A la Comunidad de Madrid se le está enquistando la situación sanitaria en la región. Isabel Díaz Ayuso y su equipo se niegan a reconocerlo e insisten en tachar de “política” la marea blanca que, hace ya casi una semana, abarrotó las calles de la capital, pese a que en las mismas se reunieron 250.000 personas (un millón, según organizadores).

Al margen de la imagen de Cibeles, el descontento para con el equipo popular es una realidad que abarca también el liderazgo de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, pero no por ello deja de ser histórico que en apenas tres meses se hayan producido dos marchas multitudinarias a favor de este servicio público. Eso sin contar otras instantáneas que quedan ya en la retina de la ciudad, como el encierro del comité de huelga en la Consejería, el reciente en Manoteras o las mil y una protestas que, semana sí y semana también, inundan la ciudad.

Las urgencias extrahospitalarias, pioneras de la huelga

La responsable de Sol ha tocado prácticamente todos los palos en materia sanitaria. En lo que respecta a las urgencias extrahospitalarias, primero las mantuvo cerradas durante la pandemia y después las reabrió con muchos matices y pocos profesionales.

No muy distinta ha sido su actuación en Atención Primaria, sector que a finales de noviembre se levantaba en pie de guerra contra la presidenta y que mantiene desde entonces los parones indefinidos. La lideresa regional llevó a cabo un proyecto piloto para limitar sus agendas y las de los pediatras, principales afectados por la situación actual, pero sin éxito. La idea era que los primeros dedicaran solo 10 minutos a cada paciente hasta llegar a un máximo de 34 al día y que los pediatras dispusieran de 15 hasta llegar a un máximo de 24 personas, satisfaciendo así uno de los puntos principales de las quejas.

El resultado no fue demasiado fructífero, y es que la parte afectada acusó a la baronesa de “buscar el titular” y explicó que, aun llegándose a cumplir lo prometido, debería “ir acompañado de una mejora en las condiciones de Atención Primaria”. Por su parte, el equipo de la presidenta se escudaba diciendo que era una medida “progresiva” y que se iría “agendado huecos con el nuevo sistema de manera paulatina según l situación de cada centro de salud”. Todo ello mientras los profesionales siguen preguntándose lo mismo: ¿qué pasa con el paciente 35? (25 en el caso de los pediatras).

‘Que lo haga otro’ (o una máquina)

Una de las medidas estrella de la presidenta regional ha sido la de suplir las carencias en las partes con otros trabajadores (o máquinas). Esto es, la Comunidad de Madrid ha llamado a los enfermeros y enfermera a realizar el trabajo de los médicos ante el “déficit” de los segundos, e incluso a monitores. Nada nuevo bajo Sol si se tiene en cuenta que en las navidades de 2021, la líder regional puso en la primera página de su diccionario el “autocuidado” como solución al caos sanitario en una de las olas de la pandemia.

La CAM insiste en un “modelo puro de enfermería”

Teniendo esto en cuenta, el último giro del equipo popular en esta materia tampoco lo es tanto, más bien se mantiene en lo que viene meses defendiendo, tal y como se ha explicado en estas líneas. Así las cosas, el pasado jueves Escudero asumía ante militantes de la formación conservadora que “hay que ir a un modelo basado en la enfermería”.

“Está pensado (el modelo actual) en los años 80, con ciertas derivadas de un modelo que venía del modelo sanitario cubano, que tuvo su razón de ser, pero que ahora ya tiene que evolucionar”. Para ejemplificar hacia dónde, el responsable de Salud mira a Reino Unido: “Allí el modelo es un puro de enfermería, y hacia aquí vamos evolucionando a ese modelo por razones lógica”, expuso, vinculando su explicación nuevamente con la “salud digital”. “Se va a poder suplir mucho lo que es el trabajo presencial y, sobre todo, es un modelo con ese concepto de sanidad líquida. Ya no hay que tener al paciente en el hospital, hay que resolver presencialmente o no presencial”, añadía.

Bajo el marco habitual de la derecha de que el problema sanitario se encuentra en “toda España”, asumía por enésima vez que los sindicatos “están en contra de todo” y “por eso criticaron las videoconsultas”. “Hay que trabajar en la parte presencial y no presencial. Y si uno tiene un horario de trabajo media hora de descanso y puede tener una videoconsulta, ¿por qué no podemos permitir eso? El modelo tiene que evolucionar y trabajar en coordinación con los hospitales, pero para eso tiene que haber un ministerio que lidere”, apelaba. La Atención Primaria tiene que potenciar tanto el papel de la enfermería como el del resto de profesionales y siempre de la mano de médicos de familia y pediatras”.

Obvia los datos

En su discurso, Escudero repitió el mantra de no hay voluntad por parte de la otra parte negociadora -pese a que ni él, ni Ayuso, ni Javier Fernández-Lasquetty (consejero de Hacienda) han acudido a ninguna de las reuniones con el comité- omitiendo que los últimos indicadores sitúan a Madrid entre los territorios que menos invierte per cápita en sanidad (1.522 euros) y a la cola en inversión a la Atención Primaria (más de un 3% por debajo de la media nacional).

El responsable sanitario basó su discurso en los hospitales y presumió de que la mayoría de los mejores están en Madrid; pero mintió, según los profesionales, en que la suya es “la única región que abre Atención Primaria de nueve de la mañana a diez de la noche”. Además, volvió a defender la postura polémica que ha tenido su partido en la última semana respecto de los carteles informativos de la huelga en centros sanitarios.