Javier Monzón, el directivo elegido para relevar a Juan Luís Cebrián al frente del grupo PRISA ha rechazado a última hora la propuesta realizada por los acreedores.

El Grupo, en una situación financiera delicada, esperaba una ampliación de capital de hasta 500 millones condicionada al nombramiento del presidente ejecutivo, y que contaba con el apoyo de Santander, Telefónica, Caixabank, HSBC y la familia Polanco. La ampliación es necesaria para afrontar la amortización de los 1.548 millones de deuda que arrastra el holding, 956 millones de los cuales vencen en apenas 12 meses.

Según han confirmado fuentes próximas a a las negociaciones a El Confidencial, Javier Monzón, expresidente de Indra hasta 2015, ha declinado la oferta realizada por Banco Santander y Telefónica, dos de los principales accionistas y acreedores, para hacerse cargo de la presidencia ejecutiva de PRISA.

Las razones detrás de la renuncia
La decisión de última hora de Monzón se debería a desacuerdos en los términos reflejados en el contrato, que no darían al entrante presidente poderes ejecutivos plenos desde un primer momento, sino que estos seguirían en manos del actual presidente, Juan Luis Cebrián.

Al parecer, otro de los problemas ha venido del  fondo de inversión británico Amber, que no había dado su apooyo definitivo a que Javier Monzón ocupara la presidencia del grupo editorial.