del crecimiento, ya que se trata de una "recuperación cíclica" y existen incertidumbres que pueden generar "graves vulnerabilidades financieras". "La complacencia es uno de los riesgos ante el que nos tenemos que mantener alerta", un aviso que compartió el economista jefe del FMI, Maury Obstfeld.

"Ciertamente, nos tenemos que sentir alentados, pero no debemos sentirnos satisfechos", indicó la máxima responsable del FMI, quien recalcó que "aún hay demasiadas personas excluidas de la recuperación" económica.

Una quinta parte de los mercados emergentes y en vías de desarrollo han visto descender sus ingresos per cápita en 2017, dijo Lagarde. Además, existe "en su mayoría una recuperación cíclica", y sin reformas las heridas de la crisis, la baja productividad y una población que envejece seguirán siendo una preocupación.

De acuerdo con Lagarde, existe asimismo una "incertidumbre importante", ya que un largo periodo de tipos de interés bajos ha generado "vulnerabilidades financieras potencialmente graves".

La directora gerente del FMI subrayó además el "inquietante aumento de la deuda en muchos países". "Tenemos que permanecer vigilantes", recalcó Lagarde, quien instó a los líderes mundiales a "reparar su tejado ahora que brilla el sol", en referencia al crecimiento acelerado de la economía global.

"Los políticos deben aprovechar este momento para hacer reformas estructurales y fiscales difíciles que no harían de otra manera" en tiempos con menos crecimiento o recesiones, recomendó Lagarde.