La Puerta del Sol es testigo cada día de la visita de miles de ciudadanos: los madrileños, que pasan con sus prisas por el emblemático reloj, y los turistas que se paran a fotografiarse con el rincón que cada 31 de diciembre da la bienvenida al nuevo año.

Sin embargo, no todo el mundo sabe su historia, la que desde hace meses mantiene en un litigio a la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España, que el pasado martes anunciaba en Consejo de Ministros, que recurrirá al Tribunal Constitucional (TC) tras la negativa de Isabel Díaz Ayuso a declararla lugar de memoria.

Historia de la Real Casa de Correos

El edificio sitado en el centro de la capital ha desempeñado diversos roles a lo largo de los siglos y durante “más de 250 años”, como esgrimía la lideresa de la región en una carta remitida al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.

Sin embargo, la política conservadora obvia el pasado franquista del lugar, que fue testigo de torturas bajo el nombre de la Dirección General de Seguridad (DGS) sobre personas que se oponían al régimen. Existe muchísima documentación a todos los niveles sobre ello, como libros o largometrajes. Ahora, para rememorar ese pasado y rendir homenaje a las víctimas que sufrieron la represión, desde Moncloa exigen al equipo de Ayuso que coloque una placa con este distintivo, algo a lo que ella se niega.

La Real Casa de Correos fue construida en el siglo XVIII bajo el reinado de Carlos III. En un primer momento, su objetivo fue el de centralizar el servicio postal de Madrid, pero éste fue cambiando con el paso del tiempo, hasta la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), cuando albergó la DGS. En la teoría, el régimen franquista lo vendió como una herramienta para mantener el orden público, pero en la práctica se convirtió en epicentro de la represión franquista.

Hay personas que todavía viven y pueden contar de primera mano lo acontecido en aquella época, no tan lejana. Una de ellas es Julio Pacheco, detenido a la edad de 19 años y ahora primera persona que hablará ante una jueza para poder relatar esos episodios que todavía mantiene en mente y retina. ElPlural.com tuvo la oportunidad de hablar con él.

Él y muchas otras personas que pelearon por la libertad de un país vieron privada la suya propia en los sótanos de la ahora sede de la Comunidad de Madrid. Figuras como la de Antonio González Pacheco, alias “Billy el Niño”, se hicieron célebres por ser algunos de los máximos artífices de los interrogatorios de las víctimas.

Una vez llegó la transición democrática que empezó en 1975, la Real Casa de Correos siguió empleándose como centro de detención durante algunos años más. Así las cosas, no fue hasta la década de 1980 cuando el edificio adquiere el significado actual, coincidiendo con la creación de la Comunidad de Madrid. Pese a ello, algunas dependencias policiales continuaron operando en su interior.

Partida judicial

El Gobierno de España anunciaba hace cosa de un mes que iba a acudir al Tribunal Constitucional para que la sede del Ejecutivo madrileño pueda ser declarada lugar de memoria después de la negativa de la región a proceder a ello.

Primero fue la Comunidad de Madrid la que anunciaba que elevaría la cuestión al TC, que hace unos días admitía la cuestión a trámite. Lo hacía vía misiva a Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática y que en los últimos días anunciaba que daría un paso a un lado con motivo de su enfermedad. El organismo al que ha llegado la queja de Madrid ha admitida ésta a trámite.

Este martes el consejo de ministros confirmaba la idea que ya deslizaba entonces el responsable del departamento, que renunciar a la idea de recordar mediante una placa el pasado de la antigua DGS es “inconstitucional”. En aquel momento y en éste, desde el Ejecutivo se amparan en la Ley de Memoria Democrática, vigente desde 2022.

"No entiendo por qué se niega que sea un lugar de memoria un espacio que fue la Dirección General de Seguridad durante la dictadura, donde hubo represión, incluso muerte, a personas inocentes en el sentido de que defendía la libertad y la democracia y fueron torturadas por un sistema político totalitario", pronunciaba entonces Torres.

En la primera carta -la enviada por Ayuso- la política mostraba a Torres su “indignación” por una decisión que tachaba de “insólita” a la vez que le pedía, en ese caso, renombrar también el Parlamento autonómico, el aeropuerto de Gando y el de Los Rodeos. En el texto de respuesta, Torres le emplazó al diálogo para llegar un acuerdo, pero la derecha ha cerrado la puerta a cualquier posibilidad de acercamiento.

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