Billy el Niño, el conocido y temido torturador durante los años del franquismo, ha fallecido aquejado de coronavirus. Ha muerto sin que le fueran retirados los reconocimientos e incrementos en la pensión de los que disfrutaba. Algo que el actual Gobierno tenía pensado hacer: el pasado 11 de febrero el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se mostró convencido de que se podrían quitar las medallas concedidas a Billy el Niño gracias a la nueva Ley de Memoria Histórica que había presentado el PSOE en el Congreso. Esta fue una de las exigencias de Unidas Podemos desde la moción de censura.
Han sido muchas las reacciones que se han producido en redes ante la muerte de Juan Antonio Fernández Pacheco, su verdadero nombre. En la mayoría de ellas, como las de Alberto Garzón, Pablo Iglesias, Irene Montero o Iñigo Errejón, se ha hecho hincapié en que el ex policía de la Brigada de Información Social se ha marchado con todos los honores citados anteriormente y sin haber sido juzgado. En este sentido, el líder de Más País ha manifestado que desde su formación habían registrado en el Parlamento una petición para retirarle todos los privilegios a título póstumo.
Entre estos muchos mensajes, también ha destacado el emitido por Joaquim Bosch, magistrado y portavoz territorial en la Comunidad de Madrid de la asociación Jueces y Juezas para la democracia, quien ha hecho la siguiente reflexión: “Billy el Niño muere sin responder por multitud de torturas durante el franquismo. Y con medallas bien pagadas. Algunos dicen que la Transición y los años posteriores de democracia fueron ejemplares en todo. Pero la impunidad por graves atrocidades no puede ser modélica para nada”.
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