Un municipio de 25.000 habitantes devastado. No sólo por los destrozos de una DANA cruenta, la peor de este siglo, sino por la pérdida de vidas humanas. Paiporta, una pequeña localidad a diez kilómetros de Valencia, ha sido la zona cero de un temporal que se ha cebado con la región dejando un reguero de vídeos y llamadas de auxilio por redes descorazonadoras. Ha sido aquí donde más fallecidos se han registrado por las inclemencias meteorológicas, con 45 de las 95 víctimas mortales confirmadas en todo el país hasta la elaboración de esta información.
Desde la tarde del martes, la DANA arremetió con virulencia contra la localidad valenciana. Fuertes riadas de elevada altitud sembraron el pánico entre los vecinos de Paiporta, que veían cómo las lluvias convertían sus calles en un mar que empujaba los coches, inundaba las casas de los vecinos y, al mismo tiempo, los dejaba incomunicados. Caos absoluto en el municipio tras el desbordamiento del río Turia que también interrumpió el suministro eléctrico en los hogares, además del agua corriente. Una situación que se conjugaba con la incertidumbre de sus habitantes por el paradero de sus círculos más cercanos.
El Ayuntamiento de Paiporta, la zona más castigada por el temporal trabajaba en medio del caos para localizar a “decenas de personas” que estaban desaparecidas. Conforme pasaban las horas y crecía la devastación, las autoridades daban el parte que nadie quiere dar y confirmaban varias víctimas mortales. Noticias aciagas para unos vecinos que lo han perdido absolutamente todo que se oscurecían con el avance de las tareas de rescate por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que reportaron 45 personas fallecidas, entre ellas dos miembros de la Guardia Civil y seis ancianos de una residencia completamente inundada.
Por fortuna, los trabajadores del centro sociosanitario dieron hasta su último aliento por desplazar al grueso de los residentes a lugares seguros y posiciones elevadas, aunque la coordinación y la rápida respuesta de los empleados de la residencia no pudo evitar la tragedia. Y es que, como ocurre en otros centros de esta índole y en el grueso del territorio municipal, las toneladas de escombros ocultan a muchas personas que aún siguen en paradero desconocido.
Desde que el temporal arreciaba, la muerte y la destrucción se ha cebado con el municipio valenciano. Las cifras de fallecidos, sólo en el pueblo de Paiporta, no dejan de crecer con el paso de las horas. Entre ellos se encuentra Lourdes y Angelina, su bebé de tan sólo tres meses. Sus familiares pedían a primera hora que se difundiera su desaparición tras no saber nada de ella desde las últimas horas del martes. Severo castigo para una población que asume a regañadientes que sus vidas han cambiado para siempre en cuestión de horas. Sobre todo para aquellos que, presos de la angustia, preguntan por doquier por la situación de los seres queridos que aún no han podido dar señales de vida.
Situación dantesca
La imagen es desoladora, como si Paiporta fuera enclave de una guerra. Los daños materiales se cuentan por doquier, comenzando por la destrucción completa de las líneas del metro. La DANA hubiera eliminado de la faz de la tierra un servicio que interconectaba a la población con la capital y el resto de los municipios del entorno metropolitano. Los domicilios particulares han corrido la misma suerte, como los comercios. Muchos de ellos han dejado de existir, como la revista infantil Camacuc; una histórica publicación de más de 40 años de longevidad que ha sido devorada por el agua.
La desesperación por el borrado de buena parte de la rutina diaria ha despertado cierta oscuridad en un grupo de vecinos. De hecho, varios de los habitantes denuncian por diversos medios de comunicación actos de pillaje fruto de la escasez de agua y comida. Al estar completamente incomunicados, tampoco pueden desplazarse hacia otros municipios donde aun resistan comercios que puedan vender sustento alimenticio para el día a día. Hay quien ha denunciado asaltos a estancos para después vender el tabaco por un precio exorbitado, pero también lo que queda de supermercados.
Sucesos inéditos
La situación es dramática. La alcaldesa del municipio lo explicaba con la voz entrecortada ante las cámaras de Más Vale Tarde en la tarde del miércoles, mientras las cifras de fallecidos se detenían en 45. Maribel Albalat no descarta que el coste en vidas humanas sea aún mayor, mientras recordaba que su localidad, Paiporta, no está preparada para afrontar este tipo de inclemencias porque no se suele inundar. “La gente no tenía ningún miedo”, relataba en La Sexta, puntualizando que cuando se registran lluvias más potentes de las habituales, lo que suelen hacer los vecinos es bajar a sus garajes para sacar los coches. “Ahí pensamos que quedaron atrapados”, resumió.
En palabras a la Agencia EFE, Albalat ha relatado con estupor cómo los fallecidos de la residencia de mayores no pudieron escapar porque tenían movilidad reducida. No obstante, de inmediato habilitaron un colegio que “tiene luz para el que necesite refugio”. En cualquier caso, parece ser, según la alcaldesa, que el agua se filtró por muchas plantas bajas donde residían personas muy mayores.
Paiporta se ha llevado la peor parte de una DANA catastrófica, pero también en los municipios aledaños se han registrado episodios que hielan corazones. En Picanya se han reportado saqueos de pequeños comercios y supermercados tras la caída de sus puentes y anegarse sus calles. En paralelo, mientras el Ayuntamiento se busca la forma para suministrar electricidad a los vecinos, éstos pueblo reman en la misma dirección para recuperar la normalidad a unos hogares inundados y embarrados.
Misma angustia se ha vivido en Torrent, donde incluso reportan ocho fallecidos, entre ellos menores de edad. Un día de “profundo dolor” para el municipio, tal y como verbalizaba la alcaldesa de la localidad colindante a Paiporte y Picanya, asolada también por la devastación.