Rosendo Mercado, el insorbonable rockero de Carabanchel, el orgullo de los "hijos del hormigón", anunció ayer su gira de despedida, llamada "Mi tiempo, señorías...". En un comunicado difundido por su promotora, se expresa la voluntad del artista de "ni quemarse ni desvanecerse, dejarlo en lo más alto" y se deja abierta la puerta a que ésta no sea una retirada absoluta: "Rosendo se toma un respiro en un camino que no conoce el punto y aparte y queda en puntos suspensivos".

Referente del rock urbano

Rosendo (Madrid, 1954) es un referente obligatorio de la música española tras 45 años de profesión en los que militó en las bandas Ñu y Leño y, tras la disolución de esta en 1983, con una carrera en solitario que arrancó con "Loco por incordiar" (1985) y llega hasta el reciente "De escalde y trinchera" (2017). Precisamente con este último álbum rompió un período de retiro de "un par de años", pero, según relató a Efe, se juntó con un número de canciones suficientemente potentes a su juicio y adelantó la salida del álbum. "Como no sé los años que me quedan por delante, hay que aprovechar", justificó.

A sus 64 años planteó entonces una gira de promoción procurando "no meterse mucha carretera" porque, tal y como reconoce, tiene que empezar a "dosificarse". Rosendo se ha forjado una leyenda de rockero carismático, con un cancionero inconformista que ha acompañado a varias generaciones y es un símbolo vivo del madrileño barrio de Carabanchel, donde surge intermitentemente la iniciativa de erigir una estatua en su honor, un gesto que el músico rechaza diciendo que es un gasto que "no ha lugar" y añadiendo: "quiero tocar y hacer mi música. Yo solo soy un fulano, una patata que va por la calle como todo el mundo y que no tiene nada más que ofrecer". 

El recorrido de su última gira puede consultarse en la web oficial de Rosendo