Vox quiere volver a ocupar su espacio también en la Comunidad de Madrid ante una Isabel Díaz Ayuso cada vez más radicalizada, donde les va ganando el pulso en temas tan sensibles como el genocidio que Israel está cometiendo contra la población Palestina en Gaza.

En este tema concreto, la presidenta de la región lleva meses negando la mayor y defendiendo al Ejecutivo de Benjamin Netanyahu, pero en la última semana ha subido un escalón más tras las protestas del pasado domingo que obligaron a la paralización de la última etapa de La Vuelta en la ciudad capital, prohibiendo cualquier símbolo solidario con Palestina en los centros educativos.

La presidenta de la Comunidad de Madrid también ha usado al feminismo y al colectivo LGTBIQ+, que ella misma maltrata en la región, para criticar, por ejemplo, el abandono de España de Eurovisión si participa Israel.

Ante esta radicalización de la presidenta madrileña, que también ha podido verse en materia migratoria en los últimos meses, Vox recurre a los bulos y plantea medidas que intentan adelantar a la responsable popular o retratarla de cara a un electorado que comparten.

Para ello, la formación de extrema derecha juega la baza de la islamofobia y ya propone prohibir el velo islámico en colegios o espacios públicos, un debate que Isabel Pérez Moñino, portavoz en la Cámara madrileño, pone sobre la mesa este jueves en el pleno. Se trata de una moción que también se ha presentado en el Congreso de los Diputados y otros parlamentos autonómicos, como Cataluña o La Rioja.

La Proposición No de Ley (PNL), que ha registrado la formación de Abascal en Madrid hace alusión al velo, el niqab -tela que solo deja el descubierto los ojos de la mujer- y el burka, aunque solo pide la prohibición del primero de los tres. El documento señala que “la creciente islamización de nuestros barrios se ha convertido en una grave amenaza para la pervivencia de nuestra identidad, nuestra cultura y el respeto a nuestro sistema jurídico y social”.

La proposición apuntala en este apartado “promover, en el marco de sus competencias, la prohibición del velo islámico en todos los edificios y espacio públicos -abiertos y cerrados- dependientes de la Comunidad de Madrid, incluyendo escuelas, universidades, hospitales, instalaciones deportivas y parques infantiles por ser contrarios a los derechos fundamentales de las mujeres e incompatibles con nuestra identidad, cultura, usos, modos y costumbres”.

Y añade la intención de “garantizar, en el marco de sus competencias, la igualdad entre hombres y mujeres, la integración cultural y el respeto por las tradiciones, cultura, idiosincrasia y valores propios de España, garantizando a su vez la adaptación plena de todas las personas a los modos de vida propiamente nacionales”.

Se limita a lo discursivo

Lo cierto es que el discurso de Vox en Madrid ahora mismo se queda en eso, palabras, dado que no tiene un ápice de influencia por la representación de la que dispone.  No obstante, es de sobra conocido la reacción que pueden provocar algunas palabras, y de esto la extrema derecha sabe bastante.

En este sentido, la formación de Abascal pretende ganar la batalla antimigratoria a Ayuso y, de paso, comprometer a la presidenta madrileña para no perder a los votantes de Vox que ha conseguido captar. Se trata de una medida que la lideresa autonómica se ha negado ya a llevar a cabo, dado que “no se puede ir en contra de la Constitución”, pero la extrema derecha insiste.

Más iniciativas en esta línea

Vox ha puesto en marcha diferentes iniciativas en esta línea. Así las cosas, a la de restringir el velo en las escuelas se suma vetar la asistencia sanitaria a inmigrantes en situación irregular.

“Limitar estrictamente el acceso de inmigrantes en situación ilegal a los servicios sanitarios de la Comunidad de Madrid, garantizando únicamente las ayudas humanitarias de riesgo vital, hasta la devolución a sus países de origen, en cumplimiento de las obligaciones internacionales”, emplaza en una iniciativa que también ha presentado en Castilla y León, con Alfonso Fernández Mañueco al frente.

A nadie escapa la polémica de las derechas en Torre Pacheco (Murcia), cuando éstas apoyaron la violencia contra la población migrante de aquí por parte de grupúsculos de ultraderechistas; o la decisión del ayuntamiento de Jumilla (también en Murcia), donde Vox consiguió arrastrar al PP y aprobar una moción para prohibir las celebraciones musulmanas en polideportivos municipales.

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